jueves. 28.03.2024

ENTRETENGAMOS que algo queda

Cuando un país está al borde del precipicio,considerando en dar un paso al frente,sirvamos a la carta pan y toros o pan y fútbol,juguemos a la barbaridad más increíble,al juego de las ideas descabelladas,que es como decir política ficción a lo bestia,entonces entretengamos… que algo queda.
Cuando un país está al borde del precipicio,
considerando en dar un paso al frente,
sirvamos a la carta pan y toros o pan y fútbol,
juguemos a la barbaridad más increíble,
al juego de las ideas descabelladas,
que es como decir política ficción a lo bestia,
entonces entretengamos… que algo queda.

Filiberto Rodríguez.

Aquel iba a ser un día importante en la apasionante y militante vida de Filiberto Rodríguez de Haro y Cáceres de Solís. Era el suyo un partido que había conseguido hacerse un hueco en el panorama político de la Tierra de Coria y comarcas limítrofes, principalmente, sobre la base de serios planteamientos que hundían sus raíces en la historia.

Convocado el Congreso Comarcal, para esa misma mañana, ya no cabía marcha atrás. Tendría que exponer, con la fuerza que le daba la razón, su planteamiento. Una proposición que no sólo transformaría a la que sería la capital del nuevo territorio, sino que también revolucionaría a la provincia de Cáceres y a la Comunidad de Extremadura, de quienes ahora dependía.

Las 260 butacas del salón de actos de la Casa de Cultura de la Plaza de la Solidaridad estaban totalmente ocupadas, quedando incluso gente agolpaba en los pasillos laterales, mientras los curiosos merodeaban por el hall que rodea la sala ahora congresual.

Preparados, sobre escenario, mesa con sus sillas y atril. Acomodados, en las butacas del patio, los representantes de todos los pueblos de la Tierra de Coria, comarcas limítrofes e invitados. Las primeras filas quedaron libres para personajes ilustres y, sobre todo, para la prensa. En el fondo del escenario un frontis donde se podía ver, a gran tamaño, el logotipo PIC, con el dibujo de una cigüeña y, debajo de él, Partido de Independientes de Coria.

Pasados quince minutos de la hora de comienzo prevista, un fuerte murmullo proveniente del hall de entrada hizo saber a los asistentes del interior que los dirigentes del Partido acababan de llegar. Y así era, en segundos un grupo nutrido de personas, comandados por un hombre de mediana edad, accedieron a la Sala. Justo a su lado, bien parecido y elegantemente vestido, saludando a diestro y siniestro, avanzaba File Rodríguez, como todos le conocían, entre apretones de mano, besos, aplausos y gritos.

File tomó asiento en la silla señalada de la mesa ejecutiva, junto al presidente comarcal. Una joven azafata le entregó una carpeta azul donde atesoraba su esperado discurso. La sangre le hervía y una permanente desazón no le dejaba sosegar.

“Tiene la palabra don Filiberto Rodríguez de Haro y Cáceres de Solís, representante delegado de la Tierra de Coria”, dijo solemnemente el Presidente del Congreso, llegado el momento.

“Señor Presidente, queridos amigos de la muy noble y muy leal ciudad de Coria, de su Tierra y de las comarcas limítrofes, desde el partido que represento hemos servido siempre fielmente los intereses de esta tierra que nos vio nacer y que vio nacer a nuestros padres y, con ellos, a nuestros abuelos y tatarabuelos y así hasta el comienzo de los tiempos, en ese interés enmarco las palabras que componen este humilde discurso –arrancó en meditadas palabras File Rodríguez.

Hemos defendido la agricultura, la ganadería, la industria, el empleo, la educación, la cultura y el bienestar social de las personas y hemos aportado, con creces, el caudal económico necesario para que la Provincia, la Comunidad y el Estado, en un gesto solidario, subsistan, y todo sin que hayamos pedido nada a cambio. Quiero destacar nuestra agricultura y nuestra ganadería que se han convertido en fuente principal de riqueza ante la terrible crisis económica que nos asola y de esta sobresalen principalmente las ganaderías vacuna y de cerda y los productos del tomate y el tabaco. Pero, ¿dónde están las industrias de manufactura de la producción de los bienes económicos?. Debéis buscar fuera de nuestras fronteras para daros cuenta de que somos un sector servicio para el consumo de nuestra propia riqueza. La misma que enviamos fuera y nos la devuelven empaquetada, embotada o liada, con denominación de origen y soporte extraños.

Todo esto se acabó. Ha llegado el momento de reivindicar la nuestra tierra, la nuestra lengua, la nuestra cultura y la nuestra historia, todas ellas distintas y apartadas.

La Tierra de Coria, ocupando todo el Valle del Alagón, debe aspirar a las tierras serragatinas, hurdanas y de Granadilla, como debe hacerlo con las tierras de Galisteo y Plasencia y con las tierras de Garrovillas y Alcántara, sin menoscabo de otras que se unan a nuestra libre asociación territorial, formando las provincias Caurienses, a saber:

  • Provincia de Coria.
  • Provincia de la Sierra de Gata.
  • Provincia de las Hurdes.
  • Provincia de Granadilla.
  • Provincia de Galisteo.
  • Provincia de Plasencia (con estatuto propio).
  • Provincia de Garrovillas o Alconétar.
  • Provincia de Alcántara.

