viernes. 19.04.2024

¿Puede la resina convertirse en un yacimiento de empleo en la Sierra de Gata? Según los primeros resultados de una experiencia piloto llevada a cabo en Villasbuenas de Gata, todos los datos apuntan a que, efectivamente, la resina puede convertirse en un negocio para la comarca.

“Llevaba varios años queriendo introducir pinares en la resina”, comenta Luis Mariano Martín Mesa, agricultor forestal y ganadero, “y este año, tras hacer un curso en Navasfrías con la empresa Resinas Naturales, hemos realizado esta campaña de manera experimental para analizar su rentabilidad”.  El propietario de la finca ha ido tomando nota de la producción por pino, el número de horas necesarias para su extracción, la maquinaria necesaria, entre otros, para poder valorar si es interesante volver a resinar los pinares serranos.

La campaña comenzó tarde --en el mes de junio cuando debe comenzar en marzo-- y aún así los datos hablan por sí solos: Cuatro toneladas de resina en poco más de tres meses y esta experiencia piloto aún está por cerrar. En esta primera experiencia piloto Villasbuenas ha ido de la mano de los resineros de Navasfrías, con una larga tradición en la extracción resinera.

Tras este primer curso de Navasfrías, varios de los estudiantes comenzaron a resinar uno de los pinares de Martín Mesa. “Me puse en contacto con Jorge Domínguez Acosta, Técnico Superior en Técnicas Ambientales, monitor del curso de Actividades auxiliares de conservación y mejora de montes de la Mancomunidad para que llevara a sus alumnos a conocer el proceso de resinado”, comenta el empresario. “Tras la experiencia ambos estamos convencidos de las posibilidades de la resina en la Sierra y nos pusimos al habla entonces con el Centro de Formación del Medio Rural en Moraleja para proponer la organización de un curso sobre resina en Villabuenas de Gata”. “La respuesta de su director fue inmediata ya que siempre está abierto a nuevas propuestas y líneas de negocio agrarias y ganaderaa en la comarca”, señala Martín, quién añade “es muy de agradecer su implicación”.  Y dicho y hecho.

Finalmente, se organizaron dos cursos eminentemente prácticos y los alumnos han aprendido a desroñar --eliminar la corteza del pino sin dañar la madera; se desroña tanta superficie como vaya a ser resinada--, y poner cuñas al pino para hacer la primera pica --incisión vertical de 60 centímetros--. Cada doce días se raya la corteza, 2 o 3 cm, para que la herida no se cierre--.y se realiza una nueva pica Sobre esta incisión se añade una mezcla de ácido y escayola que impide que la herida se cierre. En este punto es muy importante controlar que con el ácido no quemas el árbol porque entonces dañaría el pino.

Siempre en función de la temperatura y la climatología del año, a operación de desroñar y se inicia en marzo, en abril se hacen las primeras picas y se colocan los vasos y las últimas gotas de resina se recogen en estas fechas. A continuación, los pinos deben ser preparados para pasar el invierno y para ello hay que limpiar el área, eliminar los restos de resina, retirar las cuñas y los vasos y esperar a la llegada del próximo marzo para volver a empezar. Hay que señalar que cada temporada la producción de los pinos resinados es mayor por eso las cifras de esta experiencia piloto que ahora termina en Villasbuenas de Gata son tan halagüeñas. “Hemos sembrado la semilla y ahora estamos preparados para comenzar a explotar los pinos como resineros”, señala Martín Mesa.

Cerca de 40 alumnos participaron en los dos cursos que organizó el CFMR en Villasbuenas de Gata. En estos momentos, ya son cerca de medio centenar de serrarnos los que están preparados para iniciar, la próxima campaña, el resinado de nuestro patrimonio en pino pinaster, que no es poco.

Ahora, “estamos intentando organizar una jornada sobre el cierre de la campaña y para ello queremos contactar con todos los alumnos que participaron en los dos cursos organizados en Villasbuenas por el CFMR y los alcaldes serranos para implicarlos en la explotación resinera de pinares públicos y privados”, concluye Martín Mesa.

Sin embargo, no todos los números cuadran. Martín Mesa demanda unas cargas laborales especiales para los resineros “se debe establecer una tarifa plana, de unos cincuenta euros para cubrir los gastos de Seguridad Social o una fórmula innovadora para los autónomos”. “Con la tarifa actual, las cuentas no salen”. Y para avalar su propuesta facilita los datos:  “Un hombre puede resinar entre 3.000 y 5.000 pinos por temporada y el precio de la resina --1,03 euros por kilo--”. Con estos datos “el salario que obtendría el resinero se situaría entre los 800 y los 900 euros mensuales pero si a este sueldo le tienes que restar la cuota actual de autónomo, cifrada en unos 264 euros, las cuentas dejan de salir”. Si se estableciera esta tarifa especial “lograríamos que estos trabajadores tuvieran su empleo y abandonaran el paro, aunque su aportación a la Seguridad Social fuera menor; de lo contrario, las cuentas no salen”.

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Sale el primer trailer cargado de resina procedente de Villasbuenas de Gata