viernes. 19.04.2024

ExplorING Sierra de Gata 2015, así, con un juego de palabras, ha denominado la Asociación de de Ingenieros Técnicos Industriales cacereña el planazo que ha diseñado para sus asociados este fin de semana en la comarca  

ExplorING Sierra de Gata ha sido “nuestra primera convivencia en este formato y, estábamos preocupados por cómo pudiera salir”, confiesa a este digital Fernando Doncel, decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Cáceres y presidente de la Asociación cacereña homónima. Una vez superada la prueba, Doncel solo puede calificarla de “extraordinaria”. “Los participantes han regresado encantados y todos hemos podido comprobar la exquisita hospitalidad, la extraordinaria gente de Sierra de Gata y, la verdad, hemos quedado con ganas de regresar con más tiempo”. La prueba podría decirse que era una contrarreloj y los ingenieros “no pudimos verlo todo y lo que vimos lo disfrutamos a toda velocidad”. “Todos los participantes han quedado con unas ganas brutales de regresar y pasear la Sierra con tranquilidad” añade el autor de la propuesta.

Todo el diseño de la actividad era secreto del más alto nivel. Los participantes solo sabían que saldrían ExplorING Sierra de Gata, actividad diseñada por la Asociación de Ingenieros Técnicos Industriales de Cáceresde Cáceres a las ocho y media de la mañana el sábado, pero no sabían dónde irían, qué tendrían que hacer o en qué consistía el fin de semana de convivencia organizado por su asociación profesional, encargada de las actividades culturales y de formación que desarrollan los ingenieros a lo largo del año. Hay que decir, en este punto, que la Asociación de Ingenieros Técnicos industriales de Cáceres es la más activa de todo el país y la número uno en formación on line.

Esta ha sido la primera ocasión que la asociación ha organizado una convivencia como ExplorING Sierra de Gata, diseñada de forma gratuita por la escuela de animación Natura 2000 siguiendo las pautas marcadas desde la asociación. “Queríamos dar un paso más dentro de las convivencias que realizamos todos los años fuera y dentro de España, con la que realizar un llamamiento al sentido de pertenencia y a la unidad”, declara Doncel. En su opinión actividades como esta “podían ayudarnos a la exploración interior, a profundizar en nuestro propio colectivo”. “La finalidad última es conocer por qué estamos todos juntos y qué podemos lograr con la unidad”.

Junto a este objetivo filosófico, ExplorING Sierra de Gata contribuye también “a un conocimiento profundo de los tesoros que esconde nuestra provincia, --declara el decano-- como som la Sierra de Gata, Monfragüe, La Vera o Las Villuercas -- Ibores”.

La propuesta de Doncel obtuvo la respuesta inmediata de sus asociados. En apenas 72 horas, las  plazas disponibles fueron cubiertas y eso que “los ingenieros técnicos industriales, somos, a veces, unos cabezas cuadradas, y no podemos con la incertidumbre; nos supera”, pero “precisamente ese misterio era parte del encanto de esta propuesta”, añade Doncel.

“La historia que hemos escogido para esta acción se desarrolla a través de un símbolo renovado de la sierra de Gata, que es el castillo de Trevejo”, declara Doncel. “Es paradójico --añade-- porque cuando comencé trabajar, tuve que hacer el proyecto para la iluminación artística de los monumentos de Sierra de Gata y entre ellos se encontraba el castillo de Trevejo, que entonces yo no conocía”. “Hace unos años, era todavía más fantasmagórico y el pueblo estaba más deshabitado aún que hoy”.

Una vez llegaron los exploradores a su misterioso destino --la localidad serrana de Hoyos--, comenzaron a formarse cuatro equipos, que a lo largo de la jornada descubririan que se denominaban como cuatro órdenes militares: Santiago, Alcántara, Templarios y Malta. En la localidad, fueron agasajados con zumo de naranjas serranas, aceite DOP Gata--Hurdes y dulces tradicionales caseros. No se podía pedir más para comenzar una aventura que ninguno de ellos sabía dónde ni cómo acabaría.

Desde que desembarcaron en la Sierra,  los ingenieros comenzaron a recabar pistas y la última de ellas era averiguar el nombre y la identidad de su equipo. Cuatro pistas en Hoyos y dos más en la ruta de por el antiguo camino que une la localidad soyana con Trevejo. Una vez en esta pequeña localidad y tras comer unas migas en la taberna de Martín, comenzaba la segunda fase de la aventura que se desarrollaba ya en el propio castillo.

