martes. 23.04.2024

Val de Xálima y turismo

Si la Sierra de Gata tiene un inmenso potencial turístico, el Val de Xálima, por su peculiares características, sería, bien desarrollado, una auténtico filón.

Y es que el valle más occidental de la Sierra, además de mantener todos los atractivos turísticos de la Comarca y que, me he cansado de repetir en anteriores entradas, tiene, además de su colindancia con Portugal y la Reserva Natural de Malcata, un elemento diferenciador casi único en Europa: La Fala, un idioma propio recogido como tal en el ALPI (Atlas lingüístico de la Península Ibérica), con un gran prestigio filológico y antropológico internacional, y de uso generalizado y normalizado entre la población sin necesidad de ayuda o promoción institucional. Un auténtico "fósil" lingüístico que mantiene viva el habla del S. XIII cuando se formaban y comenzaban a matizarse el castellano, el gallego y el portugués.

Hasta ahora, y posiblemente seguirá siendo así (dado el omiso caso que reciben mis sugerencias) la peculiaridad de "A Fala" ha tenido escasa incidencia en el desarrollo serrano, siendo prácticamente nula su repercusión en el PIB del Valle de Xálima. Su protagonismo se limita a discusiones intelectuales sobre su origen, su denominación o la normalización de su escritura, siempre en el ámbito académico de mayor o menor nivel. También causa el pasmo de los visitantes cuando descubren la generalidad del uso entre los habitantes de todo género, edad o condición. Así mismo fue el origen alguna trifulca política hace décadas relacionada con los supuestos anhelos expansionistas del nacionalismo gallego, y poco mas.

Por supuesto debemos aclarar e investigar el origen, definir un nombre claro e inequívoco para nuestra lengua y normalizar su escritura que, cada uno, hacemos lo mejor que podemos pero, sin ponernos nunca de acuerdo. La investigación filológica y la estandarización del xalimegu, fala, chapurrau, lagarteiru, mañegu o como se llame, son fundamentales para preservas su futuro, pero, yo también me pregunto si el peculiar idioma, ya que lo tenemos, pudiera ser una fuente de riqueza y mejorar la calidad de vida de los habitantes de este precioso valle.

No ignoro que entre locales y estudiosos en muy controvertido el origen de este habla y las polémicas entre los defensores del origen gallego, portugués o asturleones han sido motivo de muchos enfrentamientos. Independientemente de ello, y de cara a buscar connotaciones que pudieran ser rentabilizadas como promoción turística habría que consensuar que por el parecido formal, por las toponímias de muchos lugares del Valle, por los apellidos de sus habitantes y los que figuran en las lápidas de los cementerios, por determinados elementos de la gastronomía, por la arquitectura local, e incluso por la geología del terreno y la climatología, hay una evidente relación con Galicia.

No quiero asegurar empíricamente que A Fala venga del gallego, si no que, en algún momento del S. XIII, habitantes de ese entorno geográfico (zona asturgalaica)  "bajaron" hasta este Valle y se asentaron en él, aportando todos los elementos que antes mencionaba y manteniéndolos casi intactos merced al aislamiento geográfico del Valle y la relación casi endogámica entre los habitantes de los tres pueblos. Y esa "connotación gallega" si puede ser aprovechada como reclamo turístico con mucha más facilidad que, simplemente, una lengua propia. Esto es así porque mientras que hay muy pocos fanáticos de las lenguas fósiles, son legión los amantes de "lo gallego". Con la ventaja añadida para nosotros que Galicia "está muy lejos" y el clima es bastante "asquerosito" por ser suaves.

"Galicia a menos a 3 horas" podría ser un fantástico reclamo para todos los potenciales turistas que residen en ese radio del Valle de Xálima, lo cual incluye Madrid o Sevilla, y, solo con esas dos provincias hablamos de más de 6 millones de habitantes. A estas alturas surgirán las primeras críticas a la idea: "¡Esto no es Galicia!". Ya lo sé, ni falta que hace, pero, aún no siendo Galicia, lo que sugiero es aprovechar las pintorescas similitudes para sacar partido y mejorar nuestra economía. El Valle, como la "mujer del César" no necesita ser gallego, sólo parecerlo. Igual que un recepcionista de hotel simula una sonrisa al cliente, aunque le duela la cabeza, el valle podría ofrecer excelentes mariscadas aprovechando para introducir de paso nuestra peculiar y rica gastronomía. Cuando vengan, seguro que se enamoran del "muju" o del "allu patatas", pero, para que vengan hay que ofrecerles algo que ya conozcan y sea atractivo.

Evidentemente solo con "La Fala" y un slogan se conseguiría muy poco, haría falta poner en marcha un plan estratégico de turismo para el Valle de Xálima que involucrara a la parte pública, a la privada y, en definitiva, a todos sus habitantes y que, a partir de esa "idea madre" que nos hace únicos y diferentes, diseñara, coordinara y favoreciera una serie de acciones fáciles de ejecutar y económicamente viables para recrear en el Valle una experiencia turística inmersiva, muy atractiva, original y satisfactoria. A lo que nadie más tiene ni puede tener en el resto de la Península.

En artículos anteriores denunciaba la imposibilidad de crear un plan estratégico para la Sierra de Gata por la falta física de una entidad administrativa con capacidad ejecutiva que agrupe a todas sus poblaciones: ni ADISGATA, ni la Mancominidad tienen competencias a nivel comarcal ni para representar ni para ejecutar por encima de los Ayuntamientos. En la práctica, a pesar del nombre de "Comarca", la Sierra de Gata es, mal que nos pese, un conjunto de pueblos con plena autonomía municipal. Poner de acuerdo a más de 15 alcaldes de diferentes ideologías y formas de entender la Sierra es imposible pero, poner de acuerdo a Ana Isabel, Antonio y Máximo, del mismo partido, que comparten el mismo idioma y la pasión por el mismo territorio, no debería ser tan complicado. Por eso veo más viable un plan independiente para relanzar el Val de Xálima turísticamente que contemplar el conjunto de la Sierra. Máxime teniendo la peculiaridad que comentamos.

Dicho plan debería contemplar múltiples aspectos así como las diferencias de cada una de las tres poblaciones que componen el valle. Eljas, San Martín y Valverde tienen sus peculiaridades, pero las tres tienen potencialidad si se diseña el paquete turístico correctamente. Si todos nos involucramos el "maquillaje" es bastante fácil y barato, pues contamos con materia prima. No voy a enumerar las múltiples actuaciones, todas ellas viables y que si se ejecutan de forma coordinada cambiarían el aspecto de nuestro Valle porque, la intención de este artículo no es la de exponer un completo plan turístico si no, simplemente lanzar la idea.

Lanzar la semilla y ver que ocurre. ¿Nada? Bueno, por lo menos que no se diga que no lo he intentado...

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