viernes. 19.04.2024

Pan y cebolla

Parecía que se habían unido en permanente comunión los votantes del Partido Popular y los que apuestan por una continua alternancia política. Los primeros porque pedían un cambio coyuntural, que no se ha dado, en el proyecto político y en la forma de abordar la crisis económica, buscando una salida rápida y coherente. Los segundos porque mantienen la creencia estructural de que los cambios partidistas de poder, tren consigo una significativa mejora en los sistemas sociopolíticos, socioeconómicos y socioculturales. 

Se trata de una mezcla de fe y de confianza, respectivamente, al pretender incidir con diferentes visiones y distintos proyectos sobre una misma realidad. Pero ni los unos ni los otros podían pensar, por un solo instante, de que esa intencionalidad significara una unión indisoluble con pan y cebolla.

Cuando más inmerso estaba el Gobierno de España, a través de sus portavoces y de los medios de comunicación públicos y privados afines, en lanzar una campaña que evidenciara los signos de una pretendida recuperación económica. Cuando se pensaba que todo estaba controlado, excepto la reducción del “maldito déficit que dejaran los socialistas”. 

Cuando se alardeaba de que los deberes estaban requetebién hechos, llega Bruselas, pone a cada uno en su sitio, y manda a todo el mundo al pasillo, amenazante vara de castaño en mano, a copiar mil veces: “me aplicaré fielmente en más recortes”.  

Dicen los estudiosos del tema que, el genero musical de la habanera, tuvo realmente su origen en España. De aquí pasaría a Cuba que, más adelante, las devolvió de nuevo a nuestras fronteras. Otros expertos mantienen el camino inverso.

Algo así ocurre con las obligaciones encaminadas a poner fin a la situación de déficit público excesivo en España. Otro tanto sucede con las obligaciones relativas al programa nacional de reforma 2013, por el que se emite un dictamen del Consejo sobre el programa de estabilidad de España para 2012-2016, dictado por el Consejo de la Unión Europea.

Uno no sabe si estas reformas propuestas, van o si vuelven. A todos nos suenan como voceadas por los ministros, banqueros y grandes empresarios españoles. Eco que no deja de retumbar por los recovecos de la Sierra y nos está produciendo ciertos mareos, subidos a la noria loca de los acontecimientos.

No lo digo sólo por las duras medidas que están empobreciendo a las familias y a la clase media española. Es sobre todo por  la sensación, cada vez más certera, de que los economistas de la Comisión Europea o no aciertan con la política adecuada para salir de la crisis o, lo que es peor, no saben por donde se andan y están más perdidos que un dominguero en la Cervigona (1). 

Todo por no dar su brazo a torcer, reconociendo que se han equivocado con tanta austeridad y recorte. Que no acertaron en recomendar y apoyar medidas que tiendan al estímulo del consumo y a la potenciación del crecimiento económico. Sin molestar, claro está, a la señora Ángela Merkel.

Poner como letra de la canción que debemos realizar un esfuerzo presupuestario, corregir el déficit y aplicar ambiciosas reformas estructurales. Componerle una música a medida con las notas del impulso del crecimiento potencial y el empleo, con especial apoyo al juvenil. El resultado es un tema musical que ya nos viene sonando desde hace tiempo y que se ha traducido en un “dale duro al pandero”.  

Porque uno no consigue saber a que tiempo se refiere la Comisión Europea cuando dice que “una vez se consiga la corrección de déficit excesivo…”, se debe proseguir, entre otros recortes, con el ajuste estructural. Garantizar la aplicación rigurosa y transparente de las medidas preventivas y correctoras que marca la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Mejorar la eficiencia y la calidad del gasto público. Aumentar la relación coste-eficacia del sector sanitario. Reducir el gasto farmacéutico.

¿Esto es más de lo mismo, economía de guerra, o se trata de contigo pan y cebolla?. A mí particularmente me suena a más recortes, menor crecimiento y más paro. Por cierto, este último quedará parcialmente enmascarado al obligar a los que tienen prestación por desempleo, a trabajar para las administraciones públicas, según una ley de 1982. 

¡Qué cosas!. Nos echan de nuestras casas con una ley hipotecaria de 1909. Obligan a trabajar al parado, que necesita tiempo para buscar empleo, con una ley de 1982. Nos aplican una ley educativa que retrae a 1970. Cualquier día de estos nos encontramos con que proponen una descentralización del poder político de acuerdo a leyes de los siglos XI o XII, pongo por ejemplo. Estos políticos de “mi querida España”, que cantara Cecilia, son la monda.

Dice también el texto de recomendaciones, que se debe “culminar a final del 2013, a más tardar, la regulación del factor de sostenibilidad, a fin de garantizar la estabilidad financiera a largo plazo del sistema de pensiones, estableciendo, entre otras cosas, que la edad de jubilación vaya aumentando en función del aumento de la esperanza de vida”. 

Una medida, esta última mentada, que choca de frente contra la estrategia argumentada por la Comisión Europea para luchar contra el desempleo juvenil. 

Es de todos conocida, desde hace tiempo, la intención de retrasar la edad de jubilación. Es tanto así que hay establecidos cuadros de aumento paulatino del tiempo de empleo o, lo que es lo mismo, de alargar la edad de jubilación. Es posible que, a cambio, se ofrezcan prejubilaciones, negociando la prestación para abaratar el coste. Si esto no es así, no sé cuando van a trabajar los jóvenes.

También se prevé la revisión del sistema tributario, impuestos, recapitulaciones financieras, reforma del mercado de trabajo, plan activo de empleo, reducción de los riesgos de pobreza y marginación social, unidad de mercado, déficit de las eléctricas y reforma de la administración local y del sistema judicial.

¡En fin!. Que aunque estas recomendaciones sean normas nuevas para Europa, están más que vistas, oídas y sufridas por estas tierras. Unas recomendaciones, para los próximos años, hechas a medida de las intenciones futuras del Gobierno, seguramente acordadas con él, que esperemos no se traduzcan en más leña al mono pactada con el principal partido de la oposición. 

Ya sólo falta que no sirvan para dar una salida rápida a la crisis. ¡Que santa paciencia ha dado Dios a los hombres y a las mujeres de nuestra tierra!. 

(1).- La Cervigona es un paraje natural y agreste del termino municipal de Acebo. Sierra de Gata. Cáceres.

Pan y cebolla