jueves. 28.03.2024

Arropada bajo el título de Homenaji Musical aus nosus maioris, se celebró el pasado sábado, día 22 de junio, en la zona conocida como el parque de la Cruz, de Valverde; una velada que superó las previsiones de la organización.

Habiéndome reunido con mis paisanos Patricia Lajas Fernández y Jesús Lajas Carrasco; dos personas sobre las que ha recaído el peso principal de la coordinación de los actos que más adelante comentaré; me dicen que este encuentro se comenzó a fraguar en la mente de los antiguos pupilos que tocaban con los del Pelo blanco. Éstos que de esta forma se llamaban ellos mismos, eran los Carrizo, un grupo familiar, con este apellido, que adornaban con música cualquier acto público que se preciara en el pueblo.

Entre los pupilos estaba José Prieto, así como aquellos que formaban parte de la rondalla que hubo en Valverde, a la que pertenecieron las dos personas entrevistadas, algunos de los nietos de aquellos Carrizos y alumnos de Maxi Gómez que es la última de este linaje de músicos que enseñó a gran parte de la juventud valverdeña los acordes, las notas y las letras de los típicos pasodobles, pasacalles y jotas del folclore extremeño y español.

El motivo fundamental de llevar a cabo este encuentro musical viene de hace mucho tiempo, pues como dice Jesús Lajas, él mismo sentía la ilusición, hacía una temporada, de revivir aquella agrupación que existía antes en Valverde; con el fin de juntarsi, tocar con las bandurrias y los laudes que hoy están olvidados; echando de menos a toda aquella gente que se fue, siendo difícil recuperar las canciones y las partituras antiguas con las que animaban las fiestas; entre los que se encontraban los del Pelo blanco que eran los que mas actuaban y que son los que aparecen presidiendo el cartel anunciador del homenaje.

Pensaron que como todavía vívía Maxi Gómez, la maestra de música de muchos de ellos, sería bueno dejar patente este homenaje en favor de los que la precedieron, entregándole la placa a ella que era hija de uno de aquellos folcloristas valverdeños.

La idea fue tomando cuerpo, formándose con los pupilos, con los de la rondalla, con los alumnos y familiares de Maxi un compacto grupo que acordaron denominar para la ocasión Grupo folclórico de Valverde,  al que se fueron sumando otras personas, ente las que mencionamos a integrantes del coro de la iglesia, asociación de emigrantes y otros particulares que se prestaron voluntarios para tocar los instrumentos, cantar o para bailar las jotas.

A esto primeros se unieron después todos aquellos otros como los familiares de Patricia que, de forma desinteresada, se prestaron tanto para transportar como para montar y desmontar el escenario que nos dejó la mancomunidad de municipios de la Sierra de Gata.

A continuación vinieron los integrantes del grupo valverdeño de rock Zepo Lobero que dejaron a nuestra disposición y nos mantuvieron durante todo el desarrollo de las actuaciones la cobertura del sonido.

Los gastos de cartelería, flores, placa, etc... corrieron por cuenta de los que voluntariamente nos integramos bajo el Grupo folclórico de Valverde, que para finalizar los actos en hermandad, celebramos al final de la velada un tentempié con alimentos y debida que cada uno, de acuerdo con sus posibilidades puso a disposición de todos los demás.

Dicho lo anterior pasamos al desarrollo de los actos que fueron seguidos en los momentos culminantes del acontecimiento por cerca de 400 personas, de las que mias del doble tuvieron que seguirlo de pie.

Al inicio, a modo de sorpresa, porque no se anunciaba en los carteles y partiendo desde fuera del recinto donde se celebraba el acto, metiéndose a continuación entre la gente hasta llegar al escenario, un grupo de valverdeños e integrantes de la asociación lagartera El lagarto verde,  comandados por Mavi; dieron un regusto medieval para empezar, representando bailes de los siglos XV a XVII, vestidos acordes a la época representada.

Fue para mí un honor presentar toda la velada, que tras los bailes medievales continúa a las ocho y media de la tarde con la entrega, por parte de Patricia Lajas, de la placa a su antigua maestra de música Maxi Gómez. A continuación y antes de que ésta se dirigiera al público, la presidente de la Asociación de Emigrantes de Valverde -Ramona Martín Acosta- leyó una sentida poesía que había compuesto para agradecer todo lo que Maxi había hecho de forma desinteresada siempres que había programado la Asociación actos festivos en el pueblo.

A partir de las palabras de la persona agasajada, se desarrollaron propiamente las actuaciones de la velada con las piezas que interpretó el Grupo folclórico de Valverde, como “Carrascosa, Compostelana, Clavelitos...”  y varias jotas bailadas como “Recoble, la uva...”

