viernes. 19.04.2024

Al encuentro asistieron gestores de dehesa técnicos, empresas forestales y alumnas y alumnos de un taller de empleo de la zona. Las explicaciones se centraron en las recomendaciones para controlar y evitar la propagación de estas plagas y enfermedades, así como mejorar la gestión de los recursos forestales y naturales de la dehesa.

La dehesa boyal de Alcuéscar tiene alcornoques afectados por Cerambyx, una de las principales plagas de la dehesa extremeña. En las fincas cercanas también se han localizado focos de seca, enfermedad que provoca la pudrición de las raicillas de alcornoques y encinas.

El encuentro en Alcuéscar, celebrado esta semana, forma parte de las jornadas técnicas programadas por la Mesa de Protección de la Dehesa para explicar cómo se debe actuar y cuáles son las características de las principales plagas y enfermedades.

Las jornadas fueron presentadas por la Jefe de Servicio de Coordinación de Centros de Investigación del Gobierno de Extremadura, Carlota Daza, y contaron con la participación de técnicos de la Mesa de Protección de la Dehesa. Juan de Dios del Pozo, del Servicio de Sanidad Vegetal, explicó qué los cerambícidos, insectos que atacan la madera del tronco, es la plaga más extendida, y señaló que al tratarse de un sistema abierto como es la dehesa no se recomiendan tratamientos químicos.

Por eso, han puesto en marcha un ensayo, en colaboración con el Centro de Investigación de La Orden, en el que se utiliza un reclamo alimenticio para estos insectos. Se trata de la elaboración de un atrayente basado en alcoholes fermentados en azúcar, en concreto vino y cerveza, para la captura de ejemplares adultos. Aunque aún no hay conclusiones definitivas, las pruebas realizadas hasta el momento están dando buenos resultados. El objetivo es crear una trampa de uso comercial basada en la utilización de estos aromas.

El Servicio de Sanidad Vegetal también se encarga del estudio y control de otras plagas de insectos que, en la actualidad, tienen una menor incidencia, como son insectos lepidópteros, que atacan las hojas del arbolado, y los defoliadores, que perforan frutos como las bellotas.

La seca, la principal enfermedad de la dehesa

En cuanto a las enfermedades, la seca es la más preocupante. Uno de los técnicos del Instituto del Corcho, la Madera y el Carbón Vegetal (IPROCOR), Ángel Acedo, expuso a los participantes las recomendaciones que se deben adoptar frente a un foco de seca. Mientras no se conozca una solución para erradicar la enfermedad, las medidas preventivas son la mejor alternativa para evitar su propagación. El hongo causante de la seca es un microorganismo que vive en el suelo y que ataca las raicillas de encinas, alcornoques y otras especies. Se propaga por el agua y con el movimiento de personas, animales y vehículos en terrenos infectados. Por este motivo, los técnicos de la Mesa de Protección de la Dehesa inciden en la necesidad de delimitar los focos, evitar cultivos como altramuz y tremosilla, pues son multiplicadores del hongo; limitar la presencia de ganado y realizar la restauración forestal con especies distintas a las afectadas, entre otras medidas.

Buenas prácticas

Otro de los técnicos de las jornadas de campo de Alcúescar, Ramón Santiago, destacó la importancia de incorporar buenas prácticas en la gestión de la dehesa para evitar la erosión del suelo. Para conseguir un equilibrio adecuado entre la explotación de los recursos y el desarrollo sostenible, es necesario ajustar la carga ganadera, un máximo de 33 cabezas de ganado vacuno por cada 100 hectáreas; planificar y organizar los pastizales, así como realizar buenas podas de formación y aplicar medidas para regenerar el arbolado y los pastos.

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