viernes. 19.04.2024

Reflexiones II

Con estos artículos que titulo Reflexiones, a la vez que a mí me sirven para tomarme unos momentos de reposo y aclarar mis ideas y mi posición, os invito a vosotros a parar un poco el ritmo trepidante de nuestra vida y pensar sobre ciertos aspectos que a veces nos pasan desapercibidos
, eldolorinteriorn27.png

Con estos artículos que titulo Reflexiones, a la vez que a mí me sirven para tomarme unos momentos de reposo y aclarar mis ideas y mi posición, os invito a vosotros a parar un poco el ritmo trepidante de vuestra vida y pensar sobre ciertos aspectos que a veces nos pasan desapercibidos.

El otro día fui a recoger los huevos de las gallinas, ante su reacción de escapar, saltar, volar, cacarear, etc. mi propia reacción fue “si estaréis tontas, soy yo”.

Normalmente yo las atiendo, las limpio, les cambio el agua, le pongo la comida etc. Aún no entiendo su reacción. ¿Y yo, que me considero medianamente inteligente, que no soy capaz de entender a las pobres gallinas, que alguien nos llamó “Rey de la Creación”, me permito llamar a las gallinas, animal tonto?

¿Acaso sin darme cuenta, quiero otorgarles a las gallinas características humanas y que me faciliten el trabajo? ¿y si no las llamo animal tonto?

A veces para comprender las cosas, hay que cambiar el punto de vista y tratar de ponerse en el lugar del otro. Yo ahora me pongo en la posición y situación de la gallina.

Estoy tranquilamente, en el gallinero o fuera picoteando, escarbando y aparece “un bicho” 10 ó 15 veces mas grande que yo, que no entiendo a qué viene, que emite ruidos raros por el pico y para colmo de todo esto, mete la mano en el gallinero y no me deja terminar de poner el huevo, cosa para mí, gallina, muy importante. Y se lleva todos los huevos que hemos puesto entre todas. A veces nos tira una patada, nos hace quiebros, etc. No entiendo a estos humanos, deben de estar tontos.

Y no digamos (sigo siendo gallina), si por carencias alimenticias o por accidente algún huevo se rompe y nos lo comemos. Ya nos podemos preparar, porque a la que pille picándolo, la persigue (el humano), la acosa, la coge y la mete en sitio con rejas (jaula), colgada de la pared y la mantiene aislada de las demás, hasta que se le ocurra volver a liberarla. ¿Y él se llama a sí mismo rey de la creación?

Y ahora, siendo otra vez humano, qué pensaría si estoy en el patio de mi casa y veo por encima de la pared aparecer un tiranosaurus rex.

¡Pobre tiranosaurio! Siempre ha sido el malo, más malo, de todos los animales que han pasado por este planeta, simplemente por comer lo que encuentra, para poder sobrevivir.

Después de ver al tiranosaurio, entiendo que la gallina, se asuste de verme a mí. Y eso que yo soy mucho más guapo que el tiranosaurio. Creo.

Puedo entender a la gallina, puedo entender al tiranosaurio, pero al que me cuesta entender es a ese que llamamos ser humano. Me explicaré.

El ser humano somete a otros congéneres, físicamente, económicamente o políticamente.

Se explotan unos a otros para ganar mucho dinero o tener poder sobre los demás. Por un poco más de territorio, se provocan guerras, originando miles e incluso millones de muertos.

Supuestamente se arrepienten, firman tratados de paz, de cooperación, de no agresión mutua y a los pocos años ya están otra vez igual. No los entiendo.

Y no digamos en el terreno familiar. Hay muchos humanos que malcrían, maleducan, maltratan a su propia familia e incluso llegan a matarlos y después terminan suicidándose. Coño, que empiecen por suicidarse y dejen a los demás vivir en paz.

Sigo sin entender a las gallinas, pero aún estoy más lejos de entender al ser humano.

Pero lo más gordo de todo es que no se enteran o no se quieren enterar de que todos viven en la misma casa, en el mismo planeta, que respiran el mismo aire, que lo que hacen para someter a los demás les ata a ellos también.

Podéis imaginar que “alguien” de o desde fuera del planeta estuviera observándonos. ¿Qué pensaría viendo este panorama?

Violencia, guerras, hambre, crisis económica, degradación del medio ambiente, unos súper ricos y otros muertos de hambre…¿Qué pensarían?

Se me ocurren dos opciones, que podrían tomar estos “supuestos extraterrestres”.

O salen corriendo, al ver el panorama y se largan diciendo “cualquiera se mete ahí”, si entre ellos se hacen eso, qué no intentarán con los que venimos de fuera.

O se les cae el alma al suelo, de pena y se ponen manos a la obra en ayudarnos, como el “hermano mayor” ayuda al pequeño.

Reflexionando sobre el ser humano, creo que es más fácil entender a la gallina o al tiranosaurio rex. Están donde están y son lo que son.

Bueno, también entiendo al ser humano, es lo que es y está donde está. Pero tenemos y debemos darnos cuenta de que vamos en el mismo carro, que se llama planeta Tierra, que es nuestra casa, el lugar donde vivimos. Que los que viven en la misma casa es la misma familia, que vamos todos juntos o no vamos. Que el objetivo es ser felices. Que si no comparto con los demás y los demás no comparten conmigo, al final me quedaré sin nada. Que tenemos que aprender a vivir en armonía, porque si no esta se va a ir al traste.

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

Reflexiones II