sábado. 20.04.2024

La fuerza hace la unión, la unión hace la fuerza

Hace poco, tuve el placer de ir a presentar el libro “U/O pequenu príncipi” al instituto y la escuela de Valverdi du Fresnu, junto con mi amigo y traductor Pepi. La verdad es que para mí fue una experiencia muy positiva.  

En el instituto, pensando que posiblemente habría personas no “falantis”, dije a los asistentes: “Si preferís os hago la charla en castellano”... y espontáneamente, varios chicos contestaron al unísono: “¡En a Fala!”… lo tenían muy claro. Tan solo hubo uno, que dijo: “yo no entiendo algunas palabras, pero lo comprendo”.

En el ambiente, yo captaba algo especial, yo diría: orgullo de la propia lengua. Notaba a todos esos adolescentes, metidos de lleno en este mundo globalizado actual... pero a la vez, unidos por un vínculo cultural común. Yo sentía mucha fuerza. Una fuerza que de alguna manera creaba lazos de unión.  

Cuando nos íbamos, un profesor nos comentó: “Los chavales escriben sus whatssap en Fala, sería bueno hacer una norma escrita”. Apreciación interesante.

Más tarde, en el colegio, una profesora de preescolar, comentó que los niños (si acaso de 4 años) llegaban a la clase “falandu” pero al poco tiempo pasaban al castellano. Dato muy significativo.  

Recapacitando, para mí es constatable, primero, que allí estaba el futuro de la lengua y segundo, que ellos/as están abiertos/as a todo… si hay alguien que lo ofrezca.

Sin embargo, no se está ofreciendo gran cosa.

Los gobernantes autonómicos extremeños, vergonzosamente, no han sabido dar el apoyo y reconocimiento que merece este tesoro lingüístico. Ni un solo partido político extremeño ha tenido la decencia histórica, en la última reforma del estatuto, de reconocer cuando menos la existencia de esta lengua con tanto arraigo. Eso sí, cuando alguien de fuera ha intentado aportar dignidad a la lengua, todo ha sido arremeter demagógicamente contra los “intrusos”. ¿Bien de interés cultural? ¿para qué? ¿dónde están ahora mismo las ayudas a la publicación de libros, a la rotulación, a la documentación, a la introducción en la educación etc. etc.? Lo poco que se ha hecho ha sido siempre desde los ayuntamientos.

Esa es la realidad aunque pueda molestar escucharlo. Una muestra: para editar “O/U pequenu príncipi”, antes de nada, hice una llamada para solicitar apoyo a la Consejería de Cultura de la Junta  y… pasaron a tope. Todo hay que decirlo.

Por otra parte, un nuevo hecho realmente grave y preocupante es la irresponsable exclusión de la Lengua de Xálima del nuevo informe elaborado por el gobierno español para el Comité de Expertos del Consejo de Europa que tiene que valorar cada tres años el cumplimiento en España de la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias. ¡Una auténtica vergüenza! La filosofía es: “ignora y borra de la lista”.

Yo animo, a que creemos una plataforma que aúne esfuerzos para defender que A Fala sea beneficiaria de la protección de las leyes europeas (y españolas).    

Cabe recordar que la propia Constitución, en su artículo 3.3 afirma: “La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”. Existe un obvio agravio: se está garantizando desde hace muchos años un exquisito estatus de protección y co-oficialidad para el catalán, el vasco, el gallego y el aranés (con apenas 4000 hablantes)… y  no se acuerdan para nada de la Lengua del Valle de Xálima. ¿No es igual la Carta Magna para todos?

¿Por qué digo todo esto? Vamos a ver, hoy en día, en este mundo globalizado, las lenguas minoritarias si no cuentan con apoyo y reconocimiento claro de manera oficial, están abocadas a morir en pocos decenios (por mucha fuerza que tengan). No nos engañemos.

¿Queremos conservar la Lengua? ¿Queremos evitar que se vaya difuminando?... ¿Sí? Tiene que haber unión para reivindicar una dignificación y una aplicación de las garantías legales que sí tienen otras modalidades lingüísticas del territorio español. No se trata de ir en contra del castellano ni de nadie. Se trata de puro respeto y consideración. El conformismo y la pasividad no llevan a ninguna parte.

Muchas gracias.

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La fuerza hace la unión, la unión hace la fuerza