miércoles. 24.04.2024

Porque tenemos miedo

Ayer, día 14 de noviembre, Sierra de Gata Digital secundó la huelga general. Y lo hizo, y así se lo quiere hacer saber a sus lectores, porque tiene miedo. Sierra de Gata Digital comenzó su andadura hace siete meses y desde entonces no hemos dejado de dar malas noticias.

Ayer, día 14 de noviembre, Sierra de Gata Digital secundó la huelga general. Y lo hizo, y así se lo quiere hacer saber a sus lectores, porque tiene miedo.

Sierra de Gata Digital comenzó su andadura hace siete meses y desde entonces no hemos dejado de dar malas noticias. Hemos cubierto la eliminación de la ayuda estatal a la asistencia domiciliaria, los turnos inhumanos que se ven obligados a hacer médicos y enfermeros, las bajas no cubiertas, la desaparición de los celadores, la eliminación de los Planes de Zona, dentro de la Ley de Desarrollo Rural Sostenible, la reducción del profesorado, de la gratuidad del transporte escolar... En algunos casos hemos dado la voz de alarma a tiempo para que para que alguna mala noticia no llegara a confirmarse y eso justifica la existencia de este medio. Hoy más que nunca los ciudadanos deben estar informados porque el desmantelamiento del Estado del Bienestar parece no tener freno ni marcha atrás. Estamos viendo a nuestro alrededor cómo saltan ciudadanos por las ventanas, cómo tenemos que recurrir a la ayuda social para dar de comer a nuestros hijos, como hemos de apoyarnos en las estructuras familiares para subsistir. 

Buscamos en nuestros entorno lo que el Sistema, lo que el Estado nos está negando, nos está arrebatando porque ya lo teníamos. Pagamos, copagamos y repagamos la seguridad social que anteayer era gratuita, el transporte escolar, los libros, la ayuda a domicilio para nuestros mayores. Y estamos obligados a todos estos pagos porque en realidad lo que estamos costeando son las deudas de los bancos, los intereses que esa deuda no para de generar en una rueda loca, las prebendas de la clase política. 

Esto no ha sido una catástrofe natural. Hace treinta años cambiaron las bases de nuestro sistema económico. Nos dijeron que lo mejor era privatizarlo todo, que los servicios serían mejores y más baratos y que la riqueza se repartiría entre toda la sociedad. Ahora nos dicen que no podemos pagar lo que antes sí podíamos. Así que ¿para quién es mejor este sistema? ¿Para ese 1% de la población que en estos últimos treinta años ha acumulado el cuarenta por ciento de la riqueza? Este sistema no funciona. 

Y salimos, salen, a la calle y no escuchan. ¿Qué tenemos que hacer para que entiendan algo de lo que estamos chillando? ¿Dónde van a llegar? ¿Cuánto más somos capaces de sufrir? Jueces, policías --colectivos nada sospechosos por su perfil antisistema-- claman contra la ley de desahucios y apoyan la objeción de conciencia. Europa, la pérfida Europa, tacha la ley hipotecaria española de abusiva e ilegal. Pero para eso han tenido que saltar tres ciudadanos por la ventana. Los profesionales que hacemos cada día este diario estamos asustados, tenemos miedo.

¿Y ustedes? ¿Están tranquilos? 

Porque tenemos miedo