jueves. 25.04.2024
POSIBLE “CAMPO DE URNAS” EN ELJAS

Sepulcros y ritos funerarios prerromanos en el Área de la Sierra de Jálama (3)

En las cercanías del casco urbano de Eljas, a poco más de un kilómetro, se pueden ver numerosos hoyos o piletas excavadas en una llanada granítica a flor de tierra. Estos hoyos perforados en el suelo por el hombre en tiempos primitivos, considero que tuvieron una función funeraria, que sirvieron para depositar las cenizas de cadáveres incinerados de la población céltica que a todas luces parece ser que habitó esta zona. Por ello, es posible que estos hoyos artificiales se correspondan con un cementerio de la cultura de las gentes de los “campos de urnas”. Es algo probable

INTRODUCCIÓN A LOS “CAMPOS DE URNAS”

La mayoría de autores sostiene que las tumbas tumulares” (de inhumación) y los “campos de urnas” (de incineración) tienen su origen en grupos europeos y que dichas culturas o tradiciones funerarias fueron introducidas en la península por las sucesivas invasiones célticas conocidas durante el Bronce final y la primera Edad del Hierro. Igualmente coinciden en que el rito de incineración de cadáveres se inicia en Europa Central durante el Bronce medio entre algunos grupos de las gentes de la cultura de los “túmulos”.

restos arqueológicos Jálama

Dibujo de una tumba tumular

La denominación de “campos de urnas” hace referencia al aspecto de sus necrópolis, las cuales ocupan considerables extensiones de terreno en las que aparecen diseminadas urnas (o vasijas), donde se recogen las cenizas de los cadáveres incinerados, enterradas en hoyos abiertos en el suelo. A estas necrópolis se han llamado “campos de urnas puros”, es decir, los de urnas o vasijas, y tuvo su principal foco en tierras catalanas y aragonesas. Esta cultura tiene su origen en la primera oleada celta, durante el Bronce Final, llegada del otro lado de los Pirineos, de Centro Europa, como confirman las características de las urnas del tipo acanalado-oblicuo muy relacionadas con los modelos del grupo Rin/Suiza.

tumba típica centroeuropa

Tumba típica de los campos de urnas puros

Pero en posteriores oleadas célticas, en la Primera Edad del Hierro, que entraron por el Pirineo Occidental pasando a la Meseta llegando algunos grupos comarcas alejadas como el suroeste de la actual provincia de Badajoz, pertenecen a diferentes tradiciones funerarias que tienen el denominador común de la incineración. Mientras algunos conjuntos son, en sentido estricto de la palabra, verdaderos campos de urnas como los catalanes, en otros, la mayoría, responden a pequeñas o medianas agrupaciones de tumbas en hoyos abiertos en el suelo donde unas veces las cenizas de los muertos se depositaban en urnas o vasijas y otras directamente en el hoyo.

En cuanto a las sepulturas, aparecen colocadas sin ordenación concreta ya que se iban perforando a medida que se producían los enterramientos. Estas tumbas consistían en hoyos perforados directamente en tierra o en roca presentando una planta circular, rectangular o cuadrangular (PERICOT GARCÍA, LUIS: “Historia de España”, Tomo I, Épocas Primitiva y Romana. INSTITUTO GALLACH. Barcelona, 1984).

SOBRE EL “CAMPO DE URNAS” DE ELJAS

El hipotético cementerio céltico de hoyos excavados en el suelo se debe corresponder con la tardía oleada celta de la Primera Edad del Hierro que entró a la península por los Pirineos occidentales, tanto por el tamaño de las necrópolis como por las características de las tumbas.

Se encuentra en la propiedad del Ayuntamiento conocida por “Arroiu Segundu” y se localiza en la Hoja 573 del Mapa del Instituto Geográfico y Catastral en torno a las coordenadas 3o 8’ 55’’ W y 40o 13’ 20’’ N.

caminhu das Aveleiras

Paraje del “Caminhu das Aveleiras”

Al ser el subsuelo de este paraje granítico, los hoyos o piletas cinerarias fueron excavados en roca que están al nivel del suelo, lo cual no es un caso aislado sino bastante extendido en este tipo de necrópolis de la Meseta y el NO peninsular ya que como señala Gratiniano Nieto Gallo: «Estas tumbas consistían en hoyos perforados directamente en la tierra o en la roca, a una profundidad que suele oscilar entre los 0,25 metros y un metro» (Los orígenes de España, Tomo I. Ediciones RIALP, S.A. Madrid, 1985).