La nuestra lengua, la que hablaran nuestros padres y abuelos, allende los tiempos, ha sufrido un tremendo frenazo ante el empuje abrasador e imperialista del castellano, pero todavía subsiste como dialecto ehtremeñu, aunque prefiramos como lengua propia el castúo. Esta última lengua debe ser la que recuperemos definitivamente porque forma parte indisociable de nuestra cultura y de nuestra idiosincrasia. Para ello propongo la creación de “Escastuolas” que, como bien entendéis se convertirán en escuelas de castúo al servicio de nuestros hijos e hijas pero también de nosotros y nosotras mismas.

Qué decir de nuestras colegios, casas de cultura, centros de salud y hospitales. Que decir de nuestra gastronomía y folklore, como de los más ricos del mundo. Que decir de nuestra literatura y de nuestros escritores. Que decir de nuestros atletas y nuestros equipos deportivos. Reivindiquemos a los personajes ilustres que por creerse en el derecho de suelo no deben perder el derecho de sangre, siendo más importante este último que aquel primero, y, lo que es más principal, reivindiquemos a los ciudadanos y ciudadanas de La Tierra de Coria que por encontrarse en esa dicotomía y dualidad sangre-suelo, ni son reconocidos en un sitio ni acaban de encontrarse en el otro. Nosotros abrimos los brazos a nuestros hijos e hijas, para que ejerzan como soberanos en La Tierra de Coria. (Se toma un respiro para el aplauso, como ve que este sólo se produce desde un grupo minoritario, continúa).

Nuestro fuero, queridos amigos, data del año de 1164 y en él se recogía de forma sistemática todo lo referente al derecho político, civil y penal. Él nos aseguró la calidad de vida a la vez que nos eximía de impuestos, permitía el aprovechamiento de los bienes propios, nos otorgaba las normas de convivencia, días de mercado y fiestas, reorganización del ejercito… Era nuestra Carta Magna.

No quiero referirme a etapas prehistóricas, ni a los indicios lusitanos o vetones como Caura, en la cultura celta, pero quiero recordar que ya en el siglo I se concedió la ciudadanía latina a Coria, la Castum Cecilium Cauriensis romana, y usamos del derecho latino. Puedo dejar pasar la cauriensis visigoda y la Qüriya musulmana, pero no el fuero de 1164, el más antiguo de la Tierra Extremeña, que nos hizo tener una jurisdicción distinta y apartada hasta que en el siglo XVI nos impusieran ordenanzas.

Lo que realmente propongo a esta Asamblea es la aprobación de un texto que inicie un proceso segregador de la Tierra de Coria y comarcas limítrofes, primero de la provincia de Cáceres, luego de la Comunidad de Extremadura y, finalmente, del Estado Español.

(Murmullos de sorpresa, algún abucheo, abandono de la Sala por una gran parte de asistentes y aplausos y gritos de un grupo minoritario que despliega una gran pancarta con el lema: CAID “Coria Aparte, Independiente y Distinta”.

Recuperemos el Fuero del año de 1164, adaptándolo a los tiempos modernos en forma de Código Sagrado –continúo Filiberto Rodríguez sin inmutarse-. Sin tapujos ni reservas manifiesto ante mi partido, reunido en Congreso, la necesidad imperiosa de una deriva hacia las tendencias soberanistas: Una bandera, un himno, una patria. ¡Viva Coria Libre!, ¡Viva su Tierra!”.

La que está liando el andoba –se oyó una voz dentro de un grupo.

Está loco –contestó otro.

¿Ha dicho Escastuolas?, es genial –aseveró un tercero.

Este hombre es un tormento –cerró un cuarto.

Es un entretenedor profesional –dijo el primero

Todo esto sacará a la gente de los problemas reales de Extremadura –manifestó disgustado el segundo

Con lo que está cayendo en Catalunya y ahora nos viene con esta chorrada –comparó el tercero.

Si, si, si, ya se ve, ya se da, independencia y libertad –gritaban en el grupo afín a File Rodríguez, agitando la pancarta.

Es un adelantado –remató un convencido.

Que no nos representan, que no –se oyó una despistada voz.

Nota del autor: A principios del año de 2015, Filiberto Rodríguez de Haro y Cáceres Solís legalizó una formación política con el nombre de “Coria Aparte, Libre, Independiente y Distinta”, (CAID), recabando el voto de los habitantes de la potencial Tierra de Coria y provincias asociadas, así como de toda la Comunidad Extremeña y del Estado Español, dando por tan satisfactorio el resultado que le ha permitido seguir ahondando y propugnando la propuesta.

Resultado de la votación en las elecciones de 2015.

Tierra de Coria: 1.714 votos.

Comunidad Extremeña: 100 votos. (Descontados los 1.714 votos).

Estado Español: 25 votos (Descontados los 1.714 votos y los 200 votos).

ENTRETENGAMOS que algo queda