Vamos a continuar viendo cómo está estructurada la Escala Evolutiva o Ciclo de las Manifestaciones del Creador, pero antes quiero añadir unos detalles que se me pasaron en el artículo anterior.
Estos detalles se refieren a la edad, bueno, mejor dicho, a la duración de la vida en cada escalón de la Dimensión Humana. Y no solo por pura curiosidad, que también podría valer, sino porque puede ser un indicativo muy importante de cómo a medida que se asciende en la escala evolutiva, aumenta el nivel del porcentaje del cerebro utilizado, aumenta el nivel de consciencia y de conocimientos, lo que se traduce en un mayor conocimiento de la materia y al conocer todo esto mejor, se aplica a favor de una mayor salud física, más años de vida, lo que conlleva más y mejores oportunidades de seguir aprendiendo y evolucionando.
En el subplano 4.3, el nuestro actual, utilizamos aproximadamente el 10% de nuestra capacidad intelectual y tenemos una media de vida de aproximadamente 80 años.
En el 4.4, nuestro próximo peldaño, se utiliza entre un 25 y un 30% del cerebro y se vive de 600 a 700 años.
En el subplano 4.5, se utiliza aproximadamente el 60% del cerebro y se viven en torno a los 1200 años.
¿Podéis imaginar cuántas cosas pueden aprenderse en todo ese tiempo?
¿Os suena o se parece esto en algo a los años que vivían los antiguos patriarcas de la Biblia?
¿Es posible que fueran descendientes directos de extraterrestres y que venían degenerando y cada vez vivieran menos?
Leed la cronología de los personajes bíblicos, y podréis ver esta disminución en la duración de la vida. Como si se fuera perdiendo algo, que en tiempos antiguos sí se tenía y que al alejarse del origen se fue perdiendo.
Bueno, vamos con los hombres 4.5. Los seres de este subplano tienen un conocimiento muy, muy amplio del mundo de la materia y de la energía. Se comportan en sus sociedades con una ética y una moral, a la que nosotros llamaríamos sabiduría. Son los que transmitieron a los hombres 4.3 su relación con la divinidad. Pero debido a intereses personales y ansias de poder, este conocimiento desgraciadamente fue cambiado dando lugar a las escuelas herméticas y religiones institucionalizadas, como ahora las conocemos.
Estos hombres 4.5 son auténticamente nuestros Hermanos Mayores; es decir, los que cuidan y enseñan a los 4.3, “bebés” en la escuela de la evolución.
Hay personas que dicen recibir mensajes de Jesucristo o de la Virgen María o incluso del propio Dios, pero por afinidad vibratoria y de interpretación solo podemos recibir “mensajes” , desde el nivel 4.5, como máximo. Lo demás seguramente son interpretaciones erróneas del origen del mensaje, que puede incluso que se hayan originado en su propia mente.
Los hombres de los escalones 4.6 y 4.7 continúan con el desarrollo de sus capacidades físicas, energéticas y mentales. Llegando a utilizar el 80 y el 100% de su cerebro respectivamente y con períodos de vida que se acercan e incluso pueden superar los 2000 años.
La vibración de sus cuerpos se va acercando paulatinamente al siguiente gran escalón de la escala evolutiva, el nivel 5 o energético, hasta tal punto que la materia de sus cuerpos es prácticamente transparente.
Su parte física está prácticamente integrada en su astral, que a su vez es una manifestación perfecta de su mente y esta a su vez de su espíritu.
A partir del nivel 4.7, ya no se necesita el cuerpo físico, pues en este punto ya se es consciente completamente de ser una manifestación física de Dios, de la relación existente entre el físico y el astral, de la estrecha relación entre mente y espíritu. Es decir, se es completamente consciente del mundo de la materia, por lo cual ya no será necesaria. Y ya no será necesario que el hombre reencarne en la escala humana y pasará a la escala energética nivel 5.
Pero demos tiempo al tiempo, que esto nos va a llevar “unos años”.
Entre otras muchas funciones de los hombres 4.4, 4.5, 4.6 y 4.7, que ya han asimilado su papel de ser humano en evolución, está la de ayudar a otros semejantes de otros lugares del Universo para que avancen.
Hasta otro día amigos.
Un abrazo.
Agustín.
