La pasada noche, una llamada telefónica despertó a la teniente de alcalde villamelana, Alba Baile. Al mirar por la ventana de su dormitorio no pudo ver Trevejo e inmediatamente se puso en contacto con el alcalde que en esos momentos salía para vigilar el fuego en la zona de Moncalvo, conocida como el Garduño en Villamiel. El humo envolvía la localidad que alberga el famoso castillo trevejano y hacía necesaria la evacuación de sus vecinos. No fue fácil convercerlos, recuerda Baile, ya que muchos de ellos cuentan con una edad muy avanzada y son muy reticentes a abandonar sus casas.
En cinco vehículos particulares subieron los cuatro kilómetros escasos que separan la localidad matriz de su pedanía y, tras mucho negociar, lograron llevar hasta Villamiel a 40 personas. De ellas 16 eran vecinos y el resto turistas que pasaban en la aldea sus vacaciones. Solo un vecino se mostró inamovible y decidió permanecer en su casa a pesar del intenso humo.
El día anterior, 140 niños de entre tres y 14 años tuvieron que ser desalojados del campamento que tiene Cáritas en Villamiel y hoy ya regresaron a sus lugares de origen en Badajoz tras pasar un día en el pabellón deportivo villamelano y disfrutar de sus piscinas municipales, ajenos a cuanto estaba sucediendo.
Ahora, es la propia localidad de Villamiel la que corre peligro inminente de desalojo debido a la dirección del viento que arrastra con él enormes columnas de humo hacia la localidad.
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