viernes. 19.04.2024

Hay cierto tipo de eventos y costumbres que no pueden ser considerados tradición en estos tiempos. La  Mutilación Genital Femenina afecta en la actualidad alrededor de unos 140 millones de mujeres y niñas en el mundo. La Mutilación Genital Femenina podría definirse como  todos aquellos procedimientos que, de forma intencionada y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. No aportan ningún beneficio a su salud, sólo daño y  además puede producir hemorragias graves y problemas urinarios recurrentes, quistes e infecciones, ya en la edad adulta pueden causar, infertilidad, complicaciones en el parto y aumento de riesgo de muerte del no nacido. Frecuentemente son necesarias nuevas  intervenciones quirúrgicas, por ejemplo cuando el procedimiento de sellado o estrechamiento de la abertura vaginal se debe corregir quirúrgicamente para permitir las relaciones sexuales y el parto. A veces se vuelve a cerrar nuevamente, incluso después de haber dado a luz, con lo que la mujer se ve sometida a aperturas y cierres sucesivos, aumentándose los riesgos inmediatos y a largo plazo.

Hay distintos tipos de ablación:  Clitoridectomía, excisión,  infibulación, y otros procedimientos lesivos que  no vamos  a entrar a describir, aunque si diremos que son lo suficientemente crueles para que a cualquiera se le encoja todo el cuerpo.

¿Los motivos de tal salvajada?  Ni más ni menos que una doble moral que exige, tapa y reprime a la mujer frente al hombre,  a fin de controlar,  mitigar o eliminar el placer sexual de la mujer.  Se pretende evitar la supuesta promiscuidad de la mujer y asegurar que sólo tenga hijos con el marido. Si no se dan todos estos requisitos la mujer es rechazada y repudiada social y públicamente,  como sucede con las niñas que al l legar a la adolescencia huyen de sus hogares para evitar ser mutiladas.  Por ello cada vez con más frecuencia se detectan mutilaciones en niñas de menor edad incluso en bebés de un año.

Pero tal vez  el primer  y más importante motivo sea  la ignorancia y con ella el miedo que responde a una concepción sexista, que mantiene  relaciones jerárquicas de desigualdad entre hombres y mujeres.

Las estructuras de poder y autoridad junto a las propias mujeres  circuncidadoras e incluso parte del personal médico contribuyen a  perpetuar  un modelo tradicional que sitúan  a  la mujer en situaciones injustas y  denigrantes. En algunos países el porcentaje de profesionales de la salud que practican ablaciones alcanza un preocupante 74%, que tal vez se mantenga mientras no se genere una alternativa real de ingresos, ya que se trata de un servicio  muy valorado y remunerado económicamente.  

En todo caso, estamos hablando de  una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas en toda regla. Asimismo, violación de  los derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte. Pero no sólo eso es una práctica discriminatoria que vulnera el derecho a la igualdad de oportunidades,  el derecho a la protección frente a prácticas tradicionales peligrosas y el derecho a decidir acerca de la propia reproducción, derechos todos ellos protegidos   por el Derecho Internacional.

Sea cual sea la identidad de  género, edad, relaciones íntimas, los derechos sexuales y reproductivos pertenecen a cada persona con independencia de las decisiones que tome sobre esos mismo derechos. Y conllevan el derecho a decidir de forma libre sobre si llevar una vida sexualmente activa o no, sin sufrir ninguna violencia, ni prácticas nocivas o cualquier tipo de discriminación.

El Especial de 2010 del Derecho a la Educación de Naciones Unidas afirmaba que:

 “el derecho a la educación incluye el derecho a la educación sexual, el cual es un derecho humano en sí mismo, que a su vez resulta condición indispensable para asegurar que las personas disfrutemos de otros derechos humanos, como el derecho a la salud, el derecho a la información y los derechos sexuales y reproductivos. Así, el derecho a la educación sexual integral es parte del derecho de las personas a ser educadas en derechos humanos”

Y dice más:

 “los Estados deben asegurar que no se restrinja el acceso de las personas a los servicios apropiados y a la información necesaria, debiendo eliminar las barreras sociales y regulatorias respecto de la información sobre el cuidado y la salud sexual y reproducía”

Hoy,  6 de febrero se celebra el día contra la Mutilación Genital Femenina, que se va a hacer extensible a todo el 2015 a través de la campaña “Pulseras contra la MGF”. Desde Acuex te invitamos,  entra en nuestro Blog: www.acuexorg.wordpress.com y participa en la eliminación de la MGF.

Mutilación genital: Tradición o barbarie