viernes. 19.04.2024

Los pactos

Los pactos de la Moncloa (octubre 1977), fueron el gesto democrático más importante del periodo de transición a la actual monarquía constitucional y es, sin lugar a dudas, el que mejor retiene la memoria colectiva, en el agradecimiento ciudadano del esfuerzo realizado por la izquierda progresista y la derecha democrática.

Si entre 1977 y 1978, se consiguieron acuerdos en temas económicos, sociales y políticos entre el gobierno de entonces y los partidos políticos con representación parlamentaria, porqué no se puede ahora. 

En aquellos años no sólo se establecieron unas reglas de juego para recorrer el sinuoso camino preconstitucional que nos llevara a la consolidación de la monarquía parlamentaria, sino también el acuerdo de un pacto económico y social para abordar la repercusión, en los mercados españoles, de la crisis mundial que asoló la economía de los años setenta.

También en aquellos años se habló del agotamiento del mercado ante la reducción de la expansión de la economía norteamericana y, sobre todo, de una excesiva acumulación de productos generados por el sistema capitalista de producción. Ello trajo un incremento del paro por un descenso de la producción y una elevación de los precios.

El último debate político ha dejado claro que es imposible que, las fuerzas políticas con representación parlamentaria, empresarios y sindicatos, lleguen a acuerdos conjuntos que ayuden a una salida digna de la crisis económica, sin que ello suponga el empobrecimiento de las familias.

Todos los partidos políticos han defendido, con mayor o menor fortuna, la necesidad de un pacto de Estado que fue rechazado por el Presidente Mariano Rajoy sin dejar ni siquiera un resquicio a un análisis de las propuestas de inversión y crecimiento presentadas frente al programa de recortes, austeridad y ajustes. 

Ni la ya conocida y criticada moderación de Alfredo Pérez Rubalcaba, con un discurso serio, medido y, si me lo permiten, constructivo, en el que se permitió ofrecer una propuesta metodológica para conseguir un gran acuerdo que haga frente a la dramática situación de España. Ni la osadía de Cayo Lara que entregó al Presidente en mano una propuesta contra el paro y le pidió elecciones anticipadas. Ni la insistencia de Rosa Díez para que se aborde una profunda reforma constitucional. Ni la mediadora intervención de Josep Antonio Durán i Lleida pidiendo no más peleas. Ni las intervenciones del resto de portavoces ofreciéndose al pacto de Estado, han variado un ápice la postura del Gobierno que, aunque reconoce que dialogar es bueno,  no ve la necesidad de pedir ayuda al resto de los grupos políticos con representación parlamentaria.

Pues va a ser que no, parecía querer decir el Portavoz del Partido Popular a quien las peticiones de los grupos de la oposición le sonaron a cantos de sirena y, ante ellos, aseguró que mantendrían el rumbo iniciado. 

Más de 35.000 familias han sido desahuciadas de sus casas este año de 2012 por no poder pagar la hipoteca, más de 6.000.000 de personas están en paro, se retrasa la previsión de creación de empleo a la próxima legislatura, la deuda sigue subiendo a pesar de la austeridad y la política económica emprendida no parece claro que esté consiguiendo los objetivos propuestos.

El Gobierno parece confiado en la capacidad de arrastre de  Europa y seguro de que el camino emprendido es el más adecuado para superar esta situación crítica. Ojala sea así, pues este tiempo de espera está generando mucho dolor entre la mayoría de los trabajadores y trabajadoras de este país y se ha llevado algunas vidas. 

Ciudadanos y ciudadanas que votaron mayoritariamente un cambio político diferente al que parecía emprender, al final de su gobierno, el anterior Presidente José Luis Rodríguez Zapatero que, hasta el momento del sorprendente cambio en sus propuestas de gobierno, había puesto en marcha políticas activas de empleo y protegido a las familias en riesgo de exclusión. 

El programa electoral del Partido Popular, en las últimas elecciones, encandiló a una ciudadanía que creyó ver en él una salida no angustiosa a la crisis y se encontró con una serie de cambios drásticos. Se están aplicando medidas mucho más duras que las pretendidas por el zapaterismo, carentes de la protección que aseguraba este, y cometiendo el mismo error de la falta de reparto de las cargas fiscales sobre la totalidad de la población, esto es, sobre los que más tienen.

No se puede criticar las medidas adoptadas, en los gobiernos de Zapatero, como las responsables de lo que está sucediendo, e inmediatamente poner en marcha unas políticas económicas calcadas, e incluso radicalizadas, de las que se dice nos han traído hasta aquí.

No es fácil encontrar un vecino o una vecina en los pueblos y las ciudades que no expongan sus quejas, de una manera u otra, sobre todo lo que está ocurriendo. Todos los grupos políticos e importantes dirigentes del Partido en el Gobierno, están pidiendo un cambio de rumbo en las políticas de reactivación económica, para combatir el desempleo. 

En la necesidad de pactos ha insistido el Presidente de Extremadura José Antonio Monago quien, junto al Expresidente del Gobierno Felipe González, han lanzado proclamas a favor de la unidad para superar la crisis económica, política y social. 

El Presidente Monago, desde un centralismo democrático que nos recuerda que gobierna en permanente pacto con Izquierda Unida, pide priorizar la busqueda de soluciones por encima de las ideologías y parece ver como más lógico el que se suban los impuestos a los más ricos ante de que se quite la paga a los funcionarios. Propugna, como decía anteriormente, un gran acuerdo nacional similar al conseguido con los Pactos de la Moncloa y envía a su parlamento, como gesto simbólico y acción urgente, un plan de Renta Básica con ayudas de 400 a 719 € al mes para las personas más necesitadas y en riesgo de exclusión social.

Incluso la banca y las grandes empresas están sufriendo la morosidad y falta de venta de la poca producción existente. Tampoco es bueno para ellos, como tampoco lo es para los representantes sindicales que están viendo como sus organizaciones están en tela de juicio por su falta de actividad decidida y contundente frente a los abusos que se están cometiendo.

Pactar no es adherirse ciegamente a unas políticas, sino llegar a acuerdos programáticos que permitan a todos, de manera unitaria, emprender los objetivos y los fines propuestos. Así vieron aquellos prohombres, en tiempos de transición, los acuerdos de la Moncloa. Eran otros tiempos y eran otros hombres.

Nota del autor.- Cuando estaba escribiendo este artículo llegó a mis manos el nuevo CD del grupo cacereño “AmenoSKuarto”, que lleva por título “Hechos y Sucesos”, en él se incluye un magnífico tema que lleva por título “En este mundo”, cuya letra está recogida e inspirada en un escrito del asiduo articulista de Sierra de Gata Digital, Javier Puerto, y de la opinión dada como “Estúpidos ciudadanos”, (en esta ocasión “El Periódico de Extremadura” del 9 de marzo de 2012): “Estúpidos ciudadanos, nada pasa porque sí, aquí hay un guión a seguir y no lo marca el Gobierno, ni la Merkel, ni Sarkozy, especulo con vuestra pasta, lo hago con un simple crick …”. Enhorabuena a Javier Puerto y a Luiki Calderita por este atrevido tema musical y, a todos los componentes de AmenoSKuarto, por la gran calidad del disco en general. Espero que, desde el rencor acebano, no se les acuse injustamente de plagio y de refrito, porque no lo es.

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