viernes. 19.04.2024

Los jardines escondidos de Sierra de Gata

Para los que recorremos la Sierra en coche casi a diario, el espectáculo que proporciona la primavera nunca deja de sorprendernos. La explosión de colores es tan rápida como un fogonazo que inicia un catillo de fuegos artificiales que iluminan todo, en lugar de con pólvora, con flores, hojas, olores y vida.

No me canso de repetir en los artículos que vengo publicando en este medio que, el turismo, es el único elemento con suficiente potencial atractivo como para revitalizar la economía de la comarca y que, ese potencial deriva, precisamente, de nuestro especial clima y paisaje, que junto al tipismo, la gastronomía, comunicaciones y cascos históricos, nos dan ventaja respecto a otras zonas de la Península.

Así, lo que vemos desde las carreteras es, sin lugar a dudas, nuestra tarjeta de presentación, nuestro folleto promocional, nuestro stand y, por tanto, a ello deberíamos dedicarle el mayor esfuerzo de comunicación e inversión.

Es evidente que lo que más se ve es aquello que está mas cerca de las carreteras, en concreto esa franja más o menos grande de terreno que va desde donde acaba el asfalto hasta donde comienzan las fincas particulares, (normalmente delimitadas por hermosos muros de piedra de granito construidos en seco). En las fincas, la actividad del ganado y la agricultura mantienen un paisaje más o menos cuidado y, salvo excepciones, y algunos elementos disonantes como somieres y demás, la visión es preciosa; sin embargo, la franja de terreno a la que nos referíamos, presenta un estado peor que lamentable. Y es que precisamente, esa franja de terreno es en teoría de titularidad pública (Junta de Extremadura o Diputación de Cáceres según las carreteras) pero, en la práctica, es una especia de “res nulius” o “tierra de nadie” donde el mantenimiento es muy escaso y se limita a lo mínimo imprescindible para que la maleza no impida el tránsito de vehículos.

Debo decir en honor a la verdad, que, en este mantenimiento es mucho más sensible la Diputación que la Junta, pero, con todo, el tipo de actuaciones es más técnica que paisajística. La semana pasada, sin ir mas lejos, la Diputación ha limpiado los márgenes de la carretera a su paso por Cilleros, no a base de herbicida, como hace la Junta, si no con unas cuadrillas provistas de desbrozadoras y un tractor con brazo. En apenas dos días, el cambio ha sido espectacular.

Pero, salvo esas actuaciones puntuales y a todas luces insuficientes, puedo asegurar que el 90% de nuestros arcenes presentan un estado lamentable y casi nulo de mantenimiento. El paisaje se oculta al transeúnte por auténticas montañas de zarzales que impiden la visión, los árboles sin podar, sin apostar, condenados a no ser adultos, las paredes de piedra oculta y sin posibilidad de mantenerse. Y basura, mucha basura de todo tipo oculta entre la maleza que, es tan selvática, que impide el acceso para retirarla.

Siempre que he comentado con algún responsable político la posibilidad de adecentar esas franjas de terreno visual y promocionalmente tan importantes para nosotros,  me he encontrado con la misma respuesta: eso es una tarea titánica, carísima e inabordable. Siempre me dicen lo mismo - ¿Tú sabes lo que cuesta hacer un jardín? Imagínate hacer cientos de kilómetros de jardín y luego mantenerlos…

Y es que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Cuando hablo de adecentar los márgenes imaginan una tala y desbroce generalizado, una replantación, sistemas de riego y césped. Y no ese el plan. No se dan cuenta que los jardines ya están hechos, están ahí, ocultos como tesoros esperando que alguien los saque a la vista igual que Miguel Ángel era capaza de sacar un David de un bloque de mármol. Bajo las montañas de zarzas, maleza, malas hierbas y basura se ocultan robles, fresnos, castaños, mimosas y alisos que solo esperan ser podados y liberados de plantas parasitarias; hay retamas, escobas, que solo esperan un pequeño tratamiento de corte para dar sus impresionantes flores amarillas y formarse majestuosas. Hasta las pegajosas jaras, bien tratadas, son un espectáculo natural. Y, hacer eso, es fácil y poco costoso. Dos personas con una motosierra, una desbrozadora, una rozadera y una horca pueden limpiar muchos metros de arcenes al día.

Es verdad que hay muchos kilómetros de carretera, pero también hay muchos días en el año y mucha gente sin trabajo. Los jornales no son caros, y, el resultado, mucho más efectivo y barato que la asistencia a cualquier feria de turismo. Por otra parte, el mantenimiento de este tipo de tratamiento paisajístico, es sencillo y, menos necesario cada año que pasa ya que, de forma natural, los árboles y arbustos que progresan, le van quitando terreno a la maleza al igual que ocurre en las dehesas.

Una brigadas de mantenimiento paisajístico organizado por poblaciones y coordinado desde la Mancomunidad no sería caro, generaría trabajo (que tanta falta hace) y potenciaría la Sierra de la forma más efectiva que se me ocurre: enseñando su belleza sin trampa ni cartón.

Por otra parte, y dado el poco éxito de participación en solicitudes de programas de ayuda que llegan desde la Comunidad Europea, habría que plantearse la admisión de micro-proyectos de rehabilitación paisajística que pudieran llevar a cabo los particulares con una ayuda por parte de esos fondos poniendo especial interés en aquellas parcelas cuya visibilidad sea mayor y la rentabilidad del coste trabajo/mejora de paisaje fuera más efectiva. Creo que, para el futuro de la Sierra, ese tipo de micro-subvenciones, sería mucho más efectivo que hacer un pista de paddle y cambiar de lugar un local comercial, como se está haciendo en la actualidad.

Exactamente el mismo planteamiento sería válido para las veredas de los ríos, actualmente prácticamente intransitables.

Los lugares mas transitados (las carreteras) y los mas hermosos (los ríos), deberían ser objetivo número uno de cualquier plan de promoción turística de la Sierra de Gata. Los mejores jardines de Europa duermen escondidos en Sierra de Gata esperando que alguien los despierte.

Los jardines escondidos de Sierra de Gata