martes. 23.04.2024

174. Cuidarse uno mismo

El cuidado de sí mimo implica, en primerísimo lugar, acogerse a uno mismo, tal como se es, con sus aptitudes y sus límites. No con amargura, como quien quiere modificar su situación existencial, sino con jovialidad

Es necesario cuidarse a uno mismo
Es necesario cuidarse a uno mismo

Pensemos un poco en nuestra pobre, infeliz/feliz existencia.

Debemos cuidar de todo, también de nosotros mismos, pues somos el más próximo de nuestros próximos y, al mismo tiempo, el más complejo y más indescifrable de los seres.

¿Sabemos quiénes somos? ¿Para qué existimos? ¿Hacia dónde vamos? 

¿Qué es el ser humano en la naturaleza? Una nada delante del infinito, y un todo delante de la nada, un eslabón entre la nada y el todo, pero incapaz de ver la nada de donde proviene y el infinito hacia donde va.

Verdaderamente, no sabemos quiénes somos, solamente desconfiamos de que o quien somos, en la medida en que vamos viviendo y sufriendo, vamos descubriendo lentamente quiénes somos. En último término somos expresiones de aquella Energía de fondo (¿imagen de Dios?) que sustenta todo y dirige todo.

En esta búsqueda el cuidado de sí mismo desempeña una función decisiva.

También  reconócete en aquello que eres, procura profundizar en ti mismo para descubrir tus potencialidades y limitaciones; intenta realizar aquello que realmente puedes.

Lo primero que hay que afirmar es que el ser humano es un sujeto y no una cosa. No es una sustancia, constituida de una vez por todas, sino un nudo de relaciones siempre activo que mediante la cadena de relaciones está construyéndose continuamente, como lo hace el universo. Todos los seres del universo, son portadores de cierta subjetividad porque tienen historia, viven en interacción e interdependencia de todos con todos, aprenden intercambiando y acumulando informaciones. Pero el ser humano realiza una modalidad propia de este principio que es el hecho de ser un sujeto consciente y reflejo. Sabe que sabe y sabe que no sabe y, para ser completos, no sabe que no sabe.

El cuidado de sí mimo implica, en primerísimo lugar, acogerse a uno mismo, tal como se es, con sus aptitudes y sus límites. No con amargura, como quien quiere modificar su situación existencial, sino con jovialidad. Con las características físicas que tenemos, debemos elaborar nuestro modo de ser en el mundo.

El cuidado de sí mismo exige saber combinar las aptitudes con las motivaciones. No querer hacer lo que está fuera de tu alcance y tus posibilidades.

Otro componente del cuidado para consigo mismo es saber y aprender a convivir con la dimensión de sombra que acompaña a la dimensión de luz. Amamos y odiamos. Es Somos el encuentro de esas oposiciones.

Cuidar de sí mismo es poder crear una síntesis donde las contradicciones no se anulan, pero predomina el lado luminoso.

Cuidar de sí mismo es amarse, acogerse, reconocer nuestra vulnerabilidad, poder llorar, saber perdonarse y desarrollar la capacidad de saltar por encima y aprender de los errores y contradicciones. Entonces, como me dijo un cura en mi infancia, escribimos recto, a pesar de las líneas torcidas.

Hasta otro día, amigos.

Agustín.

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174. Cuidarse uno mismo