martes. 23.04.2024

Sierra de Gata: Una vuelta a los orígenes, una esperanza de futuro

Quizás si nos parásemos a analizar desde una perspectiva global los problemas que lastran el desarrollo socioeconómico de Sierra de Gata, encontraríamos una amplia variedad de factores que podrían ir desde el ámbito antropológico hasta el geográfico, pasando por los de carácter político e históricos.

Quizás si nos parásemos a analizar desde una perspectiva global los problemas que lastran el desarrollo socioeconómico de Sierra de Gata, encontraríamos una amplia variedad de factores que podrían ir desde el ámbito antropológico hasta el geográfico, pasando por los de carácter político e históricos.

Pero de todos ellos el que más nos puede interesar, y que a mi entender es crucial en todo proceso de construcción nacional, es el demográfico. Sin una sólida base poblacional es prácticamente imposible implementar cualquier plan económico que sea una fuente futura de generación de bienestar para los habitantes de una zona geográfica determinada.

Recuerdo que en nuestro ya desaparecido y querido periódico Crónica de Sierra de Gata se publicaron una serie de entrevistas que se realizaron a los Alcaldes y Alcaldesas de los municipios de la Comarca; casi todos ellos ponían especial énfasis en la impotencia que tenían para impedir la sangría humana que sufrían sus municipios desde la década de los años 50 de la centuria pasada, fecha en la que comenzó un proceso irreversible de emigración y que continua hasta nuestros días.

Lógicamente la gente no emigra por gusto pues el desarraigo emocional que provoca esa situación en el individuo le condiciona toda su vida. En el caso concreto de Sierra de Gata los movimientos demográficos siempre han estado asociados a dos factores: uno a los conflictos bélicos con el vecino Portugal y dos a los grandes periodos de carencia de empleo en la comarca.

Sierra de Gata mantuvo, al menos, hasta mediados de la década de los años 90 del siglo pasado una estructura económica eminentemente agrícola y ganadera; en la que confluían varios factores que han impedido su desarrollo y por tanto convertirse en una base sólida de empleo y de crecimiento estable para nuestra comarca.

El trabajo en el campo, mal visto y peor remunerado, fue sufriendo desde esa época un abandono paulatino por las generaciones más jóvenes; que o bien preferían emigrar a otras zonas geográficas o bien se pasaban a otros sectores como la construcción; la cual absorbió a la mayor parte de mano de obra excedentaria del sector agrícola y ganadero de la Comarca; ya que hasta épocas más recientes no se desarrolló el sector servicios. Desarrollo que vino de la mano del turismo rural.

Con una crisis como la actual en la que el sector de la construcción se ha derrumbado de una manera estrepitosa y que ha dejado en el paro a infinidad de personas se vislumbra un oscuro futuro para todos aquellos que apostaron por una rama de la economía impregnada de fuertes dosis de especulación. Máxime cuando la mayor parte de la obra nueva que absorbió ese traspaso de mano de obra del campo en Sierra de Gata estaba centrada en construcciones de segunda residencia para familias de emigrantes de la segunda mitad del siglo XX, y que ahora se ven en la obligación de destinar sus ahorros de toda la vida a otros fines más necesarios; o se muestran cautelosos en desprenderse de los mismos.

Por todo ello si se quiere mantener un mínimo de población en cada una de las diecinueve localidades de Sierra de Gata que permita mantener las infraestructuras municipales esenciales que demanda cualquier sociedad es necesario un reciclado o una reubicación de todas aquellas personas que durante años encontraron en la construcción su forma de vida; a fin de evitar que las poblaciones de Sierra de Gata se conviertan en grandes urbanizaciones habitadas de manera estacional, o demográficamente dependientes de otros núcleos poblacionales de mayor tamaño que están acelerando el proceso de urbanización al que se está viendo afectada la provincia de Cáceres; al contar éstas con más servicios que las zonas rurales de menor población.

Ese proceso de reconversión contaría con un aliado importante si se consiguiese recuperar, modernizar y desarrollar una agricultura y una ganadería que en otro tiempo fue fuente de riqueza y de bienestar para volúmenes de población, que en algunas localidades triplicaban a los actuales.

Sierra de Gata: Una vuelta a los orígenes, una esperanza de futuro