jueves. 25.04.2024

Ayer, hoy y siempre seguiremos luchando por la independencia de Extremadura

Se aproxima el día 8 de septiembre, día de Extremadura; para los que creemos en Extremadura el día de nuestra Tierra son los 365 días del año y no se circunscribe a un día del calendario en el que un numeroso grupo de vendepatrias se atiborran de comida y bebida a cargo del dinero del contribuyente.

Se aproxima el día 8 de septiembre, día de Extremadura; para los que creemos en Extremadura el día de nuestra Tierra son los 365 días del año y no se circunscribe a un día del calendario en el que un numeroso grupo de vendepatrias se atiborran de comida y bebida a cargo del dinero del contribuyente.

Una vez más tendremos que aguantar los discursos tediosos y vacíos de contenido, las imágenes de personajes esperpénticos, las actuaciones de individuos que jamás han creído en nuestra Tierra y los actos con guiones preestablecidos; dictados y aprobados por los poderes fácticos de un Estado que hace aguas por todos los rincones.

Un Estado, el español, que nunca ha sido tal; una Nación, la española, que jamás concluyó su proceso de formación, como si hicieron naciones como la francesa, la alemana e incluso la italiana. Un Estado, el español, que ha permitido durante años los procesos soberanistas de determinadas zonas geográficas y de determinados pueblos de la península ibérica en detrimento de pueblos como el extremeño.

Son numerosos los que se asombran de que en Extremadura surjan personas que piensan y trabajan por la independencia futura de una Extremadura plenamente soberana; quizás porque la cuestión que más pesa es la viabilidad económica de la misma. Pero la historia reciente de Europa demuestra que no es necesario tener una lengua propia, que la tenemos; ni pertenecer a una raza, etnia o grupo humano diferenciado, que lo somos; ni tener unas fronteras definidas, que las tenemos; para conseguir la independencia de un territorio. En Europa han surgido y seguirán surgiendo países y enclaves plenamente independientes que modificarán la geografía sociopolítica actual de un continente que se encuentra en plena transformación. Máxime cuando se está demostrando que a naciones sin estado a los que se les ha permitido todo tipo de desmanes lo único que han provocado es una acumulación de deudas desorbitadas que ahora tendremos que pagar entre todos.

Las élites de esas nacionalidades históricas, como siempre se las ha definido, jamás han querido la independencia de su territorio lo han demostrado sucesivamente a lo largo de la democracia de este País; ya que tanto las élites intelectuales y empresariales se han aliado, en momentos de crisis, con los gobiernos de partidos estatales; quizás debido a los sinsabores y la mala experiencia que les dejó sus alianzas pasadas durante el periodo republicano de este País. Por ese motivo y salvo un vacío de poder esas nacionalidades históricas jamás llevarán a cabo la independencia de sus respectivos territorios; seguirán jugando al chantaje, que es lo que han hecho hasta ahora.

Si el día de mañana se encontrase un inmenso yacimiento de petróleo, o de gas, o de cualquier otro recurso estratégico en tierras extremeñas, como el que se ha encontrado en Escocia o en Quebec, hasta los que hoy abominan de una Extremadura independiente defenderían y justificarían la soberanía de nuestra Tierra. Nosotros, los soberanistas extremeños, no precisamos de ese tipo de independencia económica pues la historia de la humanidad también ha demostrado que no es necesario pasar por todos las fases económicas (precapitalista, capitalismo industrial, Revolución Tecnológica) por los que han pasado algunos de los países actuales para poner en marcha una estructura económica que garantice a su vez la independencia política.

Ayer, hoy y siempre seguiremos luchando por una EXTREMADURA plenamente SOBERANA.

Ayer, hoy y siempre seguiremos luchando por la independencia de Extremadura