jueves. 28.03.2024

El romero (Rosmarinus Officinalis L.)

Es una planta cargada de simbolismo, ya en la antigua Grecia se le otorgó poderes especiales y los estudiantes griegos se colocaban coronas de romero en sus cabezas antes de los exámenes para mejorar la memoria. Estaba consagrado a Afrodita la diosa del amor, puesto que se consideraba un afrodisíaco

Rosmarinus officinalis
Rosmarinus officinalis

Romero, alecrim, alecrinzeiro o romeo, son algunos de los apelativos que recibe este arbusto de hasta 2 metros de altura, de tallos jóvenes cuadrados.

Su nombre en latín "Rosmarinus", está formado por dos vocablos: "ros", rocío y "marinus", marino, debido a aguantaba bien el clima de la costa mediterránea.  Sin embargo, según otras interpretaciones, "marinus" procedería del griego "myrinos", que quiere decir "aromático".

Vive en laderas de montaña y valles calcáreos, suele acompañarse de la encina o del alcornoque, poblando casi toda la Península en estado silvestre.  Muy utilizado en jardinería como seto o arbusto aromático debido a su estado siempre verde y a su copiosa floración.

Sus hojas enfrentadas tienen forma lienal, de unos 3 centímetros de longitud y bordes retorcidos hacia abajo, verdes y con reverso de color blanco.
Las flores, que aparecen en primavera y en otoño, surgen en el encuentro de las hojas con el tallo, formando ramilletes floríferos.

Cada flor se compone de un cáliz bilabiado y de una corola, de color azul claro con manchas violeta y estambres encorvados.

Tanto las hojas como las flores tienen un aroma y sabor intenso, que se hace patente al frotar las primeras y al comer las segundas.

Virtudes

Toda la planta contiene un aceite esencial rico en terpenos, ácidos fenólicos, flavonoides, taninos, saponinas y pequeñas cantidades de glucósido.

Esta esencia de romero, se contiene en hojas y flores en proporción de un 2 ó 3%, según clima y condiciones del suelo.  Se trata de un líquido incoloro de olor alcanforado y sabor amargo.

Dice el refrán: "De las virtudes del romero se puede escribir un libro entero", por ello intentaré incluir las más importantes, que son numerosas.

Sus principales virtudes son la estimulante, antiespasmódica, colagoga, vulneraria y tonificante. Debemos utilizarlo con precaución, ya que su uso en exceso puede resultar tóxico y mortal.

La infusión de romero, no debe llevar más de 15 gramos por litro de agua hirviendo, que retiraremos cuando llegue a ebullición.  Tomaremos 3 ó 4 tazas diarias, endulzadas con miel, antes de cada comida, disfrutaremos así de sus propiedades tónicas y aperitivas.

Podemos prepararla más concentrada, añadiendo el doble de dicha cantidad para usarla externamente en heridas, quemaduras, contusiones y reumas.

También podemos preparar el denominado "alcohol de romero", para usarlo como linimento, con unos 300 gramos de hojas y flores recien cogidas por cada litro de alcohol o aguardiente de la Sierra.  Dejaremos esta mezcla en maceración durante tres meses, con la botella bien tapada, removiéndola casi a diario, transcurrido este tiempo, filtraremos y guardaremos en botella de vidrio con tapón de corcho.  Nos será muy útil para tratar dolores de todo tipo, sobretodo los producidos por la fatiga tras largas caminatas.  El alcohol puede ser sustituido con aceite de oliva con las mismas virtudes.

El vino de romero se prepara macerando unos 100 gramos de hojas y flores en un litro de vino bueno de la Sierra de Gata, durante 10 ó 15 días.

Sus hojas bien secas y troceadas pueden añadirse al agua hirviendo para extraer sus vapores, para aliviar problemas respiratorios como la tos o la bronquitis.

Debemos manejarlo con cuidado en su uso interno y  por sus propiedades abortivas no deben tomarlo las embarazadas.

Es una planta cargada de simbolismo, ya en la antigua Grecia se le otorgó poderes especiales y los estudiantes griegos se colocaban coronas de romero en sus cabezas antes de los exámenes para mejorar la memoria. Estaba consagrado a Afrodita la diosa del amor, puesto que se consideraba un afrodisíaco.

Los romanos mantuvieron su uso medicinal y ofrendaban romero a sus dioses. El romero se empleaba en los sahumerios, quemándose durante los rituales mágicos de purificación del hogar.

Según una leyenda cristiana, el romero debe el color de sus flores a la Virgen María, que mientras huía a Egipto para salvar al niño Jesús lo dejó sobre una cama de flores blancas, y que al levantarlo estas se habían tornado azules.  Otra leyenda asegura que al pasar su manto por una mata verde sin flores, esta floreció al instante, llenándose de maravillosas flores del mismo color que su manto.

En la Edad Media fué muy utilizado, dando nombre a los romeros o peregrinos, ya que era frecuentemente empleada tras las duras marchas a pie por sus propiedades calmantes y relajantes. Aún en esta época seguía considerándose la planta del amor, por su poder estimulante y afrodisiaco.
Actualmente se utiliza en la industria cosmética por sus beneficiosas propiedades sobre la piel y el pelo, añadiéndose a productos de todo tipo.
 

El romero (Rosmarinus Officinalis L.)