viernes. 19.04.2024

La globalización conlleva un fenómeno más profundo que el económico. Implica la inauguración de una nueva fase de la historia de la Tierra y de la Humanidad. Sí, estamos cambiando la manera de relacionarlos. Con esto quiero decir que está naciendo otro tipo de percepción de la realidad, con nuevos valores, nuevos sueños, nueva forma de organizar los conocimientos, nuevo tipo de relación social, nueva forma de dialogar con la naturaleza y nueva manera de entender al ser humano en el conjunto de los seres. 

Este nuevo enfoque  nos obliga a realizar cambios importantes: tenemos que pasar de la parte al todo, de lo simple a lo complejo, de lo local a lo global, de lo nacional a lo planetario, de lo planetario a lo cósmico, de lo cósmico al misterio...

 La Tierra no es simplemente la suma de lo físico, lo vital, lo mental y lo espiritual. Ella contiene todas estas dimensiones, formando un sistema complejo. Esto nos permite entender que somos todos inter-dependientes. 

 Ahora, o cuidamos de la Humanidad y del Planeta Tierra, o no tendremos ningún futuro. Hasta ahora podíamos consumir sin preocuparnos por el agotamiento de los recursos naturales, podíamos usar el agua como queríamos sin conciencia de su extrema escasez, podíamos hacer guerras sin miedo a una catástrofe total  para el futuro de la especie humana. Hoy ya no nos está permitido pensar y vivir como antes. Si queremos sobrevivir  tenemos que cambiar. 

Para consolidar este nuevo paradigma es importante superar el fundamentalismo de la cultura occidental, hoy globalizada, que pretende tener la única visión correcta de las cosas, válida para todos. 

Por otra parte, el peligro que corremos nos da la oportunidad de reorganizar la Humanidad y toda la cadena de la vida de manera más justa y creativa. 

El efecto final será una  Nueva Tierra, coloreada por todo tipo de culturas, de modos de producción, de símbolos y de caminos espirituales, acogidos todos ellos como legítima expresión de lo humano, con derecho de ciudadanía  de los pueblos de la Tierra. 

Por eso hay que mirar hacia delante, recoger todas las señales que apuntan hacia un desenlace feliz de nuestra peligrosa travesía y gestar una atmósfera de buena voluntad y de hermandad que nos permita vivir mínimamente felices en este pequeño Planeta, escondido en un rincón de una galaxia media, en el interior de un sistema solar de quinta categoría, pero bajo el arco iris de la bondad humana. 

Como dijo Vaclav Havel: “la tarea política central en los próximos años será la creación de un nuevo modelo de coexistencia entre las distintas culturas, pueblos, etnias y religiones, formando una única civilización interconectada”. 

    Hasta otro día.

Un abrazo.

    Agustín.

 Basado en Leonardo Boff.

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207. Nueva Tierra