miércoles. 24.04.2024

El celebre escritor irlandés Ian Gibson visitó el pasado domingo (día 5 de mayo) la feria del libro para promocionar su nueva obra "La Berlina de Prim"· – esta vez una novela histórica ubicada en el asunto turbio del asesinato de Juan Prim y Prats, Presidente del Consejo de Ministros de España, en 1870. Dijo que para él, volver a Plasencia siempre es un placer: igual que el nombre del pueblo – “tiene que proceder de la misma raíz, ¿no?, las palabras placentera y Plasencia”, bromeaba.

Después de cinco días de feria, Gibson era la guinda del pastel y su intervención supuso la clausura bien arropado por los organizadores del evento. Hubo bastante gente interesada en acudir a escucharle opinar sobre muchos temas que iban más allá de su propio libro: su punto de vista como hispanista, tanto sobre la crisis financiera y social que afrontamos hoy en día como su convicción de que tenemos que fomentar entre los jóvenes y los niños el afán de leer para que tengan el consuelo maravilloso de la literatura en estos tiempos difíciles.

De hecho Gibson, experto en Lorca y temas importantes de la vida histórica y cultural de este país, no se considera hispanista convencional, dado que tiene la nacionalidad española desde 1984 y vive, trabaja y paga sus impuestos aquí. Dice que está más en la línea de esos ‘curiosos impertinentes’ del siglo XIX como George Burrows, quienes vinieron aquí en búsqueda de la verdad sobre un lugar exótico y desconocido al sur de los Pirineos. Para él hay una sintonía entre los irlandeses y los españoles, quizás porque somos todos de origen celta – pero los celtas de Irlanda se quedaron atrapados en el norte, añorando el sol, después de que los romanos conquistaran el resto de Europa y les aislaran.

También llama mucho a atención del escritor la presencia oculta,  digamos olvidada, del árabe en el castellano. Con más de 7,000 palabras árabes en la lengua, declaró que sería un “fantástico Día de la paz” cuando se enseñaran al menos los rudimentos del árabe en los colegios para que España pudiera desempeñar el papel de puente entre Oriente y Occidente, dos continentes, dos mundos. 

Sus comentarios sobre su novela revelaron un misterio todavía por resolver sobre las circunstancias del asesinato de Prim en un momento histórico tan clave como "La Gloriosa", y es evidente su interés en labrar la tierra para que se aclare. Ha escrito otra novela anteriormente, pero es “más autobiográfica,” por lo tanto este libro es una nueva experiencia para él. Disfrutó de la libertad de inventar los diálogos y hasta inventar personajes como la despampanante Marquesa de la trama. Por no tener los recursos necesarios para invertir cinco años en la investigación (lamentó la falta de becas y subvenciones estatales para este tipo de trabajo) eligió la ficción como la forma más adecuada para desarrollar su trabajo de indagar en la historia, y creó un protagonista investigador en su lugar: un hijo de una persona real, Robert Boyd, un irlandés enterrado en el cementerio de los ingleses de Málaga.

Su charla fue muy interesante y su trato con la gente muy cercano y amable. Seguramente le gustaría volver un día a Plasencia, la ciudad placentera.

Ian Gibson clausura la feria del libro de Plasencia