sábado. 20.04.2024

135. La convivencia

La convivencia hace a los humanos más fuertes, por eso en los primeros estadios del hombre, nacían muchos niños para fortalecer la tribu de las demás, sobre todo cuando faltaba el  alimento

La convivencia
La convivencia

En el ejercicio de la convivencia se aprende a tensar y a destensar, a apretar y a aflojar, a correr y a andar y a estarse quieto. Convivir es uno de los ejercicios que aprendemos tan pronto entramos en la etapa de los mamíferos, pero es a la llegada a la escala humana cuando ese aprendizaje se ha sofisticado tanto que se convive más con  las intenciones y los supuestos que con los hechos.

La convivencia hace a los humanos más fuertes, por eso en los primeros estadios del hombre, nacían muchos niños para fortalecer la tribu de las demás, sobre todo cuando faltaba el  alimento.

Básicamente, todos  los seres humanos tenemos activo ese principio de convivencia, tan solo alterado cuando se cambia el tener hijos por el tener dinero, porque el dinero proporciona ahora lo que los hijos al principio: capacidad de obtener cosas. Evidentemente ese hecho cambia algunos principios de la convivencia, por ejemplo, si le entrego a mi trabajo más tiempo que a mi familia creyendo que tener más dinero, al trabajar más, mejorará mi calidad de vida.

Las personas que viven en comunidad (pareja, familia, congregación, etc.) saben que se deben establecer normas para que todos se referencien en ellas. Cuanto más amplia la comunidad, más normas.

Los mamíferos, animales que no escriben las reglas, las conocen muy bien y las respetan, no así los humanos, por eso la convivencia se hace tan difícil. Lo curioso del asunto es que solo hacen falta dos o tres normas que deberían ser las únicas:

    1ª No hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti.

O dicho de otra manera: Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti. Sin más comentarios.

    2ª Respetar las creencias.

Respeto a las creencias, y no solo a las políticas o religiosas, sino de forma de entender la vida. Los acuerdos y el respeto permitirán que las diferentes creencias no entren en conflicto.

    3ª Respetar la libertad del ser humano a la hora de tomar decisiones.

Una vez que se han manejado y considerado todas las opciones se debe dejar ejercer la libertad de decisión o sea el libre albedrío, en el bien entendido caso que el que toma decisiones se hace responsable de las consecuencias derivadas de esas decisiones.

Pero, luego están las expectativas. Las expectativas distorsionan aquellas cosas que uno espera obtener, sin que previamente se hayan expresado. ¿Cuántas decisiones tomamos en base a expectativas que solo están en el plano de los deseos y que carecen de base real?

Esta es una importante reflexión que deberíamos hacer, porque la convivencia en muchas ocasiones está basada en expectativas y eso siempre puede crear frustraciones y dificultades en las relaciones y la convivencia.

    Hasta otro día amigos.

    Un abrazo.

    Agustín

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135. La convivencia