Acedilla, agrilla, vinagrera, o acedeira son algunos de los nombres comunes que recibe esta planta vivaz con cepa tuberosa, que puede crecer hasta un metro de altura, suele tomar color vinoso en la base.
Sus flores forman un ramillete en la sumidad del tallo y en los ejemplares femeninos se transforman en frutos de tres cantos.
Sus hojas tienen sabor agrio y podemos encontrarla en prados y orillas de arroyos de Extremadura, aunque cada vez es más escasa en su estado silvestre.
Virtudes
La acedera tiene propiedades aperitivas y diuréticas, también se le atribuye la mágica virtud de purificar la sangre, con merecida fama antiescorbutiva, por su riqueza en vitamina C. Deberán abstenerse de tomar acederas todos cuantos muestren alguna propensión a formar cálculos biliares o uninarios, porque favorece esta anomalía.
Existen gran variedad de razas cultivadas como hortaliza, que tras hervir sus hojas en agua, y tirarla, pues contiene el tóxico del oxalato potásico ácido disuelto, se consumen a modo de espinacas. Considerada como una verdura excelente, se digiere con facilidad y ayuda a la digestión.
Sus raíces, aplicadas crudas, sanan las infecciones de la piel y las uñas, limpiando previamente la zona.
Antiguamente se consideraban tan fuertes sus poderes como poción contra las picaduras de alacrán, que se pensaba que si alguién bebia su zumo, previamente a recibir su picadura, no recibiría ningún daño, cosa nada recomendable.
Espero que os haya gustado conocer las propiedades ocultas de esta saludable hortaliza y os invito a consumirla dentro de una dieta sana y equilibrada, que en los tiempos que vivimos se ha degradado tanto, que normalmente ni es una cosa ni la otra, sino más bien una compleja mezcla de alimentos hipertransformados, la mayoría de origen animal, que consumimos con stres, bueno, eso si no vives en la Sierra de Gata, donde ya sabemos que el tiempo "lo dan dao".
