viernes. 29.03.2024

“Esperemos que en España no lleguemos a la situación de estas pobres personas”-nos confiesa incrédula Susana Rodríguez Arroyo desde el otro lado del teléfono.

Ella y su pareja, Pablo Caravantes, dos acebanos residentes en Madrid, se han visto sorprendidos a su llegada a Grecia por una cadena de huelgas dracononianas en las que civiles y fuerzas del orden se emplean a fondo; unos para reivindicar sus derechos y los otros para intentar contener a una población que ha pasado a un estadio superior de esta crisis, la de la pobreza.

Susana y Pablo han vivido de cerca las huelgas generales en Madrid, las incipientes protestas del movimiento 15-M, las concentraciones en la Puerta del Sol, etc; pero nos relatan que en todos los años que llevan viviendo en la capital de España no han visto manifestaciones de tal intensidad y tan numerosas.

Las políticas económicas prusianas impuestas por una Alemania que ha conseguido rentabilizar plenamente las medidas de austeridad a las que ha obligado a algunos de sus socios europeos son las que están detrás de estas protestas masivas en Grecia. Después de años en los que los bancos alemanes, franceses, etc. han prestado dinero a espuertas a algunos de sus socios europeos; para que con ese dinero adquiriesen productos y tecnología alemana, francesa, etc; ahora les han impuesto unas medidas de austeridad a los mismos completamente desproporcionadas. Esta situación guarda estrechas similitudes, por buscar un símil, con el inicio y posterior dependencia de numerosos toxicómanos; a los que primero se les inicia de manera gratuita en el mundo de las drogas y posteriormente se les obliga a desengancharse. En este caso el narcótico no es ni más ni menos que el dinero o el acceso a las fuentes de financiación necesarias para desarrollar y sostener determinas áreas de la socioeconomía de un país.

El olor al gas que se utiliza para disolver las manifestaciones; los muros plagados de carteles, en los que se convoca a los griegos a manifestarse y la gente acudiendo a una manifestación tras otra es el panorama que se han encontrado estos dos acebanos en una Atenas ya complicada de por sí. El deambular por la plaza Sintagma, por Monastirakis o por la colina de Filopapos es una tarea imposible para unos visitantes que ven con preocupación la reacción de los griegos; ya que creen estar viviendo, por una casualidad de la vida, el futuro, que salvo que cambien mucho las cosas, nos espera desgraciadamente a españoles y portugueses.

Grecia: crónica de dos aceban@s desde el corazón del kaos Europeo