No solo los astros se conjugan, también las ideas cuando la cabeza bulle. Este es el caso del jarero José Manuel Sánchez Alcalá, que regresó a su tierra con 45 años y ahora, seis años después, abre la primera tienda de segunda mano de la zona. El sistema funciona en depósito y los ingresos se reparten entre el propietario del objeto y el dueño de La Troje. Desde una cunita de niño a una plancha.
José Manuel no tenía trabajo, no tenía ingresos suficientes pero si tenía una nave en Montehermoso. En su último viaje a San Sebastián, paseando con su mujer paró frente a un escaparate de Cash-Converter --tienda de segunda mano-- y allí comenzó a fraguar en su cabeza la idea de negocio que llevaba buscando en los últimos años. “Cobraba una ayuda pero yo quería buscarme la vida por mi cuenta, ser un emprendedor sin depender de las ayudas oficiales”, comenta José Manuel.
El negocio de segunda mano parecía ajustado a su idea: evitaba los gastos previos en existencias necesarios en cualquier negocio y respondía a esa necesidad de vender aquello que ya no utilizamos. No se trata de una almoneda, aunque cosas antiguas también puede haber, se trata más bien de compra venta de productos cotidianos y actuales, desde un casco de moto a una cortadora de fiambre, un cuadro o un conjunto de mesa y sillas de jardín. En estos momentos, La Troje está recibiendo artículos en depósito para abrir al público próximamente con sus estantes llenos de oportuniades.
José Manuel e Isabel, su compañera, trabajaron durante 21 años regentando un bar de Rentería. Un incendio arrasó el negocio y decidieron regresar a la tierra donde José Manuel vivió su infancia y donde la pareja ya habían invertido parte de sus ahorros “pensando en nuestro futuro y nuestra vejez porque mis recuerdos y mi infancia están aqui, siempre han estado, y esta tierra también enamoró a mi compañera una gallega trotamundos a la que conocí en el País Vasco”. Ahora la pareja y sus dos hijos viven en Torrecilla de los Ángeles.