Como no podía ser de otra forma tratándose de una asociación de esta naturaleza, ExplorING Sierra de Gata también incluía la visita a una instalación industrial y en esta ocasión pudieron conocer de primera mano la almazara As Pontis, ni más ni menos.  “Es una instalación puntera, y sus promotores apuestan seriamente por la calidad, con presencia en 21 países, al mismo tiempo que apuestan por la zona”, declara el decano cacereño. En As Pontis, la prueba consistió en la cata de aceite y, además del disfrute, los aventureros pudieron ir sumando pistas para lograr su objetivo final.

Natura 2000 no ha dejado nada al azar y, tratándose de Sierra de Gata, la última pista estaba escrita en a fala y guardada en el interior de una botella sumergida en la fuente de la plaza de San Martín de Trevejo. Tras poner en común todo lo averiguado hasta el momento por unos y otros equipos, los ingenieros pudieron descubrir, al fin, que esa noche dormirían en el antiguo convento de San Miguel, en San Martín de Trevejo, donde disfrutaron de una cena de gala. Al igual que los equipos representaban las órdenes que a lo largo de la historia defendieron el castillo de Trevejo “nosotros, a través de las generaciones, defendemos nuestra profesión desde hace 165 años”, declara Fernando Doncel.

Toda esta aventura finalizaba con la puesta en común, con el trabajo en grupo de los cuatro equipos. A la hospedería conventual Sierra de Gata llegaron todos juntos y, entre todos, tenían que descubrir la última de las pistas. En el reverso de las 40 tarjetas que habían ido acumulando a lo largo del día se iba intuyendo la formación de una figura que finalmente resultó ser el escudo de la asociación. “Fue un momento de catarsis”, rememora el ingeniero decano.

Todos los equipos recibieron, al finalizar, un merecido premio. Así, la Orden de Malta fue premiado por Exploring Sierra de Gata 2015, organizada por la Asociación de Ingenieros Técnicos Industriales de Cáceresresultar el equipo más fotogénico, por su buen humor y por su participación. La Orden de Santiago obtuvo el premio al equipo más disciplinado. La Orden de Alcántara fue premiado por su solidaridad y la Orden de los Templarios resultó ser el más ingenioso a la hora de resolver los misterios planteados, llegando a recurrir tanto a los vecinos como a las redes sociales para lograr sus objetivos.

El domingo, antes de abandonar la Sierra, los ingenieros pudieron conocer distintas bodegas tradicionales mañegas, callejear por las calles únicas de San Martín, conocer su molino y disfrutar de una buena comida en Os Arcus.

“He de agradecer el trabajo que mucha gente ha realizado de forma gratuita, desde Natura 2000, hasta el ayuntamiento de Hoyos, pasando por la taberna de Trevejo y apartamentos A fala, los hermanos Jesús y Tinín Mora, que nos abrieron las bodegas en San Martín de Trevejo, Ana Belén García o Ana Isabel Alonso, que vino desde Plasencia para dirigir la cata de aceite”.

En Sierra de Gata, los ingenieros han descubierto “una hospitalidad excepcional que nunca habíamos encontrado antes”, concluye el decano.

ExplorING Sierra de Gata se ha desarrollado en las fechas previas a la celebración de San José, patrón de los ingenieros técnicos industriales. Fernando Doncel, su decano, tiene un empeño especial en imbricar su profesión con la sociedad en la que desarrolla su trabajo. Desde hace unos años, la Asociación de Ingenieros Técnicos Industriales de Cáceres --que cuenta con 400 asociados-- levanta a la entrada de los polígonos industriales de distintas ciudades, un monolito con el escudo profesional para llamar la atención de la sociedad sobre la presencia de la ingeniería técnica industrial “oculta” en cualquier acto de nuestra vida cotidiana. Este monumento, diseñado por uno de sus asociados, ya puede contemplarse en Plasencia, Coria, Miajadas, Cáceres y, desde el año pasado, en Trujillo. “Queremos que los ciudadanos sepan que los ingenieros técnicos industriales nos ocupamos de que haya agua potable disponible, energía eléctrica, climatización, comunicaciones... hasta smarts cities”, declara su decano. “Estés donde estés siempre hay detrás el trabajo de un ingeniero técnico industrial, ya sea en un semáforo o en un satélite de comunicaciones”.

IMÁGENES cedidas por EXTREMADURA VIRTUAL, fotógrafos y productores audiovisuales de ExplorING Sierra de Gata.

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Y la Sierra se llenó de ingenieros