sábado. 20.04.2024

En la mente

Relatos e hipótesis sobre manipulación genética, sobre simios para llegar al ser humano, por parte de seres de fuera del planeta, están muy cerca de la realidad (otra cosa es la intención de los manipuladores),  pero a un nivel evolutivo superior debe suceder algo similar, previendo los millones y millones de especies vivas que tienen que compartir el mismo habitat

En la mente

Sin ideales no hay futuro. Todos los seres humanos tienen un gran ideal, aunque este sea inconsciente, y es el de volver a su origen, del que un día partieran, como espíritus. Los demás ideales en el fondo no son sino reflejos de ese gran ideal.

Las cosas son grandes o pequeñas en función del tamaño del observador, pero a veces el observador adquiere consciencia del tamaño de su interior y entonces descubre que su interior se relaciona con el exterior.

Todos somos luz y esa luz no es sino una seña de identidad que llevamos con nosotros vida tras vida y en ella se pueden leer las maravillas de la creación y de la inteligencia humana.

En cada célula, en cada interrelación orgánica y en la relación mente-cuerpo, está la firma del Creador, y cuando digo Creador me estoy refiriendo a la Inteligencia Suprema que fue capaz de diseñar modelos como el del ser humano.

La vida es un programa que se creó para que el universo tuviera sentido. Por eso tiene sentido la muerte, porque la muerte es la circunstancia necesaria para que la vida se justifique y viceversa.

Llega el otoño y el suelo del bosque se cubre de hojas caducas, de una alfombra de muerte y al poco tiempo y gracias a ella, debajo de ella, de nuevo la vida bulle y se desarrolla. De la misma forma, la vida tal y como la conocemos, surgió de la muerte de formas de vida caducas o que no se supieron adaptar a los cambios y el ser humano de hoy no es más que un prototipo del ser humano futuro.

Solo el amor permanece en todas las formas de vida, estén donde estén y al hablar de Inteligencia Suprema, diría que es una manifestación de los Arquitectos del Cosmos (nivel 6 de la escala evolutiva III, articulo nº 18), que responde a un programa de expansión universal que se retroalimenta del desarrollo de la propia vida y crea constantemente nuevas de expresión (nuevas formas de vida), que luego son experimentadas en diferentes planetas de este o de otros universos.

En realidad la Tierra es un lugar de experimentación, pero no solo la Tierra, sino también todos los planetas que albergan vida.

Relatos e hipótesis sobre manipulación genética, sobre simios para llegar al ser humano, por parte de seres de fuera del planeta, están muy cerca de la realidad (otra cosa es la intención de los manipuladores), pero a un nivel evolutivo superior debe suceder algo similar, previendo los millones y millones de especies vivas que tienen que compartir el mismo hábitat. En los animales se suelen incluir prototipos humanoides, para que a partir de ellos surja la vida humana.

La sangre, por ejemplo, es un invento extraordinario, que permitió que la vida no desapareciera del planeta Tierra. Efectivamente, cuando se diseñó la vida orgánica se debió de pensar que hacía falta algo, que transportara el alimento y oxígeno a todas las partes del cuerpo y en los seres superiores (a partir de los seres acuáticos) se diseñó un corazón para que impulsara la sangre por el cuerpo y luego dos circuitos para regenerar esa sangre; luego se diseñó un centro de control para que estuviera coordinado por el sistema nervioso y el cerebro.

¿Quién diseñaría el cerebro?, y ¿el sistema endocrino? La vida es una maravilla y más aún su expresión en los múltiples y variados sistemas vivientes.

Me gustaría que pensárais en el porqué de la vida. Qué necesidad había para que se generara? ¿Qué se consigue con su existencia?

Por permitirme existir, amo a la vida, y al igual que la vida me ama a mí, amo todo lo que existe, porque solo el amor hace que todo (macrocosmos y microcosmos) tenga sentido.

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín 

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