sábado. 20.04.2024

La barca de los sueños, de nuestros amigos de Dando vueltas sobre vueltas, por fin nos hemos visto en Bilbo

Actualmente, existen contextos escolares que favorecen la puesta en marcha de proyectos portadores de resiliencia. Proyectos que para el profesor requieren una dedicación exquisita que traspasa horarios y exigencias del currículo. Para el alumno supone un despliegue de posibilidades de aprendizaje, de dotar significado a lo que hace, de sentirse único, de demostrar sus capacidades… Y para los padres supone en muchos casos una desconfianza ante esta manera de trabajar porque todavía considera que es más productivo que su hijo sepa perfectamente los afluentes del río Duero que desarrollar habilidades para la vida diaria, capacidad de trabajar en grupo, estrategias de resolución de problemas… 

Imagen de barrenetxea en flickr
Imagen de barrenetxea en flickr

En el post “La arcilla que va en tus manos”, Conchi Martínez nos regala un cuento precioso sobre una maestra y su capacidad para apreciar la esencia de las cosas. Eso me hace pensar una vez más en la importancia de la figura de los maestros, del contexto escolar y en concreto el contexto del aula como favorecedor de resiliencia. La actitud del maestro hacia los diferentes estilos de aprendizaje de sus alumnos, su presencia incondicional, su capacidad para potenciar las fortalezas, la vinculación, la metodología utilizada …. hacen de su profesión, o en el mejor de los casos de su vocación una de las más importantes por la repercusión que tiene en la vida de sus alumnos.

Actualmente, existen contextos escolares que favorecen la puesta en marcha de proyectos portadores de resiliencia. Proyectos que para el profesor requieren una dedicación exquisita que traspasa horarios y exigencias del currículo. Para el alumno supone un despliegue de posibilidades de aprendizaje, de dotar significado a lo que hace, de sentirse único, de demostrar sus capacidades… Y para los padres supone en muchos casos una desconfianza ante esta manera de trabajar porque todavía considera que es más productivo que su hijo sepa perfectamente los afluentes del río Duero que desarrollar habilidades para la vida diaria, capacidad de trabajar en grupo, estrategias de resolución de problemas… Y es que muchas veces los padres buscamos la brillantez académica, centrándonos en aprendizajes, que siendo importantes no son necesarios, y dejando de lado otros que atienden a los sentimientos, emociones y favorecen su desarrollo integral como personas.

Al hilo de esto, de la importancia de trabajar con la metodología de proyectos me encantó el realizado en un colegio de la comunidad de Madrid (dentro del proyecto LÓVA) que consiste en que: “los alumnos asumen el papel de profesionales y ponen en pie una producción de teatro musical en la que todo es creación suya: el libreto, la caracterización, la publicidad, el patrocinio, la escenografía, la iluminación, la música, la regiduría, el maquillaje, etc.

A lo largo del curso y en horario lectivo, el proceso de creación de la ópera se convierte en una metáfora de la vida y en una plataforma para el desarrollo social, emocional y cognitivo. La compañía infantil estrena su ópera después de ocho meses de trabajo y sin ayuda de adultos. LÓVA no tiene como objetivo la calidad artística de la puesta en escena, sino la calidad y la profundidad del proceso de aprendizaje”.

Así fue como Mikel inicia su viaje en la barca de los sueños

Suena el despertador. Para Mikel es duro iniciar el día, percibe el colegio como un mar de tempestades. Su CI posiblemente supere al de los demás pero apenas se relaciona, le cuesta establecer interactuar con los demás y no encuentra significado a lo que allí hace, además los resultados, que tanto importan a sus padres, no son buenos. Pero hoy es un día especial, su tutora le adentra en una experiencia diferente donde le da la oportunidad de ser importante y único y de aprender de una manera singular. Formará parte de la creación y puesta en escena de una ópera. El aún no sabe lo que esto va a significar en su vida. 

Pronto tendrá un papel muy importante (como todos los demás niños) en la compañía “la barca de los sueños” (nombre que ellos mismos eligen y que, sin duda, tiene un significado importante para ellos). Eso sí, debe remar con los demás y para los demás, de otra manera no se consigue el objetivo, el sueño, que es representar la ópera. 

La tutora ofrece a cada niño tres posibles papeles a representar de los que deben elegir uno (según sus preferencias) Además debe dar los motivos por los que cree que es la persona adecuada para realizarlo. 

Mikel eligió ser músico. Cualquiera de los otros dos hubiese sido mejor (piensan sus profesores) pero ¡sus razones eran tan válidas!…. que los profesores apostaron por el contratiempo y la falta de ritmo en pos de facilitar la necesidad de expresión que este niño alegaba, le facilitaron ser él mismo a pesar de sus escasas aptitudes musicales. Es así como Mikel, inicia un trabajo importante de apertura hacia él mismo y hacia los demás. Desarrolló habilidades para relacionarse adecuadamente con los demás y encontró el significado a lo que hacía.

