sábado. 20.04.2024

Cada dos años y medio aproximadamente, hay un mes que tiene dos lunas llenas (denominada también luna azul), como ha sido el caso del pasado mes de agosto de 2012. Para el viernes día 31, se había convocado, sin organización especial, a los aficionados al senderismo de la Comarca para realizar una subida a la Boya Grande de Robledillo de Gata y poder disfrutar desde el punto más alto de Sierra de Gata (1.516 m.), la puesta de sol y la salida de la luna, que ese día suceden casi al mismo tiempo.

No defraudó la convocatoria en cuanto al número de participantes, que rondó la veintena, ni por supuesto defraudó el desarrollo de la ruta que resultó espectacular.

Partiendo desde la localidad serrana de Robledillo de Gata, hay que subir con vehículos por el puerto que conduce hasta la provincia de Salamanca (Martiago), donde ya nos sorprende el bonito paisaje de la zona, aunque la carretera invita a ir muy pendiente de la conducción pues se trata de una de aquellas estrechas vías de las ya quedan pocas por Europa. Al culminar el puerto tomamos una pista forestal hacia la derecha, indicada con carteles verticales de madera (Chorro de los Ángeles) y recorriendo aproximadamente unos dos kilómetros llegamos a una explanada donde se pueden dejar los vehículos y desde la cual parte el cortafuego que tomaremos y ya no abandonaremos hasta la cima en la Boya Grande.

Desde este punto hasta el final de la ruta hay unos 4 kilómetros que en la ida son prácticamente en ascenso, el cortafuego por el que subimos está en buenas condiciones para caminar y rápidamente la vista se pierde en unos horizontes casi infinitos donde podemos contemplar perfectamente entre otros, todo el Valle del Río Arrago. Hay momentos en que la dificultad del ascenso se muestra en rampas con más del 40% de inclinación y el desnivel total puede rondar los 600 metros, aunque no hay que asustarse porque la distancia es corta. Esta ruta no es aconsejable para hacerla con niños y además de no contar con fuentes de agua en su camino, es muy recomendable, incluso en verano, llevar ropa de abrigo para la cumbre, donde casi siempre sopla un viento fresco que te obliga a abrigarte sino no quieres pasar un mal rato.

La subida puede hacerse en hora y media teniendo en cuenta las paradas; el descenso se puede realizar con media hora menos. Todo el recorrido se consuma por el cortafuego citado y la rampa más dura en el final nos conduce, casi con la lengua fuera, hasta el punto geodésico donde se marca la cima de la Boya Grande, junto a la cual existe una edificación ya destruida, que nos puede servir de refugio temporal para el viento.

Una vez en la Boya Grande, el paisaje que se puede contemplar desde aquel confín de la comarca, es seguramente uno de los más impresionantes y desconocidos de la Sierra. Se puede observar toda la llanura castellana hasta Ciudad Rodrigo y los pueblos portugueses cercanos, todo el Valle del Arrago con las Jañonas, la Boya Chica, que se encuentra a pocos metros de la Grande, La Alemara de Gata a lo lejos siempre vigilante, Jálama y un sinfín de pueblos que a medida que cae la noche convierten el horizonte en un mar de luces en el que se pierde la vista.

El descenso resulta muy cómodo incluso de noche, ya que como he dicho antes, el cortafuego tiene buen caminar y la luna nos enfoca de tal forma que no es necesario encender el frontal.

Considero que de las rutas nocturnas que se realizan por la comarca, esta es una de las más interesantes que se pueden realizar y es intención de ASESGAT convertirla en un clásico para futuros veranos y para que los aficionados senderistas puedan disfrutar con el paisaje y con la energía que trasmite el atardecer con la salida de la luna llena de agosto, desde un paraje tan bello como este en el término de Robledillo.

Identificación: Subida a la Boya Grande. Robledillo de Gata (Cáceres)
Longitud recorrido: 8 kms. (ida y vuelta) Desde la pista forestal al Chorro de los Angeles.
Tiempo aproximado: 3 horas.
Dificultad: Media-Baja.

 

II Edición Subida a la Boya Grande en la luna llena de agosto