martes. 23.04.2024

Milenrama (Achillea millefolium L.) en la botica serrana

De sus numerosos nombres, percibimos que su mayor virtud es la vulneraria o cicatrizante, tanto que hace siglos era la única cura individual que llevaban los guerreros
Achillea millefolium (Köhler)
Achillea millefolium (Köhler)

Cientoenrama, milefolio, mil hojas, aquilea, hierba de Aquiles, hierba de las heridas, meona, milfolho, mil folhado o macelao, son algunos de los inumerables apelativos que recibe esta planta vivaz, con tallos rastreros de color blanquecino con los que se multiplica.

Se cree que el nombre genérico de Achillea se debe al heroe griego Aquiles, que utilizaba esta planta para curar las heridas de sus soldados.

Puede sobrepasar el medio metro de altura y sus tallos se encuentran recubiertos de pelusa o vello. Sus hojas son estrechas y alargadas, divididas en segmentos muy profundos, que a su vez vuelven a dividirse.

Sus flores, que aparecen en verano, forman un ramillete que culmina todos sus tallos, subiendo hasta el mismo nivel, son de color blanco o sonrosado.

Se cría en laderas y valles de la mitad septemtrional de la Península, y en la Sierra de Gata podemos encontrarla en algunos bosques de los que lindan con Castilla.

Toda la planta despide un olor muy característico que nos recuerda un poco a la manzanilla, sus hojas son amargas y muy aromáticas.

Virtudes

La milenrama contiene esencia en toda la planta, aunque sus flores poseen mayor cantidad que sus hojas. Esta esencia se compone de cineol, divesos

alcoholes, acetato de bornilo y ésteres del ácido acético.

Sus flores contienen además un aceite graso, con ácido oleico, linoleico, mirístico, palmítico, cerotínico, etc., junto con triacontano, alcohol cerílico y glicerina.

Lo ideal es recolectarla y secarla boca abajo en un lugar seco y ventilado, lejos de la luz del sol, después guardaremos el resultado en tarros de vidrio con el nombre y la fecha de su recolección, ya que con el tiempo va perdiendo propiedades.

De sus numerosos nombres, percibimos que su mayor virtud es la vulneraria o cicatrizante, tanto que hace siglos era la única cura individual que llevaban los guerreros.

Además es hemostática, restablecedora de la normalidad menstrual, tónica, estimulante, antiespasmódica, antinflamatoria, antihemorroidal y febrífuga.

Activa las funciones motrices del aparato digestivo y actúa favorablemente sobre la gastritis.

Su acción sobre las hemorroides es notoria, modera los flujos hemorroidales excesivos, con acción astringente, tónica y sedante, actuando sobre los nervios y vasos sanguíneos del recto.

Sus flores podemos prepararlas en infusión, utilizando unos 20 gramos por cada litro de agua, dividiremos el resultado en cinco tazas, ya que cada vez que la tomemos es recomendable preparar una nueva infusión. Tomaremos una taza después del desayuno, otra tras la comida y otra después de la cena. Con esta misma infusión podemos lavar heridas, favoreciendo así su cicatrización.

En todo caso debemos utilizarla con precaución, ya que tomada en grandes cantidades puede llegar a ser tóxica y provocar vómitos o dolores de cabeza.

Sus virtudes tónicas y digestivas se aprovechan mejor preparando "vino de milenrama", para ello, añadiremos 20 gramos de flores a un litro de vino bueno de la Sierra, dejándolas en maceración durante una semana, filtramos y guardamos en botella de vidrio con tapón de corcho, para tomar un vasito después de cada comida.

Milenrama (Achillea millefolium L.) en la botica serrana