viernes. 29.03.2024

Jesús de Nazaret

Soy de la opinión, de que “la historia la escriben los vencedores”. En este caso, respecto de Jesús, la historia la escribe el que tiene el poder: la iglesia
Jesús de Nazaret
Jesús de Nazaret

Soy de la opinión, de que “la historia la escriben los vencedores”. En este caso, respecto de Jesús, la historia la escribe el que tiene el poder: la iglesia.

Pero vamos a ver si puedo contaros la historia desde un punto de vista distinto del que las religiones establecidas quieren dar al ¿cómo, por qué y para qué vino el personaje que la historia nos ha legado como Jesús de Nazaret? Al que me refiero como histórico, por la antigüedad de los hechos, pero cuyas enseñanzas son aplicables perfectamente en la actualidad.

Al describir algunos hechos o situaciones, voy a incurrir de forma deliberada en inexactitudes, pero lo hago con la intención de hacer un poco más comprensible y sencilla la situación.

Para entender mejor lo que voy a decir, os aconsejaría que leyerais o releyerais, los artículos dedicados a la Escala Evolutiva o Ciclo de las Manifestaciones del Creador, especialmente el que hace referencia al 7º escalón evolutivo.

Toda manifestación del Creador procede y forma parte de ÉL, desde lo más insignificante hasta lo más importante, desde la más mínima mota de polvo hasta la más grandiosa de las galaxias, desde los seres unicelulares hasta la más compleja manifestación de inteligencia.

Toda la creación manifestada forma parte de y es Dios, en un determinado nivel de manifestación, pero Dios. Perdonad que me repita: no hablo de religión instituida, solo de volver a la Fuente.

Jesús de Nazaret es hijo de Dios, sí, y tú y yo, y las avispas y las arañas…

¿Tú has visto a las arañas reunirse o asociarse para adorar a un humano, solo por el hecho de que esté 2 ó 3 escalones por encima en la escala evolutiva? No, ¿verdad? Entonces, digo yo, ¿por qué voy a adorar a Jesús de Nazaret por el hecho de que esté 3 escalones por encima de mí? Respeto sí, todo el del mundo, pero el mismo respeto que debo de tener y sentir por la araña o por la hormiga, ya que “TODOS” somos una manifestación de la Fuente o Creador. Y seguramente todos somos “curritos”, caminantes del sendero de la evolución de vuelta a la Fuente y nadie es más que nadie. Solo que los que van delante ya conocen el camino y en acto de buena hermandad, a veces vuelven atrás, para enseñar a los que van detrás de ellos.

Pero en el caso de Jesús, Él rechazó en varias ocasiones el tomar el papel de líder, revolucionario o político. Él siempre rechazó el poder, el gobernar, el mandar, el dirigir. Su principal labor fue hablarnos del Padre, “Abbá” (papá). Un Dios Padre amoroso y cariñoso. Nunca vengador o iracundo, como un tal Yhavé, del que habla la Biblia, aquel que decía, “ojo por ojo y diente por diente” o “aquel que cometiera pecado será castigado hasta la 7ª generación o hasta setenta veces siete”…

No, el Padre del que habla Jesús es amoroso, como cualquier padre lo es con sus hijos.

Jesús de Nazaret es la primera o, mejor dicho, la más alta manifestación del Creador. Y como todos tenemos que aprender lo que es ser Creador, Él también tenía que aprenderlo, y la mejor forma de aprender es experimentar. Quiero decir que Jesús vino a este planeta a experimentar lo que es la vida en el escalón humano con todas sus consecuencias, sus miserias, sus alegrías…, en todas sus etapas, desde el nacimiento hasta la muerte.

Y como tal y con todos los detalles, se preparó, diseñó y ejecutó su plan de encarnación en nuestro planeta.

Pero la experiencia era muy larga, no se hizo en una sola etapa, antes estuvieron Krishna, Zoroastro y Buda que encarnaron el mismo espíritu que Jesús, en diferentes circunstancias, pero con un mismo objetivo: la experiencia en la carne; “y el verbo se hizo carne”. Es decir: la palabra creadora, tomó materia para experimentar esa etapa física de la creación.

Lo que sucede es que la experiencia, la vida de estos cuatro Avatares, es tan ilustrativa que los que manejan el poder han caído en la tentación de instituirla como religión, para así controlar al ser humano y tener el poder.

Por lo que yo sé, ninguno de estos cuatro “Maestros” dejó nada escrito. Y no lo hicieron expresamente, porque sabían lo que pasaría. Y aun así no pudo evitarse. Las personas próximas a su experiencia escribieron o mandaron escribir los hechos acaecidos.

Y ya sabemos lo que ha pasado: evangelios, normas, mandamientos, instituciones, manipulación…

En definitiva, yo pienso que Jesús de Nazaret no vino a decirnos qué tenemos que hacer, vino a hacer un trabajo en favor de su propia evolución y ascensión en la escala evolutiva, de vuelta al Origen, a la Fuente. Lo que sucede es que su experiencia, su expresión es tan rica e ilustrativa que sirve de ejemplo para los demás.

No sé si con estas mismas palabras, pero Jesús dijo: “por sus obras los conoceréis”.

Digo lo de otras veces, informaos, aprended, investigad sobre su vida. Leed entre líneas, ved no tanto lo que dijo, sino cómo vivió, cómo se relacionó con judíos y gentiles, con ricos y pobres, con enfermos y lisiados, con prostitutas, con niños, etc… y luego comparadlo con nuestros políticos y con el clero.

Él nunca se preocupó por la riqueza o el poder. Sí se ocupó de los enfermos y desvalidos, de los pobres y leprosos, de los marginados y repudiados. De su forma de vivir sí podemos aprender que el camino no es poder y riqueza. Sí podemos aprender que el camino es la “ayuda a los demás”, “dar de comer al hambriento”, “consuelo al afligido”…

Todos estos entrecomillados se pueden resumir en una sola enseñanza. Jesús vino a experimentar y su experiencia nos enseña que el único camino al PADRE es la ayuda a los demás, o sea el AMOR.

POR SUS OBRAS LOS CONOCERÉIS. Y esta enseñanza no caduca.

Continuará…

Hasta otro día.

Un abrazo amigos.

Agustín

Jesús de Nazaret