Cilleros, tierra del vino,
Cilleros, del olivar,
tus campos desde las Vegas
avanzan a Portugal.
Tus hombres rudos y fuertes,
tus mujeres, laboriosas…
La hospitalidad abunda
como en el rosal las rosas.
Hacia otras tierras lejanas
hubo en tiempos que emigrar
para buscar otra vida,
aunque aquí quedó el hogar.
Parador, pozo las Eras,
los Molinos, la Cementá
Gitanita, Pica, el Peso,
y la Lancha de Cristal…
Cilleros, tierra del vino,
Cilleros, del olivar,
tus campos desde las Vegas
avanzan a Portugal.
Sierra de Santa Olalla,
a tu pueblo lo proteges
de los fríos aires serranos
que por el norte acometen.
En lo alto de la sierra
se alza la peña Ahiral,
que orgullosa en su atalaya
al pueblo quiere mirar.
Y también está la cuesta
por donde la serrana venia,
que con un lento caminar,
a transportarnos día a día
Cilleros, tierra del vino,
Cilleros, del olivar,
tus campos desde las Vegas
avanzan a Portugal.
Se levanta la mañana
por los llanos y las vegas,
y en el Caño se reúnen
obreros p’a las faenas.
Caminando van cuadrillas.
Ellas, cestas en la mano,
ellos las varas al hombro
cual los Tercios Castellanos.
Por el aire los cantares
inundan la serranía
mientras cogen la aceituna
y reparten la alegría.
Cilleros, tierra del vino,
Cilleros, del olivar,
tus campos desde las Vegas
avanzan a Portugal.
Virgen de Navelonga,
bendito patrón San Blas,
en Cilleros se os venera
desde tiempo inmemorial.
Ronchadera de mi infancia
por la que me deslicé…
Procesiones de febrero,
¡mi escopeta llevaré!
El sol se va de poniente,
ya la luna en lo alto está,
bajo callados tejados
el pueblo soñando va…