Cuando me enteré de la desaparición del periódico “La crónica de la sierra” pensé, la cultura como siempre es la primera a la que meten la tijera en época de vacas flacas. Afortunadamente, al poco tiempo, conocíamos que su lugar lo ocupaba “Sierra de Gata digital”. Desde entonces, con aplicado interés leo lo que publica sobre lo más próximo a nosotros, nuestra tierra, aunque estemos ausentes de ella.
Gracias a “Sierra de Gata digital”, puedo estar al corriente de cuanto acontece en los pueblos de nuestra sierra y alimentar, desde la distancia kilométrica que me separa de ella, esa nostalgia necesitada de información que la haga más real e imperecedera y más firme frente al desgaste por el paso del tiempo.
El periódico digital de la sierra ha llenado un vacío informativo, ha dado eco al silencio de sus valles, manteniendo latente el pulso informativo que toda sociedad necesita para conocer y darse a conocer a los demás.
Me gustaría no tener que decirlo, pero hace tiempo que para los periódicos de la región, “El Hoy” o “El Extremadura”, la sierra de Gata dejó de tener interés. No tienes más que teclear sierra de Gata en el buscador de sus hemerotecas y pulsar buscar. La respuesta no puede ser más elocuente “No hay noticias”. Solo ocupamos sus portadas en verano, cuando los incendios forestales hacen acto de presencia en nuestros montes.
De este vacío informativo, de este limbo periodístico en el que vivíamos, nos ha venido a rescatar “Sierra de Gata digital”. Esta labor informativa no sería posible, ni se materializaría digitalmente si no fuera por el trabajo encomiable de su directora, Sara Fontán. Ella tiene el mérito y a ella le debemos que todo lo que es noticia en la sierra de Gata llegue a nosotros a través de la pantalla de nuestros ordenadores e Internet.
Este es el futuro del periodismo, la información digital y la opinión interactiva de los lectores. Libre y sin censuras, la que no está supeditada a ninguna ideología ni credo político, a ningún interés mediático o grupo de presión. La que surge limpia, sin ambages y se traslada a los receptores sin interferencia que distorsione el mensaje ni avergüence al mensajero.
Espero que este primer año sea el preludio de otros muchos años más como este y siga informándonos sobre cuanto acontece en nuestra sierra, quizá no tan relevante para algunos medios, pero sí para quienes nos interesa más lo que ocurre en nuestros pueblos que las galeradas partidistas y la intoxicación periodística con que pretenden anularnos personal y socialmente.
¡Felicidades!