A continuación, bajo la dirección y acompañamiento al violín du sei profesol de música, un grupo de alumnos del instituto Val de Xálima nos deleitaron con tres de las Cuatro Estaciones  de Vivaldi, finalizando con la interpretación de la banda sonora de la película Piratas del Caribe.

Sigue un manojo de chicas pequeñas, mayores y mujeres representando a los grupos de Sevillanas de Eljas  y de Valverde  que llenaron de vistosa gracia y colorido el evento.

Comenzaba a rendirse el día, una luna llena y gozosa apuntaba detrás de los restos del que antaño fue uno de los cines más populares del entorno, el cine de Paramio, en el que nuestros mayores vieron actuar a personajes de la época como Antonio Molina, la niña de la Puebla o la Sansona del siglo XX  y donde olvidaban sus problemas mientras se dejaban llevar por aquellas escenas del Cinemascope que por entonces hacía furor; cuando suben al escenario dos jóvenes, Germán que gobernaba una acordeón y su colega Peter con la guitarra española que nos desengancharon de aquel arrobo lunar con la interpretación de cuatro piezas que fueron objeto de admiración tanto de la mocedad como de los mayores.

Todavía saboreábamos las últimas notas de los tangos, cuando los trepidantes rimos del grupo de batucada Tamval despertaron nuestros sentidos y las vibraciones de la percusión recorría frenéticamente cada rincón de nuestro cuerpo para conectarlo con la tierra que la sentíamos bailar bajo nuestros pies.

Como la colocación y puesta a punto de los instrumentos de los dos últimos grupos participantes iban a ocupar un cierto tiempo y la persona agasajada tenía que partir, se decidió interpretar antes de éstas últimas actuaciones el Himno de Valverde, cuya partitura és de la autoría de Vidal Gaspar Carrizo y la letra de Florentino Parra Iglesias, ambos autores, valverdeños. El Grupo folclórico de Valverde animó a todos los presentes a que cantaran con ellos el himno que habían repartido en los folletos que entregaron antes de los actos.

Finalizan las celebraciones con las piezas de rock que interpretaron los dos grupos conocidos de este pueblo Sentido Inverso  y  Zepo Lobero.

Era avanzada la media noche, la luna lucía en el cenit de la velada, según se iban apagando los focos y se cortaba el sonido. Los vecinos se recogían contentos mientras los organizadores y participantes se juntaban para disfrutar del refrigerio comunitario al pie del río, presidiendo el ágape la mágica linterna de la luna.

Se comentaba la cantidad de parabienes que de unos y de otros habían llegado durante el desarrollo de este entrañable acto. Se hablaba de los fallos que se dan en el directo y que sirven para aprender y tener en cuenta para que no vuelvan a repetirse durante otros acontecimientos posteriores.

Se proponía, vista la cantidad de vecinos de Valverde que siente la pasión por la música, mientras se probaban los platos y caldos caseros; que se desarrollaran conciertos de primavera o aprovechar en el mes de agosto. Se valoraba la consecución del principal objetivo que había sido la celebración del homenaje y ahora quedaba esperar para ver si el tiempo y el recuerdo dejado con el evento despierta el interés en la juventud para que se vuelva a formar algún grupo folclórico, puesto que se cuenta en el pueblo con gente que siente esta pasión y contamos con descendientes de aquellos hombres y mujeres que nos enseñaron a apreciar la múscia.

Los entrevistados -Jesús y Patricia- me decían que les robó tanto tiempo la organización que les fue imposible pasar invitaciones tanto a Eljas como a San Martín; hecho que sienten y por el que piden las correspondientes disculpas. Dicen también que este tipo de homenajes se podían llevar a cabo en toda la Sierra de Gata, de forma que cada año se celebrara en un pueblo y que participaran las asociaciones y los grupos folclóricos y musicales de toda la Sierra, agasajando a una persona mayor del pueblo en el que se celebrara cada año el acontecimiento. Que el acto podría completarse con exposición fotográfica o multimedia que comprendiera un recorrido con las fotografías típicas de las personas y de los sitios de ese pueblo. Este acontecimiento se podría realizar como concierto de primavera y no tendría por qué someterse en el desarrollo de las actuaciones a un solo día.

Llegados a este punto, tras la invitación de un exquisito café solo, se despiden de mí por tener que atender su trabajo.

Muchas gracias por la invitación y disfrutad de una feliz tarde.

Reportaje fotográfico en facebook del homenaje. Autoría de J. Carlos González Piñero.

Reportaje fotográfico en el blog de Santos Lajas Robledo.

Reportaje fotográfico en facebook del homenaje. Autoría de Santos Lajas Robledo

Valverde del Fresno rinde un homenaje a sus mayores