Hoy queremos proponerles desde estas páginas una relación de libros que, por las razones que más tarde les iremos dando, podemos ofrecer como regalo, aprovechando que se acerca la Navidad. Por supuesto, no a todo el mundo le gusta leer y, evidentemente, la lectura no debe convertirse nunca en una imposición con la que no lograremos sino el efecto contrario al que seguramente perseguimos. Que a mí me entusiasme no justifica que tenga que gustarles a los demás. ¿Obvio, verdad?
El magnífico escritor y paisano nuestro, Gonzalo Hidalgo Bayal, nos cuenta que él es incapaz de regalar otra cosa que no sea un libro porque no sabe y porque, además, si se conoce bien al destinatario, es un acierto seguro. Comencemos, pues, escogiendo, antes que el libro, la persona a la que queremos dar nuestro obsequio. Y, a partir de ahí, decidamos a quién ofrecer una historia para que esta sea de verdad un magnífico regalo.
Tomemos el consejo de Emily Dickinson y viajemos lejos, y hagámoslo con la ayuda de un grupo de profesores del Centro de Educación de Adultos de Cáceres que se han prestado a contarnos cuál es su libro imprescindible y por qué. ¿Empezamos?
Si a su mejor amigo, por ejemplo, le gustan los relatos breves, creemos que no debe perderse Nuestro pequeño mundo, de César Martín Ortiz, colección de cuentos sencillos, humanos, retratos de las edades del hombre, reflexiones maravillosas sobre la vida o sobre cualquier hecho cotidiano, todo ello confeccionado con una prosa precisa y un estilo deslumbrante.
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar un padre para encubrir a su hijo? De ahí parte el argumento de La cena (Herman Koch), inquietante novela que pone sobre la mesa la lucha entre la necesidad de proteger a un hijo y la obligación social y moral de denunciar un acto delictivo. Final dramático en el que ningún personaje será capaz de lucir con orgullo su inocencia.
Para los que siguen prefiriendo las novelas de amor, un maravilloso imprescindible, Los enamoramientos, de Javier Marías, porque consigue seducir al lector con su planteamiento del amor como reflexión sobre la muerte y porque el autor ofrece en él su voz fantasmagórica y conmovedora, todo ello mediante una prosa sencilla y clara, pero exigente.
¿Le gusta el suspense? ¿Prefiere los relatos ágiles y divertidos? Si es así, la opción podría ser Contra el viento del norte (Daniel Glattauer), escrita con una prosa dulce y liviana que hace de su lectura un placer; historia deslizante, sugerente, que abre las puertas a las emociones; viaje de retorno a la novela epistolar.
Seda, de Alessandro Baricco, es un libro de viajes, pero al fondo del alma humana y de los sentimientos. Su protagonista, Hervé Joncourt, es un aventurero buscador de gusanos de seda enamorado de los inquietantes ojos de una mujer de rasgos occidentales. Novela corta, emotiva.
¿A cualquier lector le gustará esta oferta? ¿Podríamos recomendar otro tipo de libros? Por supuesto, pero hoy son estos los que hemos escogido. Solo si a ustedes les apetece, disfruten de uno (o de todos) porque, en palabras de Borges, “hablar de lectura obligatoria es como hablar de felicidad obligatoria”.
