jueves. 28.03.2024

Hablar de Javier Cercas (Ibahernando, 1962) es, en principio, hablar de Soldados de Salamina, publicada en el año 2001. Se convirtió en un extraordinario éxito de ventas (más de treinta ediciones a día de hoy) y recibió, además, los elogios de la crítica más exigente.

Se trata, efectivamente, de una interesante novela en la que el autor, de una forma tremendamente original, narra la fuga de Rafael Sánchez Mazas (ideólogo de la Falange) del pelotón de fusilamiento, en los últimos años de la Guerra Civil Española. Lo interesante es el punto de vista: el propio autor, convertido en periodista, forma parte de la trama al convertirse él mismo en el investigador de la historia. El protagonista no es el falangista, como cabía esperar, sino el soldado que propició su huida –republicano- y al que se busca incansablemente para conocer el porqué de esta decisión.

Estamos seguros de que muchos de nuestros lectores conocen ya esta novela de la que se ha realizado, además, una adaptación cinematográfica. Por esta razón, nosotros hoy vamos a hablar de otras, muy entretenidas y, por supuesto, con calidad literaria.

Y comenzamos por una novela publicada en el año 1989, cuando Cercas aún no era un autor reconocido. Se trata de El inquilino. Es un relato muy breve, apenas poco más de cien páginas en edición de bolsillo. Se cuenta en él la historia de Mario, un joven profesor universitario que, como el propio autor, vivió y trabajó en Estados Unidos. Su vida es apacible, sin nada interesante que destacar, hasta la llegada al apartamento contiguo de otro profesor al que Mario, por distintas razones, acabará considerando una amenaza en su vida. Así va creándose su propia historia y nos conducirá a un final sorprendente.

En El móvil, Cercas plantea otro tipo de acercamiento entre realidad y ficción. ¿Puede un escritor convertirse en asesino para conseguir escribir una obra maestra? ¿Qué le empuja al protagonista de esta a seleccionar entre sus vecinos a los personajes de su novela? La intriga y la tensión están garantizadas.

Y después del gran éxito, quizás vino la gran preocupación del escritor ante las expectativas que había generado. No obstante, no por la presión, sino porque Cercas es un magnífico escritor que no defrauda, las ha superado después con la publicación de La velocidad de la luz. En ella, vuelve a aparecer un personaje muy cercano al propio autor –joven escritor en Estados Unidos- que nos engaña y nos hace pensar, por momentos, que no es otro que él mismo, enfrentado a su propio éxito.

Podríamos acabar hoy hablando sobre Anatomía de un instante, donde la realidad ocupa ahora un primer plano, puesto que el autor realiza aquí una crónica magistral del 23F que consigue sumergirnos a todos en una época. Pero esta es una historia para otro día.

Javier Cercas: más allá de Salamina