miércoles. 24.04.2024

No somos los primeros

Desde tiempos remotos, el ser humano ha venido preguntándose si estamos solos en el universo y también si somos la primera civilización avanzada que ha vivido en este nuestro planeta Tierra

No somos los primeros

Desde tiempos remotos, el ser humano ha venido preguntándose si estamos solos en el universo y también si somos la primera civilización avanzada que ha vivido en este nuestro planeta Tierra.

Pero sí hay una cosa, bien cierta: el testimonio de los escritores antiguos, que apoya la existencia de una raza avanzada, que no está registrada en la historia oficial. Pero sí hay numerosas referencias y alusiones en los más diferentes pueblos y culturas. Dicha raza parece ser que transmitió sus conocimientos a sacerdotes y filósofos de Egipto, Babilonia, México, India, Grecia y China.

Dejaré al lector decidir, si como dijo Niels Bohr, uno de los padres de la Física Cuántica, a un científico en una convención celebrada en New York, al respecto de este tema: ”Estamos de acuerdo en que esta teoría es cuando menos disparatada. La duda que nos divide es: ¿es lo suficientemente absurda como para ser cierta?"

Así pues, retrocedemos a los comienzos de la civilización. Aparecieron extraños semidioses o dioses en el escenario del mundo que ilustraron, enseñaron y ayudaron al hombre primitivo. Veamos algunas historias sobre este tema.

Un ser superior vino en cierta ocasión a la tierra del Nilo en un pasado remoto. Civilizó a los moradores de Egipto, proporcionándoles símbolos para registrar los sonidos y las ideas (la escritura), la lira para recrearse (música), mapas de las estrellas (astronomía), nombres de hierbas y remedios que podían curar las enfermedades (medicina). Luego, este benefactor pronunció un adiós a la gente de Egipto y ascendió al cielo. Su nombre era Toth, Hermes o Mercurio.

Un portador de cultura llegó a Grecia en tiempos antiguos. Era un músico maravilloso y poseía tal sabiduría que podía contestar “todas” las preguntas. Hablaba de cosas extrañas e incomprensibles como, por ejemplo, la vida de las estrellas. Los griegos lo conocían como Orfeo.

La “serpiente con plumas” o Quetzalcoatl, descendió de “un agujero en el cielo”. Otra versión describe un barco con alas que navegaba. Quetzalcoatl instruyó a los indios de América central en las ciencias de la Agricultura, la Astronomía y la Arquitectura y les dio un código de Ética. El civilizador dejó una gran huella en toda la cultura centroamericana, y aun hoy es venerado en México. ¿Es esta otra leyenda acerca de un cósmico portador de la antorcha de la civilización?

En el nacimiento de Sumer, una fantástica criatura desembarcó en las costas de Golfo Pérsico. Parecía un gran pez pero en su “boca” había una cara humana. Este “monstruo”, que pudo haber sido un visitante cósmico en su traje espacial, después del “amaraje”, habló a los primitivos pobladores de Mesopotamia y les enseñó cómo construir ciudades (arquitectura), compilar leyes (justicia), poner sus pensamientos en palabras (escritura), utilizar los números (matemáticas), y observar las estrellas (astronomía). Este dios, con supuesta forma de pez, fue conocido como Oannes, civilizó a los salvajes y humanizó sus vidas. Su legado científico era de la más alta calidad, y la gente de los valles del Tigris y el Éufrates se convirtieron en grandes astrónomos y matemáticos.

Muy lejos de Babilonia, en Sudamérica, un hombre blanco de alta talla vino del país de la aurora. Reveló a los indios los secretos de la civilización y les inspiró elevados ideales éticos. Cuando su misión fue completada, al igual que Oannes, desapareció en el mar. Su nombre era Viracocha, “la espuma del mar”. ¿Tenemos aquí otra vez una leyenda acerca de un emisario de las estrellas cuya nave igual podía viajar por el agua que por el espacio?

A mediados del pasado siglo XX, se descubrieron en Tassili, al norte de Sáhara, unas pinturas rupestres muy peculiares. Describen un grupo de hombres en lo que parecen ser trajes de buzo o trajes espaciales, y que carecen de boca. Es una imagen pintada sobre roca de 6 m de longitud, fue apropiadamente llamada el “marciano”. Dado que las pinturas tienen una antigüedad de 9.000 años, probablemente no representan a los hombres provistos de prendas en la cabeza para protegerse de la arena del desierto, como algunos escépticos han sugerido, pues en aquella época ¡el norte de Sahara no era desierto, estaba cubierto de vegetación!

¿Existió en tiempos remotos de verdad una civilización avanzada sobre el planeta? ¿Cómo o por qué desapareció?

El profesor Frederick Soddy, pionero en la ciencia atómica, escribió en 1909: "La leyenda de la caída del hombre, posiblemente, fue todo lo que sobrevivió de semejante tiempo, antes de que por alguna razón desconocida, la totalidad del mundo, se hubiera desmoronado otra vez, bajo la indiscutible oscilación de la Naturaleza, para empezar nuevamente su laboriosa resurrección a través de los siglos”

La historia, mitología y libros sagrados de la mayor parte de las razas vienen a apoyar la imaginativa teoría de Soddy. ¿Por qué aparecieron leyendas relativas al diluvio en pueblos tan distantes y tan diferentes como el soleado Egipto, Grecia y Mesopotamia, en los montañosos Perú y México, en la helada Groenlandia y en el arenoso Gobi?

El hombre de Cro-Magnon no era muy diferente del hombre medio europeo actual. Si hubiera sido el superviviente de otra época civilizada, comprenderíamos por qué poseía el talento para producir obras artísticas de la calidad de Altamira y Lascaux.

Con frecuencia un mito no es más que la historia encubierta y medio olvidada.

Los acontecimientos históricos se asientan con el tiempo, al igual que lo hace el barro en un río, y son cubiertos nuevamente por otros acontecimientos.

La cantidad de conocimientos que poseemos acerca del pasado es tan solo una pequeña porción de lo que realmente sucedió en la historia completa de la humanidad.

Si pudiéramos mirar la historia desde una perspectiva lejana, podríamos ver que en la antigüedad hubo una gran cultura, Egipto, Sumeria, Grecia, Roma, etc. pero en decadencia, hasta la oscura Edad Media, a partir de la cual hay como un reaprendizaje, hasta los tiempos modernos.

Quizás no sea tan descabellada la idea de una gran cultura antigua, destruida por un diluvio, una catástrofe y vuelta a empezar. Quizás esta idea hiciera que nos replanteáramos, la forma de vida y sociedad actual. Quizá actualmente nos estamos peleando por cosas que en el fondo no son las importantes. Quizás nuestra sociedad tenga que mirar en otra dirección y pensar que lo importante es el ser humano, no el poder o el acumular mucho dinero. Quizás…

Hasta otro día, amigos.

Un abrazo.

Agustín.

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