jueves. 28.03.2024

148. ¿Quién decide?

La mayoría de la gente no se entera y no sabe cuando ha tomado la gran decisión de su vida y ni siquiera sabe si ésta se le ha presentado, por eso adquiere mucha importancia ser cada día un poco más consciente

Quién toma las decisiones
Quién toma las decisiones

El agua de lluvia no tiene ni idea de lo que va a ser de ella y, sin embargo cae, riega, da de beber a los seres humanos, animales y plantas e incluso cuando vuelve a caer puede producir energía.

Los hombres y mujeres, cuando nacemos no sabemos que será de nosotros, pero poco a poco inconscientemente vamos tomando decisiones que nos acercan al camino previamente elegido, que conscientemente desconocemos, incluso cuando tomamos decisiones muy meditadas, desconocemos la cantidad de efectos secundarios que se van a derivar de ellas.

Todas la decisiones terminan por llevarnos ante el umbral de la gran decisión, que puede estar relacionada con lo afectivo, con lo profesional o con la libertad, por ejemplo, y es a partir de esa decisión cuando la vida toma sentido.

La mayoría de la gente no se entera y no sabe cuando ha tomado la gran decisión de su vida y ni siquiera sabe si ésta se le ha presentado, por eso adquiere mucha importancia ser cada día un poco más consciente.

Consciente de dónde vienes y consciente de donde estás; consciente de tus limitaciones y de tus potencialidades; consciente de  los retos y de tus posibilidades de éxito y, en definitiva, consciente de que tienes el papel y el objetivo de iluminar el camino que vas a recorrer y de paso, pero solo de paso, el de los que van contigo.

Puede que sorprenda la palabra “inexorablemente” porque la podemos relacionar con la predeterminación. De hecho, podríamos tomar las decisiones libremente, aunque estamos muy mediatizados, pero si antes de nacer has decidido que quieres ser bombero, podrás estudiar otra cosa, podrás irte a vivir a la selva, podrás hacer lo que quieras lejos de ser bombero, pero no sabrás bien como, un día estarás apagando algún fuego y es que la vida simplemente responde a una libre elección que tú antes habías hecho.

Eso sí, cuando se te presente la gran decisión, podrás elegir también libremente si quieres ser bombero o no serlo y si decides no serlo, cuando te vayas de esta vida y hagas balance, quizás des por buena la decisión tomada o tal vez no, pero en cualquier caso, seguramente, para la próxima vida te pidas ser bombero.

Comprendo que nos resulte difícil y complicado, habida cuenta de que pensamos a partes iguales con el cerebro, el corazón, las tripas y el sexo y como no se ponen de acuerdo entre ellos, las decisiones salen muchas veces como salen; si permitiéramos que el corazón fuera el rector, con la participación de las otras partes, las decisiones tomadas se acercarían mucho más a nuestras necesidades reales y al papel que queremos desempeñar en nuestras vidas.

Seamos consecuentes con esto y viviremos en paz.

Hasta otro día amigos

Un abrazo

Agustín

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148. ¿Quién decide?