sábado. 20.04.2024

170. El camino a la felicidad

El primer paso a la felicidad es la autenticidad. No siempre hay que ser políticamente correctos. La autenticidad es tu genuina identidad, es una identidad única, original, es una identidad que nos hace íntegros…

El camino a la Felicidad pasa por la sencillez
El camino a la Felicidad pasa por la sencillez

La felicidad es un estado, no es una meta, no es algo que  hay que conquistar. La felicidad es el estado de ánimo con el que recorres el camino de la vida. ¿Y cuáles son los pasos que  hay que dar? Veamos.

El primer paso a la felicidad es la autenticidad. No siempre hay que ser políticamente correctos. La autenticidad es tu genuina identidad, es una identidad única, original, es una identidad que nos hace íntegros… La vida es arte, se goza, se inventa a cada momento.

Sin embargo, antes de dar este primer paso, antes de partir en este camino, debes de hacerte una pregunta. La  pregunta es: ¿cuentas contigo, te aprecias, te valoras, te reconoces? Ese es el primer paso en el sendero de la felicidad. Es un paso hacia tu interior. Encuéntrate contigo en tu centro, en tu corazón. Respira profundo y siente la vida. 

El segundo paso o la segunda clave es la humildad. La humildad es la clave del aprendizaje, solo desde la humildad podremos abrir nuestro corazón y especialmente nuestra mente. Solo desde la humildad admitiremos que lo que suceda en nuestra vida active nuestro campo mental, nuestro campo emocional y nos abriremos a las caricias de la vida, a las caricias del cosmos.

Vulnerabilidad, humildad y flexibilidad son claves para una nueva vida, para recuperar el poder de servir a la vida, de disfrutar, para convertirse en el fruto maduro de la vida. El orgullo nos impide disfrutar, porque el orgullo separa, divide y destruye el campo que nos permite acercarnos a los demás y disfrutar de ase relación profunda y sincera.

El tercer paso para la felicidad es, la más difícil de todas: la vida cambia y todo muere. No hay nada constante, que dure siempre, todo muere, salvo el cambio que permanece, que es eterno.  No te resistas al cambio. 

El cambio es la fuerza transmutadora. No temas al caos, pues es la matriz del cambio. No temas el mal, ni la sombra, pues son reveladoras de la luz. No temas la noche, pues sin ella no podrías contemplar las infinitas estrellas que la falta de luz nos permite ver.

El cuarto paso en el camino de la felicidad es la responsabilidad. La responsabilidad es una sensibilidad humanizada. Es una sensibilidad convertida en la capacidad de responder. Tu evolución está determinada por tu grado de responsabilidad.

La responsabilidad hace que el amor sea una verdadera repuesta a la felicidad. Responder en términos humanos es reconocer la necesidad de otro. El amor es reconocer lo esencial del otro y volcarnos a satisfacer esa necesidad desde nuestra propia sensibilidad. El amor es comunicarnos y corresponder, lo cual nos llevará a ese maravilloso universo de correspondencias. Todo amor verdadero surge de la amistad y toda genuina amistad es reciprocidad, es una vía que va en las dos direcciones.

El quinto y último paso es la sencillez. Lo bello, lo bueno, lo verdadero es sencillo. Solo lo sencillo es integro y solo lo que es integro, nos conduce a la unidad. La sencillez es transparencia, claridad, es humildad, honestidad. Nos permite bajarnos del pedestal del orgullo y entrar en la corriente, en el rio de la gente y sentirte uno con ellos. No se trata de sentirte el gigante de tus sueños, ni el enano de tus complejos… sino de entrar en la corriente de la gente y sentirte uno con ellos.

Conquistar el código de la sencillez en tú vida es condición para ser feliz, porque no tienes ninguna expectativa, porque así eres feliz con todo y a pesar de todo.    

Hasta otro día amigos.

Un abrazo

Agustín

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