viernes. 19.04.2024

ACEBO. Capital del encaje de bolillos ( y XXI)

Finalizo este colección de artículos con el párrafo que realmente dio píe a esta pequeña investigación: “Acebo puede considerarse como la cuna y capitalidad de los encajes de bolillos. Antiguamente se llevaban a Castilla, pero hoy (1973) los acebanos se encargan de presentarlos por toda la geografía española e incluso por el extranjero” (1). No se puede pedir más

El Taconito Acebo. Caìceres
El Taconito Acebo. Caìceres

Queda pendiente un estudio más profundo sobre  los dibujos de los picados que dieron lugar a diseños propios y bellos deshilados particulares y sobre las técnicas utilizadas

En 1973, existía en Acebo un taller de artesanía de la Sección Femenina para enseñar a las niñas y adolescentes el trabajo de la confección de encajes de bolillos. Esta escuela, que pervive hoy en día, está dirigida por doña María del Carmen López Casillas desde su inauguración (1970), algo de lo que puedo dar fe personalmente.

Con esta entrega doy por finalizada esta colección de artículos sobre el encaje de bolillos en la localidad serragatina del Acebo. Sirva de homenaje a todas las mujeres acebanas que supieron manejar con elegancia y delicadeza los bolillos y fueron capaces, no sólo de trenzar los hilos hasta elevarlos a la categoría de artísticas filigranas, sino también de difundir esta artesanía y sacar adelante económicamente a sus familias.

Espero haber cumplido el objetivo inicial de dar a conocer una tradición milenaria que, desgraciadamente se está perdiendo en el pueblo de origen pero que ha sabido extender sus raíces por todas las ciudades de España, difundiendo su técnica y la originalidad de sus dibujos. 

Me comprometo a seguir difundiendo todo cuanto llegue a mi poder sobre este tema y, como muestra de lo dicho anteriormente, os cuento que el “Diariovasco.com”, del 23 de febrero de 2006, informaba a sus lectores de cómo la cacereña Dolores (Loli) Caballero, residente en San Sebastián,  impartió un curso de encaje de bolillos, organizado por el Ayuntamiento de Irura (Guipúzcoa). Explica el digital, como esta cacereña, no olvida sus raíces, ya que fue su abuela Restituta Párraga, que residía por aquel entonces en el pueblo de Acebo, en la Sierra de Gata (Cáceres), la que le enseñó a la corta edad de 5 años a manejar los bolillos.

La abuela Restituta Párraga le comentó que todos sus antepasadas habían trabajado el encaje de bolillos y habían trasmitido esta técnica de generación en generación. Ello sirvió a Dolores Caballero, trabajadora de las Artes Gráficas, en la confección de encajes para juegos de cama, puñetas de jueces, casullas para sacerdotes, paños de iglesia, manteles, janeros, paños, etc, pero sobre todo para dejar constancia de la técnica acebana en el manejo de los bolillos y asentar, en esas tierras del norte, los dibujos de sus picados y las filigranas de sus encajes, a través de la enseñanza aprendida tras largas jornadas de picotear sobre el pucherito y aquellas otras tiritas que confeccionaban las niñas sobre las pequeñas almohadillas. Así lo ha sido en San Sebastián, Tolosa, Anoeta, Zizurkil e Irura, entre otros lugares de Euzkadi.

Tipos de encaje de bolillos en Acebo. www.sierradegatadigital.es

Vocabulario del encaje de bolillos en Acebo:

Abanico de encaje.- Conocido instrumento para producir aire con paisaje con ondas o arcos apuntados con enrejados.

Acerico.- Pequeña almohadilla de serrín para clavar alfileres. Se coloca en el margen superior de la almohadilla principal.

Albarca.- Calzado holgado.

Alfileres.- Clavo muy fino inoxidable, de punta y cabeza, recogidos en el acerico hasta el momento de su uso. Facilitan las vueltas y cruces que quedan sujetas con ella.

Almohadilla acebana.- Cojín cilíndrico forrado de tela de 60 a 70 centímetros de largo por 20 centímetros de ancho, relleno de bálago (paja de centeno) bien prensado pero fácil de atravesar por alfileres. Se cubre con una funda, de quita y pon, para facilitar el lavado.

Aplicación.- Encaje de bolillos generalmente de imitación de los originales.

Arabesco.- Dibujo floral que cubre todo el encaje.

Atadero.- Cuerdas para atar el tapador.

Banasta.- Cesto ovoide de mimbre para guardar los bolillos y las tijeras.

Baraja o haz de bolillos.- Número de bolillos de igual forma y tamaño.

Blonda.- Encaje realizado en seda lasa y retorcida, denominada granadina.

Bolillos.- Palos labrados, preferentemente de madera de naranjo, con una longitud de 10 a 15 centímetros, en cuya parte superior se enhebra el hilo y, cuya prolongación o mango sirve para el manejo con las manos. Su punto de unión al encaje es mediante un extremo del hilo.

