jueves. 28.03.2024

Vías de paso y agua: otras propuestas para el turismo en Sierra de Gata

Cuando hablamos de promocionar el turismo en Sierra de Gata se nos vienen a la cabeza los métodos tradicionales: folletos, guías, asistencia a ferias y congresos, páginas web… Salir fuera a buscar turistas tiene su sentido. Imaginemos que en lugar de promocionar la Sierra pensáramos en vender un hotel: hacemos folletos, asistimos a ferias, página Web impresionante, etc. Nos va bien y llegan los turistas.

Cuando hablamos de promocionar el turismo en Sierra de Gata se nos vienen a la cabeza los métodos tradicionales: folletos, guías, asistencia a ferias y congresos, páginas web… Salir fuera a buscar turistas tiene su sentido.

Imaginemos que en lugar de promocionar la Sierra pensáramos en vender un hotel: hacemos folletos, asistimos a ferias, página Web impresionante, etc. Nos va bien y llegan los turistas. Pero si resulta que cuando los turistas llegan al hotel este esta sucio, la comida es mala o el personal grosero, todo nuestro esfuerzo de promoción habrá sido en vano. Incluso negativo, ya que tendremos una legión de clientes insatisfechos publicitando nuestras carencias.

La promoción primera que hay que hacer, tanto para un hotel como para una comarca -en este caso la nuestra- es, limpiar la casa. De nada sirve hacer preciosas fotografías si, en los márgenes que no aparecen en la foto, el visitante real encontrará cubos de basuras, escombreras o somieres oxidados.

Si pensáramos en “limpiar” la Sierra de Gata en un plazo razonable de tiempo, nos enfrentaríamos a una tarea descomunal para la que carecemos de recursos económicos, técnicos, legislativos y humanos. O sea, que la dejaríamos como está.

Pero pensemos, ¿Es necesario “limpiar” paisajísticamente toda la Sierra de Gata o habría que centrarse especialmente en los lugares que son transitados?.

Cuando los turistas vienen a visitarnos no lo hacen en helicóptero, no escudriñan cada metro cuadrado de nuestro territorio. Lo que ven los turistas es, básicamente, lo que se ve desde las vías de comunicación, especialmente carreteras y apenas unos cuantos caminos con un atractivo especial. Eso resulta ser menos del 5% de nuestro territorio. Eso, sí se puede “limpiar”, adecentar, cuidar y embellecer con muy poco esfuerzo.

Si pensamos en La Sierra de Gata como en una postal, lo más cercano a las carreteras sería el primer plano. Basta con eliminar o disimular aquellos elementos distorsionadores del paisaje que hay en ese primer plano.

Cuando voy por la carretera veo muchísimas fincas preciosas y bien cuidadas, con un bonito paisaje cambiante y variado como el que tenemos, con un paisaje fruto de la interacción de la Naturaleza, el hombre, el ganado: un paisaje realmente típico y atractivo. Sin embargo, esa misma finca con, por ejemplo, unas estupendas paredes de roca granítica bien cuidadas, por la parte que da a la carretera está sucia y llena de zarzas que impiden ver la propia pared y parte de la finca. ¿Por qué? Muy sencillo, el margen de la carretera no es parte de la finca, es de la Administración pública en forma de Dirección General de Carreteras de la Junta o bien de la Diputación. Legalmente nadie, mas que ellos, pueden acometer en esa zona tareas de limpieza y poda. Por eso, los árboles mas próximos a la carretera están descuidados, sucios, sin poda, sin forma, hay basura, escombros acumulados, montañas de zarzas secas que superan los dos metros de altura impidiendo la visión… Sino, arrastren el muñeco de Google Street View a cualquier carretera de la comarca y aprecien el resultado en 360º.

Sería urgente que los ayuntamientos o, idealmente, la Mancomunidad por su poder negociador de conjunto, pudiera llegar a un acuerdo con ambas instituciones (Junta y Diputación) para que acometan tareas de limpieza y engalanamiento paisajístico de los márgenes o, en su caso, facilitaran que otros pudieran hacerlo. Con ello haríamos más por la promoción turística de la Comarca que con diez pabellones en Fitur.

