La calidad de la representación es patente tras haber representado este auto sacramental --con textos del párroco Andrés Pulido en 1987-- durante veintiséis años. Tanto el director, José Luis Bravo, como los actores conocen bien su papel, se sumergen en él, y la escenificación conmueve quienes la contemplan. La parte técnica, como la recreación de los escenarios como la iluminación y el vestuario son propios de una compañía teatral consolidada que realiza un muy buen trabajo aprovechando ese más de cuarto de siglo de experiencia.
Torrecilla de los Ángeles vive Jueves Santo con solemnidad y silencio. La iluminación ayudaba a engrandecer las distintas escenas y dotaban de un realismo aún mayor estampas que abarcaban la Última Cena hasta la entrega del cuerpo de Jesús a su madre, María.
La temperatura veraniega invitaba a disfrutar del teatro al aire libre. Pasadas las doce de la noche finalizó esta nueva función con el beneplácito de cientos de personas venidas de distintas localidades serranas y otros puntos de la región. Numeroso era el grupo formado por los participantes en la concentración de autocaravanas que esos días se celebraba en Plasencia. Los asistentes coincidieron en valorar el buen hacer de toda la compañía, desde su director, pasando por todos los actores y los responsables del vestuario, la caracterización, la recreación de los escenarios y su iluminación, con la ejecución de momentos realmente impactantes. Llevados por el realismo, el público animaba a Jesús en su desplazamiento o zahería a Judas tras su traición.
Los datos para esta crónica y TODAS LAS IMÁGENES DE ESTE ÁLBUM SON DE JOSÉ MANUEL ROBLEDO VINAGRE, fotógrafo, colaborador de este diario, y director de la tienda on line www.sibarigata.es
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