Pedro Caselles, alcalde moralejano, era esta tarde la personificación de un hombre abatido, roto por el dolor y la tensión que hoy se ha vivido en Moraleja cuando la explosión de una caldera en la Industria Oleícola Sierra de Gata hacía saltar por los aires buena parte de su cubierta y atrapaba en la deflagración a tres de sus trabajadores.
A media tarde, los bomberos han localizado el cuerpo sin vida de Valentín Parra Carrero, de 58 años de edad, casado y padre de dos hijas, uno de los tres 
trabajadores desaparecidos a causa de la explosión. El paso de las horas y el estado en que ha quedado el edificio tras la explosión hacen cada vez más difícil albergar ninguna esperanza.
El presidente del gobierno regional, José Antonio Monago,interrumpía su asistencia al pleno de la asamblea para acudir al lugar de los hechos para conocer de 
primera mano la magnitud de la tragedia y el estado de los afectados. Esta tarde, a las ocho, poca información nueva han podido aportar los representantes políticos regionales o locales sobre el accidente ocurrido esta mañana alrededor de las 11,54 a la entrada de la localidad moralejana.
Junto a Pedro Caselles y el presidente regional han estado el presidente y dos vicepresidentes de la diputación provincial, varios diputados y algunos directores generales de la junta.
Los dispositivos de emergencia continúan desescombrando la fábrica que ha quedado completamente arrasada en su interior. Una vez finalicen las labores de emergencia y rescate llegará el turno de las investigaciones para aclarar cual ha sido el motivo que ha provocado la explosión y el posterior incendio. Aún se desconoce si se ha originado en una de las calderas o en uno de los depósitos de hexano, gas utilizado en la extracción del orujo.
El accidente ocurrido esta mañana en Sierra de Gata ha despertado el interés de los medios de comunicación de ámbito nacional y ha sido portada de sus ediciones matutinas. Recogida la información elaborada por la agencia EFE, la noticia ha sido difundida, entre otros, por RNE, la Cadena Ser, El País, El Mundo, ABC, y, por supuesto, los medios de comunicación de ámbito regional que han mostrado su malestar por la forma en que desde el gobierno regional se ha gestionado y facilitado la información.
