jueves. 25.04.2024

126. Sentirse querido

Si desanudamos con paciencia los lazos que nos unen, esos lazos jamás se romperán, aunque estamos muy lejos; nos llevaremos el regalo de la lección aprendida más que el sentimiento de fracaso que nos amarre al pasado

Sentirse querido
Sentirse querido

Las relaciones humanas no se deben  romper, sino hay que desanudarlas. ¿Qué quiero decir? Pues, que cuando rompemos una relación algo también se rompe dentro de nosotros: perdemos integridad dentro y fuera, pues nos quedamos con la herida del resentimiento que afectará permanentemente nuestra vitalidad.

Si desanudamos con paciencia los lazos que nos unen, esos lazos jamás se romperán, aunque estamos muy lejos; nos llevaremos el regalo de la lección aprendida más que el sentimiento de fracaso que nos amarre al pasado.

Los resentimientos son heridas en el corazón que generan úlceras, hipertensión, cáncer, colitis, artritis y otras muchas enfermedades crónicas. El nombre y apellidos de muchas enfermedades que se ven en la práctica clínica es resentimiento, o sea, sentimientos no resueltos o mal reparados porque hubo una ruptura en la relación.

    No debemos permitir jamás que una relación llegue al extremo de la ruptura que destruye esa red de soporte emocional que da sentido a la vida: de la integridad de esa red depende el pronóstico de la salud, la enfermedad y  en definitiva, la vida. Hay una clara relación entre la capacidad de curarse de una enfermedad grave y localidad de las relaciones que uno tiene consigo mismo y con los otros.

Si a mí me dijeran que han descubierto un medicamento que duplica la supervivencia de los  pacientes  afectados  de una enfermedad grave, yo le diría: ese es un medicamento fantástico y lo sacaríamos en la prensa, radio y televisión. Bien, ese medicamento existe: es el Soporte Afectivo.

Si tú dices a alguien, desde el corazón, “puedes contar conmigo” esa persona se está soportando en ti y le estas dando sentido su vida. Podemos vivir de muchas maneras, pero sin sentido no es posible vivir. Realmente por donde se rompió el hilo de la vida, en nuestra cultura es por al lado del sentido. El sentido no es verbal. Se comunica con la mirada, desde el silencio, con la actitud, con el acompañamiento, desde los actos, desde los hechos, desde la vida.

No necesitamos muchas oraciones, ni muchas palabra sabias, necesitamos silencio, acompañamiento, ternura, disponibilidad, es todo lo que necesitamos. Necesitamos un hombro para llorar, necesitamos en quien soportar nuestro dolor; necesitamos un colchón amortiguador, para que nuestras caídas no sean tan duras.

Cuando se hacen estadísticas, se demuestra que la gente puede fumar, puede beber, puede trasnochar, puede hacer muchas cosas pero lo único que no puede hacer: es romper sus relaciones, porque el riesgo de infarto, el riesgo de morir, el riesgo de desarrollar una enfermedad crónica, de aquel que no tiene soporte emocional, es mucho más alto que el riesgo de una persona que fuma o bebe pero está contento porque se siente querido.

El sentirse querido es el principal alimento de la vida.

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

Este diario lo hacemos todos. Contribuye a su mantenimiento

ING Direct - Sierra de Gata Digital
Nº CC ES 80 1465 010099 1900183481

126. Sentirse querido