Hemos hablado del primer plano de la fotografía, pero no del segundo y, ahí, si entran los particulares. Tener una propiedad junto a la carretera es una ventaja, aumenta el valor de la finca por su comodidad de acceso. Pero esa ventaja debería llevar aparejada una pequeña servidumbre: si un particular tiene la suerte de tener una finca junto a una vía de comunicación debería ser consciente que de alguna manera también es responsable del paisaje que verán nuestro visitantes.

No digo que se agobie a los particulares con propiedades junto a las carreteras con mas legislación y sanciones, pero, al menos, que haya ciertas actuaciones, dañinas para la vista de cualquier ser humano con algo de sensibilidad, que no puedan hacerse. No cuesta nada no acumular escombros a la vista, forrar con teja vieja los tejados de uralita y tapizar de hiedra o cualquier otra planta los muros de bloques de hormigón, no utilizar chatarra como elementos agroganaderos (bañeras, somieres, y hasta furgonetas achatarradas como caseta del perro) y algunos otros desmanes que vemos continuamente y no es necesario ser Stendhal para reconocer que son manifiestamente feos y cutres.

Vías de agua

Pero si la Sierra de Gata se caracteriza por algo es, precisamente, por estar surcada de Norte a Sur por centenares de ríos, regatos, arroyos y en general vías naturales de agua en todas sus formas imaginables.

La cercanía hace que no seamos plenamente conscientes del increíble recurso turístico que tenemos en esa metamorfosis de tierra y agua que es nuestra Comarca.

Muchas comarcas de España. Especialmente en el Norte (Con peor clima que nosotros) viven casi en exclusiva y por cierto, muy bien, de los recursos turísticos que les generan los cursos fluviales debidamente aprovechados.

Los ríos son como las venas del cuerpo y la sangre que llevan, el agua, hace brotar la vida en la tierra de forma exuberante. La frase, además de cursi, es real. Los que tengan mas de 40 años recordarán como estaban los ríos de Sierra de Gata cuando eran pequeños: limpios, cuidados y accesibles. Y no estaban así por orden de ningún paisajista ingles, estaban cuidados por que los ríos eran la fuente de riqueza de cualquier explotación agrícola o ganadera. La Sierra, desde tiempos de los árabes, era un ejemplo único de esa sinergia hombre-agua en toda la Península. Cada río disponía de su vereda fluvial siempre limpia y transitable gracias a la paciente labor de los ganados y los hombre que la discurrían en busca de vida y riqueza. Los ríos no estaban limpios por capricho, si no por necesidad.

Pero una vez mas, nos encontramos con el mismo problema que el de las carreteras: desde que la Administración ejerce con mano de hierro la titularidad pública de sus márgenes y la llamada zona de policía, el abandono es absoluto.

Si por ejemplo, se te ocurre limpiar por tu cuenta una vereda fluvial, talas los árboles secos que impiden el normal curso del agua o, quemas las zarzas que impiden el paso por el margen (En invierno, claro) te arriesgas con un alto grado de certeza a ser interceptado por el SEPRONA y llevarte un buen susto además de una multa de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Es la Ley. Pero una Ley mal hecha y que lleva a nuestros cauces fluviales a un abandono sin parangón en la historia, absurdo, peligros, administrativo, a fin de cuentas.

Pero no es tan difícil de solucionar; la semana pasada, sin ir mas lejos, el responsable de zona de la Confederación, paisano mío, por cierto, me comentaba que existen trámites mas sencillos de lo que pensamos para que un particular pueda acometer la limpieza de un cauce en los límites de su propiedad. Si no es difícil para un particular, seria desde luego muy sencillo para la administración local.

Recuperar los cauces y los senderos fluviales aportaría una riqueza natural, económica, agrícola, ganadera y, sobre todo, turística a nuestra comarca realmente inimaginable. Cada Euro invertido en crear una red de “senderos fluviales” tendría un retorno para la zona multiplicado por diez. Es difícil de imaginar el éxito que tendría la Sierra con la mayor red de senderos fluviales accesibles de toda la Península. Kilómetros de belleza inigualable caminado por las orillas de los ríos y contemplando la explosión de plantas, animales, sonidos y olores en cualquier época del año. Necesitaríamos muchas mas plazas hoteleras. Muchísimas mas.

Bueno, una vez, más, ahí están las ideas, que, como diría algún político, sólo pertenecen al viento… Pero del viento hablaremos en otra entrega.

Vías de paso y agua: otras propuestas para el turismo en Sierra de Gata