viernes. 29.03.2024

El fresno (Fraxinus angustifoia Vahl.)

Sus hojas son laxantes y se emplean contra el reuma y la gota. Su corteza se creyó febrífuga, pero ha caído en desuso actualmente. El "vino de fresno" se prepara cociendo unos 50 gramos de hojas durante quince minutos en un litro de vino bueno, una vez fío se filtra la mezcla, lo embotellaremos para tomar dos vasos al día para combatir la artritis. Sus frutos pulverizados fueron usados a grandes dosis contra la artritis y se dijo de ellos que ayudaban a adelgazar
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El fresno

Fresno, frexo, freixo, fleja o freixera, son algunos de los nombres que recibe nuestro fresno, y digo nuestro fresno, porque aunque existen otras variedades de fresno parecidas, como el excelsior o el ornus, el que vive en nuestra Sierra de Gata es el angustifolia, un fresno un poco más pequeño, pero que ha formado parte de nuestro paisaje durante siglos.

Valverde del Fresno se llama así en referencia a los magníficos fresnos que poblaban el valle de Jálama, de los que aún quedan algunos ejemplares en muchas de sus praderas actuales, tanto en Valverde, como en Eljas y San Martín de Trevejo.

Vinculado a la mitología celtica, vive cerca de cursos de agua y en los fondos de valles frescos, con nivel freático elevado, también en bosques frescos y de umbría.

Se trata de un árbol de tamaño medio que puede alcanzar los 15 metros de altura, su tronco corto y grueso, de corteza gris, que se presenta resquebrajada.

Sus yemas son de color pardo, diferenciándose así de su hermano el excelsior que las tiene negras. De ellas brotan las hojas en primavera, disponiendose una frente a otra, compuestas por un número impar de hojuelas lanceoladas con borde aserrado.

Sus flores, muy precoces, tanto que se adelantan a las hojas, se disponen formando ramilletes opuestos, carecen de sépalos y pétalos, poseen un par de estambres y el pistilo.

El fruto es aplastado en forma de lengüeta, con un ala que le facilita la diseminación lejos de su progenitor, se trata de un aquenio alado o sámara.

Virtudes

Las hojas del fresno contienen manita, inosita, quercitrina, dextrosa, ácido málico libre, malato cálcico, etc. En su corteza podemos encontrar también manita, fraxinita, alcohol cerícilo, etc...

Sus hojas son laxantes y se emplean contra el reuma y la gota. Su corteza se creyó febrífuga, pero ha caído en desuso actualmente.

Podemos preparar una infusión con 20 ó 30 gramos de hojas de fresno en un litro de agua hirviendo, se dejan en el agua hasta que se enfríe, se filtra y se toma varias veces al día, siendo buen remedio como laxante, diurético y contra las crisis de gota.

El "vino de fresno" se prepara cociendo unos 50 gramos de hojas durante quince minutos en un litro de vino bueno, una vez fío se filtra la mezcla, lo embotellaremos para tomar dos vasos al día para combatir la artritis.

Sus frutos pulverizados fueron usados a grandes dosis contra la artritis y se dijo de ellos que ayudaban a adelgazar.

Mi abuelo Santos, antaño conocido curandero de Valverde, preparaba un curioso remedio, ponía varias ramas de fresno en la hoguera, pero con el extremo hacia fuera, de forma que cuando comenzaban a quemarse, rezumaban savia cocida por el extremo, savia que cuidadosamente recogía en un frasco con cuentagotas. De esta savia, ya tibia, echaba unas gotas en cada oido de los niños, cuando éstos sufrían dolor de oídos, obrando el milagro de calmar tan insoportable dolor.

También utilizaba su madera resitente y elástica para fabricar cucharas, morteros e interminables argollas enlazadas entre sí.

El fresno (Fraxinus angustifoia Vahl.)