Tino, duraznillo, folhado, laurel salvaje, laurentina o laurestim, son algunos de los nombres que recibe este arbusto de 2 ó 3 metros de altura, siempreverde con hojas opuestas, coriáceas y aovadas, de color verde intenso por el haz y verde más claro por el envés.
Las flores, que aparecen en invierno cuando el resto de las plantas carecen de ellas, destacando entre el paisaje de las umbrias de la sierra, forman ramilletes aparasolados y tienen la corola de una sola pieza, de color banco o sonrosado, con cinco lóbulos y cinco estambres.
Sus frutos ovoides, de 5 milímetros, son de color azulado oscuro, casi metálico y poco carnosos. Tienen hueso y se encuentran coronados por cinco dientes en su extremo superior.
Normalmente se cría en bosques de encinas y alcornoques, umbrías y barrancos frescos, distribuyéndose por casi toda la Península.
Los griegos la denominaron "tinus" que significa laurel silvestre, por su parecido con esta planta, aunque carece de su olor y de sus virtudes.
Virtudes
Sus hojas contienen viburnino, que también se encuentra en viburnum opalus. Son extremadramente amargas y se pueden utilizar en infusión contra la fiebre.
Sus frutos se han utilizado para combatir la hidropesía y son purgantes, pero deben usarse con mucho cuidado, ya que son de efecto poco seguro e inflaman la boca y las encías al masticarlos.
El mejor uso que podemos dar a esta hermosa planta es el ornamental, formando setos o aislada en el jardín, puesto que su floración color blanco, crema o ligeramente rosada, aportará un toque de color en invierno, justamente cuando es más necesario.
