jueves. 28.03.2024

ACEBO. Capital del encaje de bolillos (III)

La Escuela de Acebo dio nombre al encaje de bolillos de torchón y Camariñas a los encajes de bolillos que se hacían en toda Galicia. Acebo o Camariñas. Quién fue primero el huevo o la gallina. ¿Trajeron los canteros gallegos sus encajes a Acebo o se llevaron estas filigranas de blanco hilo hasta las peligrosas costas de arrecifes, golfos y ensenadas?

"Vistió camisa de rrançal tan blanca como el sol,
con oro e con plata todas las presas son,
al puño bien están, ca él se lo mandó;
sobr' ella un brial primo de çiclatón,
obrado es con oro, pareçen por ó son;
sobr' esto una piel vermeia, las bandas d'oro son;
siempre la viste Mio Çid el Campeador" (1).

Qué bonitas son las leyendas. Ya sabéis que, de cuando en cuando, me gusta contaros alguna leyenda. Pues bien, una de las leyendas más difundidas de Galicia nos cuanta la historia del origen del encaje de bolillos en Camariñas.

Un día naufragó un barco italiano frente a las costas de esa localidad. La gente de Camariñas prestó auxilio y atendió a los supervivientes. En agradecimiento una noble dama italiana, que viajaba en el barco, les enseño a labrar encajes de bolillos, extendiéndose esta artesanía primero por toda la Costa de la Muerte gallega y luego por toda Galicia.

El encaje se fábrica, igual que en Acebo, sobre una almohadilla (de origen árabe), rellena de paja o bálago, en la que se sujeta un cartón que hace de picado o patrón, con un conjunto de agujeros que conforman el dibujo deseado. En ellos se van colocando las alfileres que sirven de guía para cruzar los bolillos y sujetar los puntos.

Se empleaba el hilo de lino, que se cultivaba abundantemente en Galicia. En los libros de la catedral de Toledo, primera mitad de siglo XVI, aparecen reflejadas compras de hilo gallego, lo que parece indicar que, este producto, ya se exportaba al resto de la Península.

Es el encaje de Camariñas un encaje del tipo guipur, donde las hojas constituyen los elementos básicos de la decoración. Se forman rosas, estrellas, helechos sobre un fondo enrejado hecho con trenzados con virgulitas y cruzados a veces muy complejos que forman vilanos o milanos.

Nos cuenta otra leyenda que en el año de 1535, cuando el culto se daba en la ermita de San Sebastián de Acebo por estar la iglesia de Nuestra Señora de Santa María derrocada, llegaron a este pueblo serragatino unos canteros gallegos, que se trajeron consigo a sus familias y con estas el encaje de Camariñas.

Sin descartar que, en algún momento determinado, llegaran hasta la nuestra Sierra de Gata los hilos de lino gallegos, lo cierto es que en Acebo se trabajaba con hebras de lino puro, obtenido por procedimientos caseros.

Y aquí comienza la polémica.

Es cierto que la iglesia parroquial de Acebo comenzó a edificarse hacia 1508, pero no consta ninguna documentación de la llegada, a este lugar dicho, de canteros gallegos. Y siguió siendo así hasta 1520.

Es cierto que la tradición oral, anda siempre cantando por las cuatro esquinas, como el ciego de Perales, que el encaje de Acebo llegó, a esta localidad serragatina, de la mano de los canteros gallegos. Sería bueno que alguien documentara el citado testimonio aunque sólo sea para que la leyenda pase a historia y no se quede en el levantamiento de un falso.

Según esta leyenda, serían las mujeres de estos fuertes gallegos, hombres expertos estos en el arte de labrar piedras de cantería las que introducirían el encaje en Acebo.

Algo así como que mientras ellos a picaban la piedra de sillería, que servía para construir la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, ellas picaban los patrones, como dibujo base, por el que circuló el alegre corretear de los entrelazados hilos.

Sin embargo, como demostramos en los artículos anteriores (2), las encajeras acebanas ya fabricaban este producto, antes de la supuesta llegada de los afanados y mañosos canteros gallegos, en el genero torchón y en tiras de galones, que he podido documentar hasta este momento, y estos ya recibían el nombre de Encajes de Acebo.

Reanudadas las obras de la iglesia parroquial en 1530, sí que está documentada la presencia de los maestros de cantería Juan Mondragón (1533) y del quebrador de piedras Francisco Suárez. También del prestigioso maestro de obra Antonio de la Puente (1538), más tarde ayudado por el también maestro de obra Antonio Fernández (1539). Lo afirmamos basado en los trabajos que, a este respecto, ha publicado don Francisco Javier García Mogollón bajo el mecenazgo de los acebanos don Augusto González Lázaro y doña Consuelo Puerto Rivero y de otros autores (3).

Pues bien, hasta el momento podemos asegurar que ninguno de estos primeros oficiales y maestros canteros y los siguientes, que señalamos en este trabajo, son gallegos.

Esto dice mucho, pero no lo dice todo. Simplemente podemos afirmar, que de los canteros que hemos encontrado en Acebo, su presumible origen no es gallego, aunque muchos proceden del norte de España. ¿Podrían ser gallegos algunos canteros de sus cuadrillas?. Puede ser, pero lo lógico es que la mano de obra no especializada fuera nativa. Ahorraba mucho dinero y daba trabajo a una zona deprimida.

¿Eran estos canteros que trabajaron, entre 1533 y 1539, en la construcción de la iglesia parroquial de Acebo de origen gallego?. Nos estamos refiriendo al periodo en que cuenta la leyenda que eso fue así y no de otra manera (1535). En el próximo capítulo desvelaremos este misterio y continuaremos desgranando la participación de canteros en la iglesia parroquial de Acebo y su procedencia.

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1.- Anónimo, Cantar de Mío Cid, versos 3088-3093. Edic. de Ian Michael. Ed. Castalia. Madrid, 2001.

2.- Puerto Rodríguez, Julián. “ACEBO. Capital del encaje de bolillos” (I) y “ACEBO. Capital del encaje de bolillos” (II). Sierra de Gata Digital del 16 de septiembre de 2014 y del 23 de septiembre de 2014, respectivamente.

3.- García Mogollón, Florencio Javier. “Acebo. Patrimonio histórico artístico de una localidad cacereña de Sierra de Gata. Imprenta Cerro. Coria, Cáceres 2000.

3.- Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura. “Monumentos artísticos de Extremadura”. Editora Regional de Extremadura. Salamanca 1988.

Foto 1.- Calle de Acebo con encajeras. Fotografías del Río. Nuevo Mundo del sábado 13 de marzo de 1915. Año XXII. Número 1.105 y Puerto Rodríguez, Julián. “Acebo 1753. Una mirada desde Sierra de Gata”. Página 18. Edición Casa de Extremadura en Getafe. Madrid 2010.

Foto 2.- “Los Capazos. Fiestas Patronales de San Sebastián”. Ayuntamiento de Acebo. Cáceres. 1995.

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