Es la Compañía de Andaluces la que primero proyecta y comienza importantes obras de mejora en las líneas férreas, construye nuevas estaciones y refuerza los puentes metálicos bajo su gestión. Para ello informa que pretende el lanzamiento de una nueva emisión de obligaciones que asciende a 30 millones de pesetas, en títulos de 500 pesetas, con un interés del 6%.
Con esta emisión, aseguran, atenderá a los enormes gastos que representa la mejora del material fijo y la adquisición de 40 locomotoras (20 de ellas de gran potencia), 35 coches y 1.000 vagones que suponen el normal desarrollo del servicio y el crecimiento de su tráfico, aumentado extraordinariamente. De acuerdo con el Nuevo Régimen Ferroviario, la Compañía de Andaluces presentó la correspondiente solicitud al Consejo Superior de Ferrocarriles, pidiendo la autorización necesaria para llevar a cabo esta emisión de obligaciones (1925).
Con todo esto, el lento caminar de las administraciones públicas continúa con el papeleo para el desarrollo del Plan General de Ferrocarriles de 1925 y con el trasiego de un organismo a otro, acabando con la paciencia del más santo Job, hasta que por fin, el Consejo Superior de Ferrocarriles, en su última reunión del Pleno (marzo de 1925), trató del anteproyecto presentado por la Sección de Planes y Proyectos relativo a la construcción de nuevas líneas.
Este dicho Consejo propone, en dicho Plan, la construcción de 9.142 kilómetros de vía, además de los 1.707 kilómetros en construcción, ya sea con fondos directos o subvención del Estado.
Pero nuevamente hace constar que lo que realmente se propone al Consejo no es la aprobación propiamente dicha del Plan, sino la autorización para que se realice una información pública. Es como volver al principio, ya que a ella se podrá acudir a través de todos los Gobiernos Civiles para, con su resultado, solicitar el informe del Estado Mayor Central del Ejercito y del Consejo de Obras Públicas. El objetivo se repite en la intención de poder salvar cualquier omisión, si la hubiere, o rectificar cualquier posible error, teniendo en cuanta todos los intereses antes de su presentación definitiva. Esto es como el cuento de nunca acabar.
Para la construcción de los ferrocarriles que se proponen, se calculan los gastos a realizar en 5.000 millones de pesetas, sujetos desde luego, a las rectificaciones que haya lugar. Sobre la propuesta de ampliación y mejoras de las líneas en explotación, se calculan los gastos en 1.404 millones de pesetas, en cinco años, previendo que en otros cinco años siguientes hará falta una cantidad equivalente, por no creer incluidas otras obras y adquisiciones de material que las más urgentes.
Después de amplio debate, el Consejo Superior de Ferrocarriles aprobó la propuesta de autorización que se proponía, acordándose abrir información pública para el anteproyecto presentado. En este anteproyecto del plan de ferrocarriles nacionales, ferrocarriles regionales y ferrocarriles locales, vuelve a aparecer incluido el de Ciudad Rodrigo a Río Tajo con 168 Kilómetros. Terminado el plazo concedido, respecto a él, son escasas las modificaciones que se piden, sobresaliendo el positivo y formal ofrecimiento por los pueblos para la realización del proyecto, de lo que ya hemos hablado anteriormente.
En resumen se propone la construcción de un total de 9.142 kilómetros en líneas ferroviarias nuevas, que corresponden a 3.176 km de interés nacional; 4.089 km de interés regional y 1.877 km de interés local, y un total de 1.707 km de ferrocarriles en construcción.
El Alcalde y el Teniente de Alcalde de Ciudad Rodrigo visitaron al vicepresidente del Directorio Militar, Antonio Magaz y Pers (marqués de Magaz), que ocupaba interinamente la Presidencia (1924-1925) debido a la marcha de Miguel Primo de Rivera para dirigir la Campaña de África. El tema que les llevó a Madrid no era otro que la gestión de algunos asuntos locales, entre los que se encontraba la construcción del ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Río Tajo (marzo 1925).
