La tranquila localidad serrana de Descargamaría ha visto sus solitarias calles llenarse de vida y niños durante sus fiestas patronales en honor a San Julian y la celebración del Pino Marro. Si durante el año, algo más de cien vecinos se saludan al cruzarse durante una semana cerca de 500 personas han llenado sus plazas y calles de algarabía, juventud e infancia.
La Asociación cultural Pino Marro, que este año ha celebrado el décimo aniversario de la recuperación de esta tradición centenaria, y el ayuntamiento de la localidad han trabajado codo con codo para que todo saliera perfecto. Como así ha sucedido.
El día 5, más de 300 personas participaron en la corta y arrastre del pino desde los montes próximos a la localidad hasta la zona de su renovada y moderna piscina fluvial. Este año, el pino izado ha medido más de 23 metros y todo el proceso, desde su corta hasta su izada, ha vuelto a ofrecer la espectacularidad del trabajo colectivo por un fin común.
La piscina fluvial en el río Árrago, que desde hace un mes luce un look gaudisiano, ha sido el gran punto de encuentro durante la semana. “Aquello parecía Benidorm de la enorme afluencia de gente de toda la Sierra y otros puntos del país que se han acercado hasta la localidad para conocer la original piscina”, comentan en la localidad.
Pero junto a la piscina, los grandes protagonistas han sido los niños. Más de un centenar de pequeños participaban diariamente en todas las actividades organizadas para ellos. Espectaculares hinchables, juegos tradicionales, fiesta de la espuma, torneos de fútbol y los cuenta cuentos. “Estuvimos más de una hora entregando trofeos y era muy hermoso ver subir a los niños al escenario contentos por recibir su galardón”, comenta Angel García Luis, alcalde parrillero.
Los jóvenes también pudieron disfrutar de tres conciertos pensados para ellos con las actuaciones de las bandas MP5, Labranza Folk y Seven. Y los mayores pudieron disfrutar y disfrutaron con la cata de vino, la invitación a migas con café o los torneos de naipes para ver quién es el mejor en el arte del tute, el zápite y el mus.
El día 9, como si se tratara del mes de enero, la Asociación Cultural Pino Marro celebró su cena de confraternización tras la que salieron de ronda por la localidad como antaño se hacía para mostrar a las mozas su pasión. Pero si antaño los mozos se animaban con palomas (bebida elaborada a base de huevos y vino para entrar en calor) hogaño son más las infusiones y caldos las bebidas preferidas.
El sábado, día 10, Juan Carlos García Delgado presentó en la localidad su segundo libro de investigación denominado “Las Villas de Valdárrago. Robledillo, Descargamaría y Puñonrostro”, del que este diario informó puntualmente a sus lectores.
Qué pena que no pueda ser fiesta todo el año.
