sábado. 18.05.2024

98. Volver a empezar

Hoy hay consenso entre los paleontólogos y antropólogos en que la aventura de la hominización se inició en África, hace cerca de siete millones de año. Pero África no es sólo el lugar de los orígenes. Fue en este lugar del planeta donde el ser humano elaboró sus primeras sensaciones, donde se articularon las crecientes conexiones neuronales, brillaron los primeros pensamientos y emergió la complejidad social que permitió el surgimiento del lenguaje y de la cultura

Volvet al principio
Volvet al principio

A veces cuando se  entra en crisis, las civilizaciones comienzan a mirar hacia su pasado, buscando inspiración para el futuro. Hoy estamos en el corazón de una fenomenal crisis planetaria que afecta a todas las civilizaciones. La crisis puede significar un salto hacia un estado superior de la evolución del ser humano, o bien una tragedia amenazadora para toda nuestra especie. En un momento tan radical, es de mucho interés sondear nuestras raíces más antiguas y aquel comienzo del camino en que dejamos de ser primates y pasamos a ser humanos. Aquí puede haber lecciones que nos pueden ser muy útiles.

Hoy hay consenso entre los paleontólogos y antropólogos en que la aventura de la hominización se inició en África, hace cerca de siete millones de años. Se aceleró pasando por el Homo hábilis, hasta llegar al homo sapiens, hace cerca de cien mil años. De África, éste se propagó hacia Asia,  Europa y  América, donde llegó  hace unos  treinta mil años.

Pero África no es sólo el lugar de los orígenes. Es el modelo primordial, el conjunto de las marcas, impresas en el alma del ser humano, presentes todavía hoy como informaciones indelebles a semejanza de aquellas inscritas en nuestro código genético. Fue en África donde el ser humano elaboró sus primeras sensaciones, donde se articularon las crecientes conexiones neuronales, brillaron los primeros pensamientos y emergió la complejidad social que permitió el surgimiento del lenguaje y de la cultura. Hay un espíritu de África, presente en cada uno de los seres humanos.

Hay como  tres ejes principales que conforman el  espíritu de África y que pueden significar una verdadera terapia para nuestra crisis mundial.

El primero es la Madre Tierra. Dispersándose por los vastos espacios africanos, nuestros ancestros entraron en profunda comunión con la Tierra, sintiendo la interconexión que todas las cosas guardan entre sí. Siendo incluso víctimas de la explotación colonialista, los actuales africanos no han perdido el sentido materno de  conexión con la Tierra. Necesitamos reapropiarnos de este espíritu de la Tierra para salvar a Gaia, Madre nuestra y única Casa común.

El segundo eje es la matriz relacional . Los africanos usan la palabra ubuntu, que significa algo así como la fuerza que conecta a todos y forma la comunidad de los humanos. Y que viene a significar que: yo me hago humano a través del conjunto de las conexiones con la vida, con la naturaleza, con los otros y con lo Divino. Lo que la física cuántica y la nueva cosmología enseñan acerca de la interdependencia de todos con todos es una evidencia para el espíritu africano.

El tercer eje son los rituales. Experiencias importantes de la vida personal, social y estacional son celebrados con ritos, danzas, músicas y presentaciones de máscaras, portadoras de energía cósmica. Es en los rituales donde las fuerzas negativas y positivas se equilibran y se profundiza el sentido de la vida.

Si reincorporamos el espíritu de África, la crisis no necesitará pasar a ser una tragedia.

Hasta otro día amigos.

Un abrazo.

Agustín.

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