Otro mes con nombre de emperador romano, AUGUSTO.Y para que no fuera menos que Julio César le concedieron también 31 días, cuando la norma era ir alternando su número.
Nuestra constelación zodiacal de hoy es CAPRICORNUS (cap. 15), una de las más pequeñas y menos brillantes. En la noche del uno al dos de agosto, a la 1 de la madrugada, dibuja una especie de triángulo por la zona comprendida entre el sureste y el sur. Sus vértices son DENEB ALGEDI (la cola de la cabra), a un palmo sobre Guijo de Coria; OMEGA-CAP a un poco menos de un palmo a la derecha de Morcillo; un poco más a la derecha, ALGEDI (la cabra), que en realidad es doble, a casi dos palmos, y muy cerca de ésta, y por debajo, está DABIH (el afortunado de los matarifes).
Si seguimos levantando la mirada, dentro de la Vía Láctea nos encontraremos a la brillante ALTAIR 
(águila en vuelo), de la constelación AQUILA (cap. 6), a casi tres palmos sobre Puebla de Argeme. Está rodeada por otras dos estrellas con las que forma un ala, un poco al norte TARZED, y un poco al sur ALSHAIN, cuyos nombres proceden del persa “la estrella del halcón”.
A su izquierda y a la misma altura, pero sobre Guijo de Galisteo, podemos ver, cerca de la Vía Láctea, un bonito rombo de cuatro estrellas, que son la cabeza de DELPHINUS (cap. 15) saliendo del agua. También se las conoce con el nombre de EL ATAÚD DE JACOB.
Continuemos izando nuestros ojos y al adentrarnos en la Vía Láctea nos encontraremos con la preciosísima CRUZ DEL 
NORTE, que es la estructura del cuerpo y las alas de CYGNUS (cap. 6). Está formada por DENEB (la cola), a tres palmos y medio sobre Torrecilla de los Ángeles aproximadamente; SADR (el pecho), a casi cuatro palmos sobre Villanueva de la Sierra; GIENAH (el ala), a poco más de tres palmos sobre Pozuelo de Zarzón; DELTA-CYG, a cuatro palmos un poco a la derecha de Robledillo de Gata, y finalmente ALBIREO (su nombre hace alusión a un tipo de planta), a tres palmos y medio sobre Calzadilla.
Entre Albireo y Altair se ven cuatro estrellitas alineadas de la constelación de SAGITTA (cap. 25).
En la orilla de la Vía Láctea contraria a la del Delfín reluce, en la constelación de la LYRA (cap. 6), la quinta estrella más brillante del firmamento, VEGA (águila del desierto), ya cercana al zenit (cap. 3).
Pero lo que agosto nos regala de un modo muy especial son las PERSEIDAS (cap. 9), una ardiente 
lluvia de trozos del cometa Swift-Tuttle, también conocidas como las LÁGRIMAS DE SAN LORENZO. Aunque pueden ser vistas durante casi todo el mes, una de las mejores ocasiones está entre las 4 y las 5 de la madrugada del día 12 al 13. Su radiante está al norte de la constelación de PERSEO (cap. 9), que en la hora a la que nos referimos estará a un poco más de dos palmos sobre la zona entre Cadalso y Hernán Pérez.
¡Que la suerte nos acompañe y la vida nos trate con dulzura!