Esta reunión en las altas esferas sirvió de estímulo para convocar inmediatamente una asamblea en Moraleja (Cáceres), que quedo fijada en el día 15 de abril de 1925. A ella acudirían más de doscientas personas.
Las autoridades del Moraleja presintieron que se trataba de algo grande y en ella se volcaron los vecinos y vecinas de esta localidad serragatina. Las calles se vistieron de gala, se adecentaron las escuelas para su celebración con mesa para la presidencia, espacios para los ponentes, sitios de protocolo para las autoridades invitadas, palco de prensa y sillas para los asistentes en general.
Consiguió atraer la atención de articulistas con comentarios como el del periodista José de Vega y Relea (1) quien se hace eco de la asistencia a este pueblo, cercano a la sede episcopal, de representantes de muchos pueblos de la Alta Extremadura y del sureste de la provincia de Salamanca. Recoge como, entre el entusiasmo de los asistentes, se convocó una vez más para la gestión de la construcción del ferrocarril de Ciudad Rodrigo a Río Tajo. Un deseo que sume a los habitantes de dichos pueblos, desde hace muchos años, y que pretenden solucionar problemas vitales que tienen planteados para lo que se ofrecieron terrenos, dinero, acciones, prestación personal y materiales.
Es un momento de total confianza toda vez que el Consejo Superior Ferroviario, que lo tiene incluido en su anteproyecto de plan general, da a entender que muy pronto será un hecho la construcción del ferrocarril. De hecho están representadas, en la citada asamblea, personalidades de todas las instituciones de las dos provincias.
Hagamos un breve recuento de estas autoridades presentes, cuya mesa presidencial estuvo ocupada por:
El alcalde anfitrión de Moraleja, Antonio Fernández Serrano
Gobernador Civil de Cáceres, don José García Crespo.
Gobernador Civil de Salamanca, Sr. Diez del Corral.
El presidente de la Diputación de Cáceres, Sr. López Montenegro;
El presidente de la Diputación de Salamanca, Sr. García Tejado.
El provisor de Coria, por hallarse enfermo el Obispo.
El diputado provincial por Ciudad Rodrigo, don José M. Rodriguez.
El diputado a Cortes Mariano Guervós.
El diputado Victoriano Pascual de Sande.
Alcalde del distrito de Ciudad Rodrigo, don Santiago Martín García.
Alcaldes de los distritos de Hoyos y Coria.
El delegado Gubernativo de Ciudad Rodrigo, Celestino Rey-Joly.
Representantes de todos los pueblos interesados en el trazado del ferrocarril.
El ingeniero del proyecto Salvador García Pruneda.
Se unen, como invitados a la reunión, representantes de la prensa escrita como:
Joaquín Román, director de Miróbriga.
Romualdo Sánchez, corresponsal de La Gaceta Regional.
Marcelo Sánchez Manzano, corresponsal de La Voz de Castilla.
Santiago Vegas, corresponsal de El Adelanto.
Jacinto Sánchez, corresponsal de El Eco del Agueda.
La asamblea gana un nuevo líder entusiasta para la causa del ferrocarril en el alcalde de Moraleja Antonio Fernández Serrano, que se uniría al viejo militante, el médico Victoriano Pascual de Sande. Alude en su discurso, al alcalde de Ciudad Rodrigo, Santiago Martín García, cuya tenacidad ha hecho resucitar este proyecto de ferrocarril arrumbado en las oficinas públicas por los políticos viejos.
1.- Vega (de) y Relea. J. “El Sol (Madrid)”. Año IX. Número 2.515. Página 3, del 29 de agosto de 1925.
Foto.- “La Unión Ilustrada” del 10 de mayo de 1925. Año XVII. Número 818. Página 32. Autoridades asistentes a la asamblea de Moraleja, Cáceres, del 15 de abril de 1925, convocada por el alcalde de esta localidad Antonio Fernández Serrano. Entre los fotografiados el propio alcalde de Moraleja (5). Gobernador Civil de Cáceres, José García Crespo (1). Gobernador Civil de Salamanca Sr. Diez del Corral (2). Ingeniero Salvador García de Pruneda (3). Presidente de la Diputación de Cáceres, Sr. López Montenegro (4).
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