Los hoyos se encuentran dispersos por todo el terreno, aunque algunas agrupadas como en una masa rocosa, a flor de tierra, con una superficie prácticamente llana de unos 9 metros por 7 que a continuación describo.

En esta plataforma rocosa hay seis piletas excavadas de planta rectangular y sus medidas oscilan entre los 35/50 centímetros por 25/35 con una profundidad media de los 30 centímetros. Sobre el cerramiento de estas tumbas, como afirma el autor anteriormente citado, Gratiniano Nieto Gallo: «Tampoco existen normas fijas en cuanto al cierre de estos recipientes funerarios, pues mientras, en ocasiones, no tienen ningún tipo de cubierta, e muchos están sellados con una losa de piedra. Otro sistema de cubierta, o mejor de protección de la tumba, son los cúmulos de piedra que encontramos, por ejemplo, en sepulturas de la necrópolis de Agullana».

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Plataforma rocosa con seis hoyos cinerarios

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Posibles tipos de cierre de la tumbas del campo de urnas de Eljas


Los depósitos cinerarios de Eljas podrían haber sido cubiertos según los anteriores procedimientos, o por uno de ellos. En conversaciones que mantuve con algunos vecinos de Eljas, a principios de 1990, me contaban que aquellos hoyos habían estado tapados con montones de piedras y que eran escondrijos de tesoros de los moros… Que en cada grupo de hoyos, sólo había uno con el tesoro y el resto los dejaban vacíos…

Así, Pedro, un lagarteiru asentado en San Martín de Trevejo, me contó que su abuelo, Nicasio Valerio, encontró, alrededor de 1920, una vasija de barro con joyas enterrada en uno de los hoyas y que se las cambió a un molinero por varias herramientas… Esta manifestación parece confirmar la hipótesis de que estos hoyos o piletas son tumbas celtas de la tradición cultural de los “campos de urnas” y que la leyenda de tesoros encontrados en alguno de ellos sería el ajuar funerario depositado junto a las cenizas del cadáver allí enterrado.

Igualmente, hay datos y testimonios materiales que apuntan a que en este lugar hubo asentamientos humanos desde tiempos primitivos y en consecuencia la hipótesis del “campo de urnas” de Eljas cobra más fuerza. Algunos datos como los siguientes:

 El dato que ofrecen algunos autores como Gonzalo Barrientos de Alfageme (Historia de Extremadura, Tomo I. Universitas Editorial. Badajoz, 1985) o A. Blanco Freijeiro (Origen y relaciones de la orfebrería castreña. Cuadernos de Estudios Gallegos, XII, 1957) de que era frecuente en el nacimiento del río Eljas y que desde aproximadamente el 1500 a. C. se obtenía en gránulos y pequeños cristales, y como es conocido los pueblos prerromanos tendían a establecer sus poblados en las proximidades de minas y yacimientos auríferos.

 La existencia, en el paraje donde se encuentran los hoyos cinerarios, de un molino prerromano labrado en una roca granítica conocida en Eljas por la “Pedra du Moiru”. Este molino es de una tipología similar a otros descubiertos en varios castros celtas, por lo que es muy probable que este lugar hubiera existido un asentamiento humano desde épocas prerromanas y en consecuencia una necrópolis que se debía corresponder con la cultura de los “campos de urnas”.

 E incluso el nombre de río que surca este paraje, Eljas, confirma que este territorio estuvo habitado por grupos celtas ya que según Ramón Menéndez Pidal es de etimología celta: «Eljas no es una forma de colonización del siglo XII o XIII, sino una forma de tradición primitiva, de origen céltico, como lo muestra el lugar Hery>HERLIACUM de Pas-de-Calais», llegando a la conclusión: «En la Sierra de Jálama debemos admitir que existieron desde tiempos primitivos, habitantes ininterrumpidos de origen céltico y romano. “Salama” sirvió de cognombre céltico en época romana».
 

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