Bolsillo.- Bolsa de tela, del tamaño de los bolillos, sujeta en la parte superior izquierda de la almohadilla, para guardar los bolillos y las bobinas.

Borde superior.- Pie del encaje.

Cabeza.- Remate del encaje en el extremo inferior, el que no se encaja en las prendas. También se denomina borde inferior o derecho.

Cairel.- Adorno de pasamanería llevado al borde de un traje.

Campo.- Fondo de los encajes. 

Corona.- Remate de la cabeza del encaje.

Cortar.- Quitar bolillos de la almohadilla según avanza la labor.

Cruces.- Entrecruzamiento de varias guías para formar arañas o villanos. Cuando lo es con dos guías se llama torchón, encaje típico de Acebo. Cáceres. 

Deshilado.- Labor de dibujos formando huecos o calados. 

Embolillar.- Enhebrar el hilo en el bolillo.

Encaje de bolillos.- Labor fabricada sobre un patrón predeterminado, sujeto a una almohadilla, mediante una técnica textil de deshilado artístico, realizado a base de entretejer hilos, entrecruzando bolillos, hasta  formar torsiones, trenzados y tramados. Labor encajada entre dos telas.

Encajera.- Mujer que realiza encajes. En otras partes se la denomina palillera y puntera o puntillera.

Enhebrar.- Enrollar el hilo en el bolillo.

Entredoses.-  Encajes sin pie ni puntilla que va entre dos telas.

Faena.- Para la fabricación del encaje, la cabeza de la almohadilla reposa sobre el respaldo de una silla de madera labrada, generalmente con el hondón de enea, colocada de espaldas a la encajera. La parte inferior de la almohadilla queda entre las piernas de la encajera, sentada esta sobre otra silla de madera y enea, de manera que le permite ver el conjunto de la labor y manipular los bolillos.

Guipur.- Punto de encaje antiguo trenzado de dos o tres guías enlazadas con una tercera.

Mandil.- Delantal que se coloca la encajera para protegerse el pecho y las piernas.

Pasamanería.-  Adorno de galones, trencillas, cordones, borlas y flecos, aislados o en conjunto.

Patas del encaje.- Extremo del encaje.

Pega.- Unión de una parte con otra del encaje.

Picado.- Cartón de grosor medio, liso y flexible para su adaptación a la superficie curva de la almohadilla, que sirve de patrón para la guía del encaje. En él se dibuja el modelo o motivo a seguir y, posteriormente, se pica con ordenados minúsculos agujeros . Los agujeros realizados deben seguir el diseño del dibujo para ser interpretados por la encajera en la confección del encaje.

Pie.- Extremo del encaje que sirve para unirle a la prenda que se va a guarnecer.

Punta.- Motivo en rombo o triángulo para las camisas, colocado donde abre.

Puntilla.- Banda estrecha de encaje de bolillos con dos bordes diferenciados como son la cabeza y el pie.

Punzón.- Instrumento punzante  o mandril para hacer los agujeros en el picado y poder componer el dibujo.

Randa.-  Estrechos encajes de bolillos con calados muy sencillos.

Sentar.- Alzar el encaje una vez terminado para seguir la labor.

Silla de enea normal.- Silla de madera y enea que utiliza la encajera para sentarse.

Sillas de enea pequeña.- Silla de madera y enea en cuyo respaldo se sujeta la almohadilla.

Tapador.- Tela más ancha que la almohadilla, con una longitud que supera los bolillos, sujeta con alfileres, que sirve para proteger el encaje y los bolillos al terminar la jornada. Evita que se ensucie el encaje y que se enrolle el hilo de los bolillos. 

Tijeras.- Corta el hilo y los finales de los nudos de los empalmes.

Torchón.- Género de encaje de Acebo (Cáceres), por ser esta localidad la que con mayor ahínco y esmero los fabricó y la que los dio a conocer por todo el territorio castellano y extremeño. Encajes sencillos en los que se trabajaba a la vez el fondo y los motivos, repitiéndose estos a lo largo de la banda. Bandas estrechas, por lo general, desde un centímetro a doce.

Tupido.- Todo relleno de hilo, sin huecos ni vacíos.

Vara.- Medida de longitud de 0,80 cm empleada antiguamente para medir las puntillas.

Vena.- Adorno o remate del encaje con hilo más fuerte del normal.

Ventana.- Adorno o decoración de los bolsillos de pastor.

NOTAS

1.- Para más información ver: Gutiérrez Macías, Valeriano. “Acebo. Capital de los encajes de bolillos”. ABC del domingo 4 de marzo de 1973. Cáceres. Número 20.885. Edición de la mañana. Página 43.

Cuadro: “Encajes de Acebo. (Cáceres)” elaborado por Julián Puerto.

Foto.- Encaje de bolillos “El Taconito”. Acebo. (Cáceres). Colección Disco Trébedes.

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