Así fue como poco a poco, ese mar de tempestades se va calmando ayudándole a flotar y disfrutar no sólo del viaje sino de la puesta en marcha de la obra que era lo que ellos consideraban su sueño. Pero él todavía no era consciente de que ese viaje no terminaba ahí, que en ese momento se iniciaba otro viaje que le acompañaría toda su vida, él ya tenía diversos remos con los que bandear el temporal sintiéndose cada vez más seguro. Tanto es así que una vez representada la obra, los profesores son invitados a participar en una rueda de prensa en el Teatro Real. Estos consideran que son los niños los que deben participar en la misma, ellos son los que mejor saben cómo han hecho las cosas, y lo van a transmitir perfectamente ya que para ellos todo ha tenido un significado y todo ha sido muy trabajado y muy sentido por lo que no hay miedo a las preguntas de los periodistas. Desde el teatro Real les comentan que eso no se ha hecho nunca pero aceptan. Se piden en la clase dos voluntarios para participar en la misma. El se ofrece como voluntario alegando que tiene muchas cosas que aportar y sabe cómo hacerlo. Fue elegido por todos sus compañeros y participó en una rueda de prensa de más de una hora transmitiendo desde el sentimiento y el significado lo trabajado durante el curso, ninguno de los profesores podría haberlo transmitido mejor. Hay una anécdota curiosa, la madre de Mikel, después de la rueda de prensa le pregunta qué tal ha ido, cómo se siente y él solamente le dice ¡me eligieron todos mis compañeros, me eligieron todos mis compañeros!!! Para él no fue tan importante la rueda de prensa ni el haber estado con Plácido Domingo, lo que le importaba era la confianza que los demás habían depositado en él, él se mira en los demás.

Este es un ejemplo de la resiliencia en el aula. El equipo de profesores, posiblemente sin conocer el término resiliencia ni lo que significa trabajaron perfectamente los seis pasos de la rueda de la resiliencia de Nan Henderson. Y desde el momento en el que ponen en marcha el proyecto, el aula se convierte en un espacio constructor y facilitador de resiliencia porque sacan a flote las fortalezas de sus alumnos, les ayudan  a pasar de un estado de riesgo escolar o incluso vital (en casos de desprotección familiar) a zambullirse en otro donde estará ileso y saldrá fortalecido.

Seis son los remos que dirigen la barca, que la mantiene a flote, remos que o bien mitigan los factores de riesgo o tienen que ver con la construcción de la resiliencia.

El primero enriquece los vínculos: No sólo con los iguales y los profesores sino con ellos mismos. En esta experiencia se tienen en cuenta las inteligencias múltiples (por lo tanto se incide también en la inteligencia intrapersonal e interpersonal) y los diferentes estilos de aprendizaje lo que ayuda a reforzar la vinculación de los niños con el aprendizaje.

El segundo supone fijar límites claros y firmes: en este caso los límites no son vividos como algo impuesto, ellos mismos sienten la necesidad de esos límites y normas sin las cuales no conseguirían el sueño.

El tercero enseña habilidades para la vida: El trabajo en grupo, la cooperación, la expresión de las propias opiniones, la toma de decisiones, el fijar metas, resolución de conflictos, destrezas comunicacionales, habilidades para resolver problemas y adoptar decisiones unido a un manejo sano del estrés son aspectos que caracterizan al proyecto.

Pero el remo principal lleva inscrito brindar afecto y apoyo. Esta es la base de la construcción de la resiliencia. Que en este caso se expresa en conductas concretas como tener en cuenta a todos los alumnos y otorgarles la misma importancia, darles las mismas oportunidades y, sobre todo dedicarles tiempo atendiendo su individualidad.

En todo momento se establecieron y transmitieron expectativas elevadas. La confianza en que iban a ser capaces de representar una ópera.Brindar oportunidades de participación significativa. 

Centrándonos en la clase está clara la participación significativa de todos y cada uno de ellos gracias al establecimiento de un currículo mucho más significativo y participativo para todos y sobre todo centrado y basado en la motivación y los intereses de los alumnos.

Lo más importante es que, ahora, cada alumno tiene más remos para mantener su barca a flote y bandear tempestades y calmas, pero si alguien está preocupado por los resultados académicos, 7 años después, los niños que participaron en estos proyectos han demostrado tener el mejor nivel en las pruebas de fin de etapa (sexto) de la comunidad de Madrid.

Dedico este post a todos los maestros y profesores que aprovechan cada momento de interacción con sus alumnos para generar aprendizajes significativos y buenos tratos; y que, a través de una u otra metodología ofrecen remos para navegar tanto en la agitación como en la calma. Concretamente se lo dedico a mi cuñada María José que participó en uno de los tres primeros proyectos de ópera que se pusieron en marcha en España, concretamente en el colegio Nuestra señora de la Victoria de Villarejo de Salvanés (Madrid), y que aporta a su vocación pasión, entusiasmo, positividad y dedicación contagiando de una manera especial a sus alumnos.

NOTA ARTÍCULO DE ANNA FORÉS PUBLICADO EN EL SIGUIENTE ENLACE

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